El mito de las elecciones (liberadoras)
Fidel Ernesto Narváez
De ninguna dictadura se ha salido en elecciones. Ese es el mito más grande que he leído en los últimos días.
Las elecciones, referendos, revoluciones, insurrecciones, renuncias o la forma en que ha terminado cualquier dictadura es sólo el resultado simbólico de un largo proceso de lucha, organización, pensamiento y desobediencia civil permanente impulsada por un pueblo consciente en la búsqueda de su libertad.
Por eso lo de las elecciones para salir de Ortega tiene la misma dosis de marketing que tuvo el diálogo 1.0, el diálogo 2.0, la Carta Democrática, la Nica Act y todo lo que no llegó y que se quedó en promesa. Por eso siempre será pura propaganda politiquera y de captación de votos.
El verdadero proceso de lucha contra la dictadura está siendo tan silencioso como lo fue la insurrección misma de abril, una lucha también solitaria donde cada uno de nosotros reconocemos que Ortega es sostenido por la mafia, y que para salir de Ortega también hay que salir de la mafia.
Ese proceso se está dando, se está trabajando, lo estamos viviendo y lo estamos impulsando cada día, de forma permanente, sin descanso, sin tregua.
Aunque el sector «político» y el sector «privado» quieran colgarse esa medalla, la lucha por una nueva cultura política fue reprimida en las calles, en los tranques, en la ciudad y el campo, pero debemos trasladarla al pensamiento y a nuestra cabeza.
Ahí es donde se libran las más duras batallas, las de las ideas, las que son el verdadero tranque contra la propaganda, el populismo y las falsas promesas de los vendedores de atol.