La trampa de la negociación con Ortega: “firmar me harás, cumplir jamás.”

Si hubiera negociación, podría ser que Ortega accediera a ceder sobre ciertos puntos. En tal caso, la comunidad internacional le creería nuevamente, y le daría tiempo para cumplir. Ortega dilataría y al final no cumpliría lo acordado. Ese es su modus operandi: golpea, reprime, lleva las cosas al límite y después se declara dispuesto para negociar.

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