Greta y la extinción moral de la especie
Mario Burgos
«Aquel axioma que decía que «el capitalismo es lo que la gente hace cuando se le deja en paz», se ha vuelto un concepto anacrónico. Quizás tuvo su gran validez antes que el planeta entrara en crisis y lo amenazara una extinción masiva debido a la explotación desmedida de los recursos naturales»
Después de destrozar a la niña por no poder ni siquiera refutar su mensaje, es tiempo de que me destrocen a mí por lo que voy a decir. Seguramente me acusarán de desviar el centro de atención para oxigenar a la “niña malvada” que aun padeciendo del Síndrome de Asperger está mas informada acerca de este tema que la mayoría de los electores de nuestras orgullosas democracias.
He aquí entonces lo que iba yo a decir: aquel axioma que decía que «el capitalismo es lo que la gente hace cuando se le deja en paz», se ha vuelto un concepto anacrónico. Quizás tuvo su gran validez antes que el planeta entrara en crisis y lo amenazara una extinción masiva debido a la explotación desmedida de los recursos naturales. Y aunque el capitalismo y la era industrial han logrado elevar el problema a nivel de crisis mundial, mi crítica no es exclusivamente al capitalismo, sino a la humanidad.
Lo cierto es que somos depredadores por naturaleza y desde que salimos de África, a nuestro paso por todos los continentes hemos ido dejando una estela de destrucción masiva provocando así la extinción de numerosas especies de mamíferos, así como de otras especies humanas.
Aparentemente el invento de la ganadería desaceleró el exterminio por un tiempo hasta que el incremento exponencial de la población humana debido principalmente al invento de la agricultura, volvió a poner en peligro a casi todas las otras especies de mamíferos al arrasar los bosques y destruir así el hábitat propio y el ajeno. Hoy la destrucción es tal que nos enfrenta a nuestra propia extinción.
Siempre que una especie extermina las especies y los recursos que la alimentan, tiene que enfrentarse al peligro inminente de su propia extinción. En lo que se refiere al capitalismo, los Estados Unidos hasta hace poco consumían el 40% de los recursos del planeta con sólo el 6% de la población.
Esto obviamente ha cambiado con el surgimiento de otras potencias capitalistas como la India, China y Singapur, lo cual ha agravado el problema.
Es irónico, y cruel, que hasta que otros países empiezan a hacer lo que nosotros hemos estado haciendo es que nos damos cuenta de la peligrosidad del consumismo desmedido. Para que el capitalismo y la humanidad puedan sobrevivir nos tenemos que transformar y para esto debemos educarnos más en el tema y hacerlo nuestra prioridad.
Es mas, todo partido político que no le dé prioridad al medio ambiente debe ser condenado a su extinción política.
A como decía la niña diabólica que hoy nos empeñamos en destruir, «los espacios que abren las democracias liberales son el medio correcto para crear conciencia para salvarnos de la extinción».