El Mundo, por Oscar René Vargas, 17 de junio del 2022

Guerra en Ucrania

El Ministerio de Defensa ruso anunció “el libre tránsito y libre circulación por carretera y vías de ferrocarril entre el Occidente de Rusia, el territorio del Donbás y la Península de Crimea. La batalla por el Donbás ha entrado en su fase final y el Gobierno de Ucrania ha quedado encerrado en una situación sin salida”. Zelensky reconoció que la ciudad de Severodonietsk ––mayormente controlada por Rusia— “es el epicentro de los enfrentamientos… donde se está decidiendo el destino de nuestro Donbás”.

Alemania, Francia, Italia y Turquía mantienen contacto con Putin e intentan reabrir las negociaciones entre Rusia y Ucrania, mientras otros países se empeñan en escalar el conflicto. Los periódicos más importantes de Occidente demuestran el deterioro de la situación militar para el ejército de Ucrania. Una nota reciente del New York Times decía que: “a pesar de años de entrenamiento militar norteamericano al ejército de Ucrania y de miles de millones de dólares de ayuda militar, el ejército ucraniano no ha sido capaz de resistir a la ofensiva rusa”. El número de ataques de las fuerzas rusas sobre la región de Lugansk, en este de Ucrania, y especialmente sobre los enclaves de Severodonestk y Lisichansk, “crece día a día”.

Macron, Scholz y Draghi visitan Ucrania

Las relaciones entre Zelenski con las capitales más importantes de la Unión Europea, Roma, Berlín y París, tienen aún muchas aristas. El principal reproche de Ucrania —sobre todo dirigido a Alemania— es que no llegan las armas que se necesitan.

Macron ha adelantado que Francia entregará a Ucrania otros seis obuses autopropulsados Caesar. Scholz no ha hecho ningún nuevo anuncio, pero sí ha dicho que Alemania continuará apoyando a Ucrania con la entrega de armas. “Hasta que sigan necesitando nuestra ayuda”, ha matizado.

Macron, Scholz y Draghi han dado un apoyo inequívoco a Ucrania ante la agresión rusa. Pero, antes de la visita, en el equipo de Zelenski temían que junto con la zanahoria de ofrecer un horizonte europeo llegará el palo de recordar a Ucrania que, por mucho que se niegue a dialogar con la Rusia de Putin, al final tendrá que hacerlo.

Pese a que Europa lance señales de apoyo sin fisuras a Ucrania, en muchos sectores del continente crece la idea de que es necesario buscar un pacto con Rusia para acabar con una guerra que deja, solo en el lado ucranio, cada día en torno a 200 muertos. Que además amenaza con hacer descarrilar la economía mundial, con reverberaciones en una crisis alimentaria y un crecimiento de la inflación. Y que, por si todo esto fuera poco, empieza a castigar a los mercados de deuda europeos.

Sanciones a Rusia y sus consecuencias

El boicot impuesto a las exportaciones rusas ha desarticulado las cadenas de abastecimientos de commodities de importancia estratégica, entre ellos los alimentos y el petróleo y sus derivados, dando lugar a una espesa maraña de transacciones secundarias que, buscando evadirlas, multiplican el costo del transporte y de los precios de los combustibles. La incapacidad de los países productores de petróleo de aumentar su capacidad productiva para satisfacer la demanda europea es un nudo crucial, que no parece tener solución.

Todas estas turbulencias han colocado a los precios de los commodities en el centro de la próxima crisis económica global. A diferencia de otras épocas, la actual crisis del petróleo se da juntamente con una crisis en el abastecimiento de gas, electricidad y alimentos en un contexto de creciente agotamiento de recursos no renovables, de crisis climática y de enfrentamiento geopolítico entre potencias nucleares. Es, pues, una crisis que trasciende la guerra en Ucrania.

Se estima que el boicot europeo al abastecimiento de petróleo y gas ruso puede sumir a Europa en una recesión. Esta posibilidad amenaza, también, la estabilidad de la economía y las finanzas norteamericanas. Sin embargo, se le suma a una inflación internacional. Hay, además, factores “internos” a la economía norteamericana que amenazan con desencadenar una recesión y una crisis global.

