Ya y siempre (Quizás un manifiesto del Grupo de los Cinco)

Carlos A. Lucas A.
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«La labor de los empresarios desde su caballito de Troya en la Alianza y próximamente en la Coalición electorera (la tempestad de abril los agarró sin el paraguas de un partido político a su imagen y semejanza), es evitar que el pueblo orille a una lucha por el poder antes de las elecciones de 2021»

Nota previa:

Somos pocos. Apenas cinco personas. Todas hemos estado presentes en actividades, incluyendo unas de esas movilizaciones de la Alianza de andar para allá y para acá sin consignas claras. Pero entre un par de amigos y amigas de confianza, concluimos que en medio de esta crisis en Nicaragua, es fundamental la organización, no sólo para ver la forma de salir de la dictadura, sino para la etapa de fundación de la nueva república. Pero no sabíamos muy bien cómo llevarla a la práctica. ¿Cómo podemos organizarnos?

Pues bien, nadie nos pudo decir cómo hacerlo, así que tuvimos que hacerlo. 

Se trata de la auto-organización, que consistió solamente en dos pasos sencillos.

El primer paso que dimos fue: Identificar, contactar e intercambiar con otras personas de absoluta confianza en su entereza, lealtad, prudencia, eficiencia en tareas, confianza, calidad humana y ciudadana. No pudimos contactar más que cuatro. Así llegamos a los cinco y decidimos quedarnos allí.

El Paso 2 fue: Reunirse para leer, estudiar, analizar la situación nacional y acordar la forma y acciones concretas de cómo los cinco podíamos aportar a la lucha. Unos nos encargamos de ir detectando y recomendando material de análisis, incluyendo, lógico, la parte económica.

Eso es todo. Cinco puntos explicativos de cómo nos estamos organizando, dos pasos sencillos para hacerlo.

Una de las primeras cosas que consideramos, fue que la organización sólo se logra cuando estamos haciendo algo útil, con una firme decisión de los ciudadanos más claros. 

La organización es el resultado de la acción y a la vez, la va enriqueciendo.

Y concluimos, parafraseando, “de cada quien según su posibilidad. A cada quien según su efectividad”.

Pensamos que nos iremos potenciando, a medida que vayamos contactando a otros Grupos de los Cinco, especialmente en las acciones de lucha a impulsar. Hay que hacer énfasis aquí, que la especialidad de acciones del Grupo de los Cinco, es en los territorios, caminos, calles, poblados. Pero eso lo iremos viendo en nuestra red de comunicación, por cierto, estamos usando Telegram (no es comercial).

Y después de mucho esfuerzo, decidimos compartir este documento interno, preparado por 2/5 del Grupo. Quizás sea una especie de manifiesto.

YA Y SIEMPRE

(Quizás sea un manifiesto del Grupo de los Cinco)

Hasta el momento, muy pocos sectores y ciudadanos repiten sistemáticamente la grita nacional de abril-julio 2018 y en especial, el llamado del estudiante Lesther Alemán en el diálogo nacional (mayo 2018), demandando la salida de Ortega y Murillo del poder en Nicaragua, un punto que por igual, hoy en día (octubre 2019), puede dividir o puede unir a Nicaragua.

La grita de abril: ¡que se vayan y ya!

Esa grita nacional, expresaba claramente en aquellos momentos, una visión política estratégica: Ya no se trataba de una reivindicación social o ambiental (jubilados del INSS, incendio de una reserva ecológica) ni algún tipo de acuerdo político de convivencia pueblo-dictadura, sino que estaba planteada una lucha contra el poder: Ortega debía renunciar o ser renunciado, no había otra salida “constitucional” ni política. Se trataba de un parte aguas después de 11 años de padecer un caricaturesco como trágico poder “sandinista”. Plantearse la salida de Ortega Murillo del poder era el más justo enfoque estratégico en esas circunstancias.

Y no era un golpe de Estado, puesto que no era una intriga de palacio con militares, diputados o funcionarios conjurados. La grita la expresó un estudiante de 20 años, desarmado y en una capilla católica. No fue un general o coronel panzón desde algún cuartel o montaña. Era  simple y llanamente, una rebelión popular desarmada y altamente espontánea, que en su azoramiento organizacional, en algún lado comenzó a denominarse “auto convocada” y que también, quizás romántica e ingenuamente, empezó a jactarse de no tener una cabeza, sino una multiplicidad de brazos.

