El poder o la muerte
Oscar René Vargas
Esperar que el malo no haga mal, es una locura.
El régimen Ortega-Murillo abandonó los principios éticos-legales e implementó la represión sin límite constituyendo sus instrumentos de acción política. Ha borrado los principios éticos-legales de la ecuación, ha perdido todo elemento de civilidad política.
Los miembros de la cúpula de poder no están sometidos a los valores éticos, están instalados en un clima de corrupción e impunidad. No importa el tamaño de los delitos, las incongruencias o la falta de ética. No se piden solvencias. Ante la represión, prefieren callar, guardar silencio. Guardar silencio, encubrir o justificar al régimen corrupto y autócrata es la lógica de la nomenclatura.
El régimen ha eliminado los valores de la lucha contra el nepotismo, la corrupción, el enriquecimiento ilícito, la discriminación racial, y las formas autocráticas de ejercer el poder. Todo lo cual ha terminado desacreditándolo, generando sinsabores y fisuras al interior de su base social y en la nomenclatura en el poder.
Los adjetivos de asesinos, criminales, ladrones, se homologan a todos los miembros del orteguismo, como consecuencia de haber abandonado los valores éticos-legales. Cuando se abandonan los principios éticos-legales se desarma su legitimidad. Obedecer esos principios es incompatible con la mentira, el abuso, la persecución y el dogmatismo. Sin principios éticos-legales no es posible la defensa de los derechos humanos, la lucha por la dignidad, la justicia redistributiva y reparadora, la democracia, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la igualdad de género o el derecho a una jubilación digna; todo esto exige integridad moral y valores éticos-legales.
Aunque las protestas sociales han sido inmovilizadas, el éxito global de las campañas en las redes sociales es el indicador que la efervescencia persiste y demuestra que la juventud y los ciudadanos autoconvocados no se ven derrotados por la represión y el terror. También demuestra que existe una unidad al demandar libertad de expresión, derechos humanos y la salida de la dictadura.
La represión desde mayo de 2021 se inscribe en el intento de Ortega de recuperar su primacía política, pero su permanencia en el poder nos conduce al caos.
Como consecuencia del incremento de la represión, el aislamiento internacional no ha dejado de incrementarse desde mayo pasado, marcando el declive del régimen. No se espera que haga voluntariamente ningún cambio significativo en su conducta, ya que sigue gozando del apoyo de las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia están a su lado.
Los miembros del círculo de poder constituyen un clan mafioso. Tienen sus hábitos, creencias y lealtades muy diferentes al promedio de la población, pero usan el miedo, el clientelismo y la transacción para mantener un vínculo con su disminuida base social. Como minoría, miran todo el escenario político nacional desde el lente del peligro de un nuevo tsunami social y su posible caída del poder.
Ellos están dispuestos a matar y morir con tal de mantenerse en el poder. Ortega-Murillo no tienen escrúpulos, están dispuestos a incendiar primero el país, antes que dejar el poder. Es la lógica implementada desde el 2018: “el poder o la muerte”.
La vida de Ortega y Murillo no vale mas de la de Alvarito Conrado. Basta ya de victimas inocentes.
Yo estoy en contacto con Elea Valle (https://www.univision.com/noticias/america-latina/daniel-ortega-manda-a-matar-a-la-gente-de-la-montana-los-rearmados-y-ejecutados-en-el-antiguo-corredor-contra-de-nicaragua) y estoy buscando de sacarla de Nicaragua. Nadie me está ayudando a sostenerla económicamente. Basta ya de dictadura ORMU.
Ellos mismos hicieron un monumento a Rigoberto Lopez Pérez. Esperamos que resurge o que alguien sigua su ejemplo. Matar el tirano no es pecado. Es legitima defensa.
ALBERTO BOSCHI, el primer perseguido político de Ortega, Misionero en Ciudad Sandino.
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Soy un ciudadano del mundo, humilde artesano constructor de puentes y seguidor de Aquel Jesús que nos enseñó a amar a los demás y a luchar por la verdad, la libertad y la justicia. Un viaje a Lourdes en 1972 me hizo reflexionar sobre mis privilegios de ser joven, autosuficiente y rico en posesiones materiales.
Soy misionero católico expulsado de mi patria Nicaragua y el primer perseguido político de la dictadura de Ortega, Soy también fundador de una escuela en Ciudad Sandino y de una misión católica desde el año 2007.
Fui condenado a un año de cárcel en un proceso político. Después me quitaron mi nacionalidad nicaragüense. En el enero 2017 fui de nuevo encarcelado, humillado en el Chipote y finalmente expulsado de Nicaragua.
La dictadura asesina de Ortega y unas personas deshonestas me quitaron todo lo que tenía, también mi escuela Don Lorenzo Milani de Ciudad Sandino. pero no me pudieron quitar mi gran amor por Nicaragua, por la libertad y la justicia.
Sigo apoyando en lo que puedo la lucha de mis hermanos para sobrevivir en estos momentos tan duros. Después de mas de dos años en Costa Rica, ahora sigo luchando por la liberación de nuestra Patria desde Italia.
Vivo en este momento con mi hija Raffaella en una pequeña ciudad del centro de Italia, donde estoy organizando una pequeña comunidad de refugiados nicaragüenses. https://www.facebook.com/notes/alberto-boschi/mi-compromiso-con-los-pobres-mi-lucha-no-violenta-en-defensa-de-la-democracia-la/10153487750251304/
https://www.facebook.com/notes/alberto-stefano-antonio-boschi/risplenda-la-vostra-luce-davanti-agli-uomini-perch%C3%A9-vedano-le-vostre-opere-buone/134028170669562/ https://www.elnuevodiario.com.ni/especiales/83769-huellas-misionero-nicaragua/ https://www.elnuevodiario.com.ni/politica/83531-creo-democracia-ortega-poder-dinero/ https://www.laprensa.com.ni/2017/10/29/suplemento/la-prensa-domingo/2322266-alberto-boschi-de-nino-rico-a-misionero-exiliado