El abastecimiento de gas

Mientras los líderes de Alemania, Francia e Italia mostraban su apoyo a Ucrania, la empresa Gazprom ha enviado a la Unión Europea (UE) un mensaje de que las sanciones están paralizando la industria rusa. La gasista francesa “Engie” ha indicado que el suministro de gas que recibe de Rusia ha disminuido, un día después de que Alemania e Italia sufrieran una reducción similar.

Por otro lado, la gasista eslovaca SPP ha revelado que Gazprom le ha recortado alrededor de un 30% del gas que había contratado, mientras que Austria tampoco ha evitado los recortes. El bombeo de gas a Europa ha disminuido en dos dígitos porcentuales, pero los precios se han multiplicado.

El origen de este capítulo de la “guerra del gas” está en Canadá, a donde fue enviada para ser reparada una de las turbinas del gasoducto Nord Stream 1, que conecta directamente las estaciones de bombeo rusas con Alemania a través del mar Báltico. La pieza aún no ha sido devuelta a Europa, porque Canadá, en virtud de las sanciones a Gazprom, la tiene retenida, según Siemens Energy. Actualmente se bombean unos 67 millones de metros cúbicos de gas al día, aunque deberían bombear más de 167 millones de metros cúbicos de gas diariamente.

Gazprom alegó problemas con las revisiones técnicas de las turbinas de Siemens cuando anunció, el pasado día 14, una reducción del 40% del suministro de gas a través del Nord Stream 1 y, al día siguiente, otra adicional del 33%. El Nord Stream 2, está congelado por el Gobierno alemán por la campaña militar rusa en Ucrania.

El presidente de Gazprom, Alexéi Miller, ha afirmado: “La demanda crecerá de forma significativa en el mercado Asia-Pacífico, y en la segunda mitad del año los importadores europeos lucharán con los compradores chinos, indios y del resto de Asia por el gas natural licuado”. La empresa Gazprom ha aumentado su suministro a China en un 67% en los primeros cinco meses del año.

Los precios del gas en Europa a mediados de la jornada de ayer superaron los US$ 1.500 dólares por cada 1.000 metros cúbicos, con una tasa de aumento que alcanzó el 16%, según datos de la bolsa londinense ICE. “Mientras haya inestabilidad en los suministros de Rusia a Europa, debemos esperar que continúe la tendencia al alza del coste del gas. Si la situación no se resuelve, el gas para los europeos puede subir a US$ 2.000- US$ 2.500 dólares por 1.000 metros cúbicos en invierno. Algunos prevén incluso hasta US$ 3.000 dólares. En otras palabras, el aumento será significativo”, indicó Yuri Rikov, jefe del Departamento de Energía del Instituto de Energía y Finanzas de Rusia.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha emprendido una gira por Oriente Próximo para buscar fuentes alternativas de suministro al gas ruso el que ahora dependen la UE en un 40%, y que busca eliminar antes de 2027.

La visita de Von der Leyen coincide con la presencia en Israel del primer ministro italiano, Mario Draghi, cuyo país mantiene importantes intereses en los yacimientos de gas natural del delta del Nilo en Egipto. Italia aspira a ser la vía de entrada en Europa para el gas natural del Medio Oriente a través de barcos metaneros, a corto plazo, y de un gasoducto bajo el Mediterráneo oriental, en un futuro indeterminado.

Situación Alimentaria

La guerra en Ucrania está afectando una zona muy rica y productiva de cereales, como explica el Oakland Institute (un grupo de expertos en estas temáticas). Sin embargo, los datos de la ONU detallan que para este año en el mundo dispone de un nivel suficiente de reservas de cereales. También lo confirma el Banco Mundial, que ha señalado que las existencias mundiales de cereales están a un nivel históricamente alto y que unas tres cuartas partes de las exportaciones del trigo de Rusia y Ucrania se pudieron entregar antes del comienzo de la guerra. En el caso concreto de Ucrania, la cosecha anterior a la guerra fue de récord y según datos de su ministerio de Agricultura, el país ha exportado 46,51 millones de toneladas de cereal, frente a los 40,85 millones del año anterior. Con estos datos se hace complicado atribuir la crisis alimentaria a una carencia de alimentos y más todavía cuando sabemos que de todos los cereales producidos en el mundo, una tercera parte están dedicados a la producción de piensos para engordar animales y a la producción de combustibles para llenar los depósitos de los coches. Por ejemplo, en EE. UU. el 40% del maíz se dedica a fabricar combustible y otro 40% se dedica a piensos.