Pero los empresarios impusieron su lógica: traición a abril

Sucedió que poco a poco y hasta el presente, bajo la influencia de curas (Diálogo 1: el de Lesther Alemán), luego de los empresarios (Diálogo 2: el de Juan Chamorro y Mario A. Sevilla) y actualmente bajo la orientación de Estados Unidos (Diálogo 3: el del Departamento de Estado y la nueva “Coalición Nacional”) ese punto estratégico se fue abandonando y sustituyendo por la supuesta demanda nacional de elecciones adelantadas, traicionando de hecho y cortando la evolución de la rebelión de abril, que a su vez, nunca (a pesar de las audaces caracterizaciones en ese sentido de algunos intelectuales-políticos como Gioconda Belli) pudo pasar a una fase insurreccional. 

Y es que al formarse la Alianza ante la presión de las circunstancias, traía elementos virales de la dictadura hacia su seno: COSEP, Amcham, FUNIDES, en menor medida UPANIC, no solamente eran hasta abril 2018, satisfechos socios gremiales del modelo corporativo tejido por Ortega, sino que hasta las mismas personas que eran parte beligerante en ese modelo, aparecieron como por arte de magia, como cabezas opositoras en la Alianza.

No se trata de negar y no aceptar su nueva beligerancia opositora: los empresarios con todo derecho, se cambiaron, unos momentáneamente, de bando, otros se han retirado silenciosamente del escenario, otros siguen parasitando regalías con el gobierno y otros se mantienen entre dos aguas. Sea bienvenida toda disidencia, separación, denuncia, abandono, retiro de las filas del sandinismo en el poder, pero obviamente, al menos las mismas personas no deberían hasta ser presentados como presidenciables en el frente opositor. ¿Miraríamos normal a Rafael Solís o a Telémaco Talavera como voceros de la coalición o peor, como candidatos a diputado por la coalición, por ejemplo, solo porque abandonaron, aparentemente a Ortega? Lo mismo aplica a los empresarios ex socios de Ortega.

Ese abandono radical del enfoque auto convocado de abril 2018 (“que Ortega se rinda ante el pueblo”) es literalmente, una traición, es torcer oportunistamente la realidad: No hay ninguna evidencia que nos indique que las ¡328+! personas sacrificadas por el régimen, incluyendo menores de edad, estaban manifestándose y se convirtieron en víctimas por pedir elecciones adelantadas con el visto bueno de Ortega, con la rectoría de las instituciones electorales, judiciales, represivas (policía, ejército, sicarios, fuerzas de choque) de Ortega y con Ortega y Murillo de candidatos, inmunes en sus “derechos” políticos, impunes por sus crímenes de lesa humanidad, intactos en su corrupto capital acumulado. 

Es una total aberración insinuar siquiera que esas 328+ vidas fueron arrancadas por la dictadura por exigirle elecciones adelantadas en ese tipo de condiciones, con la dictadura haciendo valer a fuego y sangre su consigna de exterminio contra el pueblo: Plomo”.

La labor de los empresarios desde su caballito de Troya en la Alianza y próximamente en la Coalición electorera (la tempestad de abril los agarró sin el paraguas de un partido político a su imagen y semejanza), es evitar que el pueblo orille a una lucha por el poder antes de las elecciones de 2021. Ellos dicen desde mayo 2018, que las elecciones son el único camino constitucional y pacífico para un recambio de poder y claro, como estaban algo lejanas, entre dientes han estado diciendo: “adelantémoslas”.

¿Hay alguna bola mágica de cristal?

Y resulta que a medida que pasa el tiempo, no sólo está en entredicho que se adelanten las elecciones (negado de plano una y otra vez por Ortega), sino la posibilidad misma que se lleguen a celebrar en la fecha constitucional: Éste es un régimen genocida, ilegítimo, ilegal e inexistente, envalentonado incluso frente a la comunidad internacional. ¿Tenemos garantías para que no se le ocurra más  bien, postergar, en vez de adelantar, las elecciones del 2021, alegando cualquier cosa que se le ocurra?

