Urge rescatar la autonomía universitaria, otra víctima del FSLN
María Angélica Almendárez
El conocimiento, producto de la educación superior, tiene que ser aplicado para la solución de problemas, no para reclutar criminales y borregos en las filas del FSLN.
Es evidente que en Nicaragua la educación muestra el daño infligido por el régimen, que obstaculiza, por ejemplo, la autonomía universitaria, lo cual hace posible que instrumentalice las universidades públicas.
La hostilidad de la dictadura hacia todos los universitarios que se han negado a someterse a la mediocridad y manipulación es innegable, y va en aumento.
Por eso es fundamental continuar exigiendo la restauración de la autonomía universitaria y así permitir que las universidades cumplan su servicio primordial: saber, descubrir y comunicar el conocimiento de las ciencias, las artes y las humanidades.
No deben continuar sirviendo como instituciones represivas y de enriquecimiento de individuos que, mediante la corrupción y el robo, utilizan el presupuesto educativo para beneficiarse.
El conocimiento producto de la educación superior tiene que ser aplicado para la solución de problemas, no para reclutar criminales y borregos en las filas del FSLN.
La dictadura, mediante la censura y la represión, nos ha arrebatado violentamente la condición de libertad de investigación y enseñanza, negándonos el bien común, que depende de la libre búsqueda de la verdad y su libre exposición.