En un sistema en que la alimentación no es nada más que una mercancía, el hambre no va ligada a la producción sino al precio de los alimentos, que, si es muy alto, imposibilita a la gente más empobrecida acceder a una dieta suficiente. Las grandes cosechas mundiales, convertidas en contratos de futuro, forman parte de las carteras de los fondos de inversión, que juegan con ellas como quien apuesta a las cartas. Desde el inicio de la guerra de Ucrania, dos de los grandes fondos ligados a las primeras materias han pasado de mover unos US$ 230 millones de dólares en el mundo agrícola a unos US$ 1,440 millones de dólares, como explica la ONG Lighthouse Reports.

Las alertas sobre el precio de alimentos esenciales en varios países de América Latina se han disparado con la ola inflacionaria que golpea en todo el mundo. El encarecimiento en lo productos básicos presiona la capacidad de compra de su población, señala la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Fertilizantes

«Tanto Rusia como Bielorrusia, los mayores proveedores de fertilizantes del mundo, están interesadas en promocionar sus productos en los mercados internacionales, como lo hacían antes. Pero no somos nosotros los que nos imponemos sanciones. Son Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, y varios otros países», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Varios países establecieron sanciones contra Rusia, las cuales van desde la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT -plataforma que conecta el sistema financiero internacional-, la congelación de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia, el embargo sobre la importación de algunos agentes energéticos, así como el cierre del espacio aéreo, puertos y carreteras para transportistas rusos.

Las sanciones contra Rusia ocasionaron a nivel mundial el alza de los precios del petróleo, gas y fertilizantes. Las medidas restrictivas abarcan también a Bielorrusia, a la que Occidente acusa de estar apoyando a Rusia en la guerra Ucrania.

Estados Unidos

La Reserva Federal (FED) de EE. UU. no puede aumentar las tasas de interés para combatir a la inflación sin arriesgar una implosión del enorme endeudamiento público y privado, acumulado tras décadas de una política monetaria basada en la flexibilidad monetaria a tasas de interés cercanas a cero desarrollada para capear el impacto de la crisis financiera internacional de 2008-2009.

La FED ha decidido restringir la flexibilidad monetaria y aumentar paulatinamente las tasas de interés para controlar la inflación que afecta a la economía en su conjunto. Sin embargo, los aumentos programados en las tasas de interés no parecen ser suficientes para controlar una inflación que ya crece casi un punto interanual por mes.

La FED pretende con esta política lograr un “aterrizaje suave” que impida una crisis financiera y una prolongada recesión. Mientras abundan los anuncios de expertos financieros sobre una recesión inminente, la volatilidad se instala en el mercado financiero con caídas en el valor de las acciones. Esta situación se agrava a medida que se exterioriza el impacto que las sanciones a Rusia tienen sobre los precios de los commodities y otras exportaciones rusas de enorme importancia para la economía global.

Por ejemplo, la reciente decisión rusa de suspender la exportación de gases nobles, incluyendo al gas de neón, indispensables para la producción de semiconductores, ha producido un nuevo latigazo en los mercados debido a la importancia crucial de los semiconductores en la economía global y en la producción de equipo militar.

El descontrol de la inflación complica al gobierno Biden y su futuro político. Así, en el contexto político interno de EE. UU., se siguen acumulando tensiones originadas por una crisis de legitimidad institucional que afecta la credibilidad de los tres Poderes del Estado y amenaza con estallar en las elecciones de noviembre 2022.