Hay signos: sin ningún empacho, el régimen emitió el Decreto 3-2010 donde autoriza la permanencia indefinida en el cargo, de los funcionarios con sus periodos vencidos, situación desde entonces de magistrados, altos mandos de la policía, procuradores, fiscales, etc. ¿Que quita que Ortega postergue las elecciones de 2021 a una fecha futura indefinida? ¿O que en todo caso, divida las elecciones, en 2021 solamente Asamblea Nacional y en otro año posterior, las presidenciales, alegando la necesidad de renovar democráticamente el órgano político de toma de decisiones?

Algo así ya se está cocinando en Venezuela, por la mediación del Reino de Noruega y de Estados Unidos, entendiendo que se pasará por un periodo en el cual habrá un co-gobierno dictadura-oposición (mal llamado por Juan Guaidó como “gobierno de transición”), un regalo de consuelo para esa oposición y un salvavidas para la dictadura.

Nadie tiene una mágica bola de cristal para adivinar lo que sucederá en Nicaragua de aquí al 2021 y ni siquiera en las próximas horas, pero no es difícil ver en prospectiva los escenarios alternos de la historia. Pero en todo caso, tenemos que ver claro que la historia, como los ríos, rompe cauces por los puntos de menor resistencia.

¿Y cuáles son nuestros puntos de menor resistencia? 

No hay necesidad de esforzarse mucho para responder: Organización-formación ciudadana- ejercicio del poder, los factores que le dan contenido a la soberanía ejercida por el pueblo: 

Constitución de Nicaragua. Arto. 2 La soberanía nacional reside en el pueblo y la ejerce a través de instrumentos democráticos, decidiendo y participando libremente en la construcción y perfeccionamiento del sistema económico, político y social de la nación. 

Esos factores, en este momento político, puntos de menor resistencia, no son electorales, no son referidos a una próxima campaña de elecciones: son el fondo de la lógica del poder del pueblo, de la soberanía del pueblo como se señala en dicho Artículo 2 de la Constitución de Nicaragua. 

Son los puntos en los que hay que trabajar, ya y siempre, sea lo que sea que nos pueda decir la bola de cristal o sea cual sea la ruta de salida a la crisis de poder en Nicaragua que la Coalición electorera nos diga que tenemos que soportar, incluyendo cualquier forma de convivencia con la dictadura genocida, como parecer ser la tendencia en Nicaragua.

Llamado de urgencia y sobrevivencia nacional

Y éste es un llamado de urgencia y sobrevivencia nacional: Organización-formación ciudadana- ejercicio del poder son los tres rayos de la rueda de la historia, ya guiada por el pueblo, no al azar ni dependiendo de negociaciones o pactos entre las élites.

Es la única manera, no sólo de enfrentar a la dictadura Ortega Murillo, sino de estar listos a enfrentar a cualquier semillita de dictadura que puede estarse cocinando a escondidas, entre las fuerzas que se auto llaman democráticas, puras y desinteresadas. 

A ambos lados debemos decirles: el pueblo es soberano frente a toda dictadura y frente a toda oposición a esa dictadura, el pueblo es el dueño absoluto de la soberanía nacional. “¡Ríndanse ante el pueblo!”

Ése es el camino: debemos librarnos de la dictadura, pero también de la oposición que diga hacerlo en nuestro nombre cuando negocia a escondidas, hace marullas, se esconde del escrutinio, apaga o condena la crítica popular, la rendición de cuentas y la evaluación transparente y objetiva de sus resultados.

Se trata de construir ya y siempre, el poder soberano del pueblo frente a la dictadura y ante cualquier poder político de la naturaleza que sea, que la sustituya.

Debemos asumir con responsabilidad, como nación, ese deber: ¡Todo el poder, a la soberanía popular!

Nota final: en el próximo material que vamos a compartir, esperamos que ya tengás tu propio Grupo de los Cinco. 

Al fin y al cabo, la mano que da o el puño que golpea, es acción de los cinco dedos de una mano. Somos miles de manos.