El brebaje más amargo de nuestra historia
Irlanda Jerez
Hace años comenzaron a mezclarse varios ingredientes produciendo un brebaje que, por imposible que pareciere, a algunos les sabía a miel–mientras les garantizara la cura para sus beneficios e intereses.
Esta pócima, compuesta por mentiras, sobornos, corrupción, narcotráfico, injusticias, nepotismo, intimidación, persecución, acuerdos, modelo público-privado, asesinatos, encarcelamientos, etc., se mezcló por años, y con el tiempo le fueron agregando dosis más altas de los mismos y también nuevos sabores, entre ellos: lavado de dinero; evasión fiscal, monopolio comercial y aduanero; leyes infames con el fin de perpetuarse en el poder…
Una parranda de delitos, violaciones y enriquecimiento. Por todos lados se leía y escuchaba que Nicaragua era el país más seguro de la región, que era el mejor lugar para invertir, y uno de los paraísos para retirarse. Anunciaban con bombos y platillos sus planes perversos, mafiosos y mentirosos: los satélites, la refinería, el Gran Canal, Tumarín, por mencionar algunos. Toda mentira y todo crimen les parecía insuficiente, estaban dispuestos a lo que fuese por su ambición desmedida de poder, y para llenar sus arcas de dinero. El derroche de esta infusión, producto de lo que se mezclaba en las cúpulas de poder, definitivamente era y es de lo más asqueroso y repugnante.
Mientras tanto, nuestro pueblo trabajaba intensamente para ganarse las tortillas, los frijoles, y si acaso un pedazo de queso. Observaba y escuchaba, pero sin reaccionar. Éramos pocos los que nos atrevíamos durante estos años a reclamar, pero vale recordar que durante esos años hubo: reclamos y denuncias por robos de elecciones; los miércoles de protestas; las marchas de campesinos anti-canal; y también recordar que el pueblo salió a votar masivamente en varias elecciones y se abstuvo en otras.
Un día los astros se alinearon y el pueblo entero se alzó en una épica Revolución Cívica de Abril. Nuestro Pueblo no resistió más y explotó. Y entonces, el menjunje que para “algunos era dulce”, reveló su real sabor, verdaderamente amargo, mucho más que la hiel, nauseabundo y pestilente. Hoy en día una centena de hermanos están en prisión y millones secuestrados en su propia patria. Impera la persecución, los asesinatos, las torturas, las faltas de libertades, robos a la propiedad privada; se vive una continua y permanente violación a todos los derechos humanos.
Para los que están pensando: “no era tan amargo, lo podemos soportar, y solo podemos mejorar algunas cosas superficiales, nada de fondo, solo cosméticas…”, les decimos con absoluta certeza que nuestro pueblo tiene el remedio para combatir este brebaje, el más amargo de nuestra historia. Tenemos el antídoto, y muchas herramientas que están hoy por hoy a nuestra disposición: la lucha noviolenta, la resistencia civil activa, la desobediencia civil, la denuncia permanente; la militancia constante, la fe inquebrantable. Y en esta lucha, la búsqueda de la solidaridad y ayuda de la comunidad internacional es también una meta necesaria.
Además, es imprescindible y fundamental preparar un programa para la transición y reconstrucción política, económica y social de nuestro país hoy sumergido en la miseria.
Esta es una misión de todos los nicaragüenses de buena voluntad. A ellos convocamos. Unidos Invencibles.