En junio de 2021 el conjunto de los diputados Demócratas y dos Republicanos formaron un Comité Especial de la Cámara de Representantes con el objetivo de investigar al expresidente por su desempeño en los tumultos del Capitolio del 6 de enero de 2021. El objetivo principal del Comité Especial es impedir la futura postulación de Trump a cargos públicos. Los resultados de la investigación empezaron a ventilarse en directo por la televisión. Esta situación agrava la credibilidad de la dirigencia política, sea esta Republicana o Demócrata, y pone al desnudo una crisis de legitimidad institucional.

Economía mundial

Wall Street terminó con otra caída el jueves, por la perspectiva de que la marcha forzada de los principales bancos centrales, con la FED a la cabeza, reste mayor fuerza a la economía estadounidense, que ya muestra signos de debilidad. Otros grandes bancos centrales (Inglaterra, Europeo, Hungría y Suiza) también se han vuelto más agresivos en sus propias batallas contra la inflación, moviéndose simultáneamente “hacia un endurecimiento general” de la tasa de interés. Sin embargo, existe un temor de que una subida de tipos demasiado rápida pueda llevar a las economías a la recesión. George Lagarias, economista jefe de Mazars Wealth Management, señaló: “Estamos en una nueva era para los bancos centrales, en la que reducir la inflación es su único objetivo, incluso a costa de la estabilidad financiera y el crecimiento”. Por su lado, el presidente Biden declaró: “Primero que nada, no es inevitable. Segundo, estamos en una mejor posición que cualquier otra nación del mundo para superar esta inflación”.

La caída en el precio de las acciones de empresas que cotizan en bolsa y el aumento en las tasas de los bonos de deuda gubernamental en el mundo alcanzan una pérdida de valor por alrededor de 16 billones de dólares desde los picos (máximos) del mercado, allá por noviembre del año 2021.

Lo anterior lleva al mercado a aumentar las ventas en un esfuerzo desesperado por tratar de deshacerse de los activos de riesgo, como las acciones. Y es que los activos de riesgo no van a desaparecer, sólo cambian de mano, y en ese cambio se ajustan los precios.

El rendimiento de los bonos del Tesoro de EE. UU. a un año tiene niveles cercanos a 3%; no muy distante del de 30 años que se ubica en un rendimiento de 3.38%. A este fenómeno se le llama inversión en la curva de rendimientos, los bonos a corto plazo estarían pagando más que uno de largo plazo, este es un indicador que hay que poner atención porque sería el comienzo de una recesión económica.

Centroamérica

La subida de los precios de los alimentos y de la energía causan estragos en los países centroamericanos con balances de pagos deficitarios y deudas en dólares con vencimientos a corto plazo. Amenazados por la crisis alimentaria y energética, también se verán perjudicados por la salida de capitales que ocurrirá al ritmo del aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal. Esta situación vuelve a estos países más vulnerables que conducen a mayor dolarización y endeudamiento ilimitado.

El actual modelo el desarrollo dependiente obliga al mercado interno a aumentar las exportaciones para obtener dólares para los sectores más poderosos y para el pago de la deuda externa. Así este modelo reproduce una matriz productiva basada en la extracción de todo tipo de rentas, y en la reproducción de la dependencia tecnológica y la pobreza estructural.

Bolivia

El Gobierno de Bolivia anunció los resultados del programa piloto de extracción de litio, que cuenta con las reservas de litio más grande del mundo. Dos de las ocho compañías en el programa fueron eliminadas, por lo que solo las seis restantes podrán buscar trabajar con la empresa del estado para extraer y producir el mineral.

Las seis empresas que pasarán a una segunda etapa del proceso son: cuatro empresas chinas, una rusa y una estadounidense, anunció el director de la empresa paraestatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Carlos Ramos.

“El próximo paso es reunirnos con las empresas para nosotros plantearles nuestras condiciones soberanas respecto al litio”, dijo Ramos. Actualmente, la ley permite a YLB trabajar con empresas privadas tanto extranjeras como nacionales.

En el programa piloto, las empresas trabajaron con muestras de los salares bolivianos para encontrar la tecnología con el mayor porcentaje de recuperación de litio posible. Los resultados arrojaron una recuperación del 80%, y, en el caso de algunas empresas, del 90%.

Colombia

La posibilidad de un debate entre los dos candidatos a las elecciones de Colombia este domingo, que ordenó el miércoles un tribunal, se desdibuja en la medida en que uno de ellos, Rodolfo Hernández, no comparece. Tras exigir diversas condiciones que Gustavo Petro aceptó (como que el cara a cara se celebrara en Bucaramanga y con los temas y periodistas que él quería) Hernández, aseguró ayer que no se presentará al debate presidencial con su rival Petro.

Ecuador

Indígenas ecuatorianos bloquearon ayer los accesos a Quito y otras carreteras del país en el cuarto día de protestas contra el alza del costo de la vida, que se extendieron a otros sectores, mientras el gobierno del presidente Guillermo Lasso insistió en su llamado al diálogo para ponerles fin.

Las protestas, a las que se han unido estudiantes y profesores, empezaron el lunes por tiempo indefinido por convocatoria de la poderosa y opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que pide la reducción de precios de los combustibles. El dirigente de la Conaie, Leónidas Iza, considera que el Ejecutivo no ofrece garantías para conversar al señalar que no ha atendido los pedidos de los pueblos originarios.

OTAN / Indo-Pacífico

La agenda 2030 de la OTAN plantea extender su “alcance global”. Explica que la prioridad es la región Indo-Pacífico, que se incluye formalmente en la agenda. El objetivo primario es China, mientras que el secundario es Rusia.

Las medidas adoptadas recientemente con respecto al Indo-Pacífico bajo el liderazgo de EE. UU. incluyen la creación del QUAD (Diálogo de Seguridad Cuatrilateral) con Singapur, Japón, India y EE. UU.; la alianza informal, pero abiertamente militar, entre Australia, el Reino Unido y EE. UU., la AUKUS. Y la continuidad de las estrechas relaciones tradicionales de la OTAN con Australia, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda.

La reacción y posición de los países asiáticos ante la estrategia Indo-Pacífica de la OTAN no es unánime; solo unos pocos la apoyan, principalmente Singapur, Japón, Corea del Sur y Fiji. Myanmar y Laos están con China. Tailandia, Camboya, Vietnam y Brunéi se declaran neutrales. Malasia e Indonesia, potencias emergentes y líderes en la región, han manifestado su preocupación con respecto a la OTAN y la AUKUS.

Otros países asiáticos, como las repúblicas centroasiáticas, Mongolia y países más pequeños como Sri Lanka y Nepal también se mantienen equidistantes. En el sur de Asia, Pakistán por sus vínculos con China hacen que se mantenga neutral. India es miembro de la QUAD, pero se ha declarado neutral con respecto a la guerra en Ucrania. Dentro de la QUAD, India no quisiera involucrarse en ningún enfrentamiento entre China y la OTAN.

A la mayoría de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y las islas del Pacífico les preocupa la iniciativa estratégica de la OTAN y se resisten a las presiones para que se decanten en el sentido deseado por EE. UU. En general consideran que la actividad de la OTAN en la región, la contención de China y la expansión de las alianzas militares y estratégicas generarán tensiones que “no beneficiarán a nadie” en la región. Al contrario, darán lugar a una carrera de armamentos regional, a la proyección de la fuerza y a una nuclearización que se habían evitado en toda la región incluso durante la guerra fría.

De este modo, la mayoría de los países asiáticos no desean verse arrastrados a ninguna escalada de tensiones o rivalidades geoestratégicas. Además, existe un consenso político entre los regímenes asiáticos, y los países de la ASEAN desean centrarse en cuestiones internas. Su política exterior de prudencia, buscando el “equilibrio” entre las grandes potencias, configura su imagen nacional.

En el pasado, la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO) operó como extensión de la OTAN de 1955 a 1977, estableciendo un sistema de defensa colectiva frente a China. Esta alianza justificó la intervención militar a gran escala de EE. UU. en Vietnam, Laos y Camboya.

La Asia contemporánea es diferente de la que estuvo dominada por las fuerzas de EE. UU. hasta la década de 1970. La mayoría de los países asiáticos desean un mundo multipolar en el que puedan obtener apoyos y negociar.

Oscar René Vargas
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