Medardo Mairena, líder del Movimiento Campesino: «Los empresarios tienen temor»

El popular ex preso político afirma estar claro de que en las decisiones para tomar acciones más contundentes contra la dictadura hay intereses de por medio, pero dice también estar claro de que el pueblo ya tomó una decisión de liberarse del régimen y lograr la democratización del país. «El pueblo está observando -afirma- y después podrá pasar cuentas».

Revista Abril entrevistó a Medardo Mairena, uno de los personajes más emblemáticos en la lucha contra la dictadura del FSLN. Su activismo y el de sus compañeros en el Movimiento Campesino viene de años atrás, y se hizo más intenso en las luchas contra ese fraude múltiple que se conoce como Ley del Canal Interoceánico. 

Como era de esperarse, sufrió persecución. Fue capturado y condenado a 216 años de prisión. Después de casi un año encarcelado, gracias a la presión nacional e internacional sobre el régimen fue puesto en libertad condicional. 

Sin duda Mairena es uno de los líderes populares más visibles de Nicaragua, a quien la gente parece depositar mucha más confianza que a los políticos, lo cual quiere decir que se espera mucho más de él, quien a su vez dice estar dispuesto a no defraudar esa confianza y a seguir en la lucha sobre todo por quienes aún están en las cárceles.

Aunque dice estar comprometido con la defensa de los derechos humanos desde el año 2013, afirma que el acoso y la persecución a los campesinos «ha existido siempre». Agrega que el régimen Ortega Murillo está claro de que los campesinos nunca han compartido su ideología y subraya que fueron ellos las mayores víctimas de masacres en los años ochenta.

«El campo era el corredor de la Contra -recuerda-, y por eso el FSLN ha seguido asesinando en el campo de forma selectiva desde los años noventa, preparándose de cierta forma, desde entonces, para volver al poder. Las confiscaciones de tierras las iniciaron desde los años ochenta, pero ahora que volvieron al poder dictaron esa Ley 840 para seguir confiscado. Por eso fue que nosotros nos organizamos para luchar contra esto. Por eso es que nos hemos comprometido a buscar la participación de todos los sectores sociales en esta lucha contra el régimen».

Afirma que Ortega ha pretendido despojar a miles de campesinos de sus tierras. Se refiere prácticamente a las mejores tierras del país, pues según precisa el proyecto de expropiación de la franja canalera abarca «desde Brito, Rivas, pasando por el lago Cocibolca, la isla de Ometepe, los humedales de San Miguelito, parte de Nueva Guinea, hasta llegar a la reserva Indio Maíz».

«Estamos hablando de importantes recursos naturales -afirma-, tierras que aún permanecen fértiles y muchas otras del corredor seco donde ya no se puede cosechar, pero hay otras áreas importantes donde proyectaban construir supuestamente proyectos hidroeléctricos, que eran grandes cantidades de tierra en posesión de productores, a quienes pretendían despojar de sus propiedades. Solo por el simple hecho de que eran las mejores tierras y porque Ortega todo lo resuelve con dinero o con plomo».

«Nosotros -afirma- lo que hicimos fue organizarnos, aliándonos con todos los sectores que estaban siendo afectados, y empezamos a llamar al pueblo a que se sumara, porque no solo se trataba de la expropiación de las tierras sino también de la violación a los derechos humanos, los derechos de las mujeres, la lucha por la autonomía de los estudiantes en las universidades, la situación de los territorios autónomos del Caribe en donde Ortega no respeta ninguna ley, a como no respeta tampoco la Constitución de la República».

Medardo recuerda que la Ley 840 le concede al chino Ying Wang la facultad de tomar las tierras que le interesen, no importa si están o no en la ruta proyectada del Canal.

«Simplemente si le gusta una tierra te la puede expropiar. También le permite hacer y deshacer a su antojo con los recursos naturales del país, mientras a gente de escasos recursos no se les permite utilizarlos para subsistencia y son encarcelados si lo hacen. Lo mismos privilegios otorgados al chino lo tienen los allegados a Ortega que han saqueado los recursos naturales de grandes zonas del país».

«Por eso -afirma- consideramos una responsabilidad organizarnos y defender las tierras y los recursos que están siendo expoliados y amenazados».

Afirma que se mantuvieron firmes en su lucha en defensa de sus tierras, dispuestos a morir antes que ser despojados, y confiesa que le sorprendió que fuese en la ciudad y que fueran los estudiantes quienes expresaran en abril 2018 el fin de la paciencia que hasta entonces habían mostrado los nicaragüenses ante los abusos del régimen.

«Ortega siguió reprimiendo y abusando de los nicaragüenses. Nunca esperó la reacción de los estudiantes y empezó a asesinarlos. Esa fue la gota que colmó el vaso. El pueblo despertó y nosotros por supuesto continuamos nuestra lucha y nos integramos organizadamente a todo el movimiento que entonces empezó a gestarse».

Sobre la primera fase del diálogo dice que fracasó porque ni los delegados del gobierno tenían capacidad de decisión, ni Ortega estaba dispuesto a ceder en nada de forma pública, pues tenía que mantener activas y unidas a sus bases, y que mientras el régimen seguía reprimiendo y asesinando jóvenes el diálogo empezaba a verse «como un circo».

Afirma que ellos, como movimiento campesino, tienen autonomía para tomar sus propias decisiones, al igual que respetan las que tomen o asuman el resto de movimientos y organizaciones que están en contra del régimen y que podrían estar en un proceso de preparación para una lucha más prolongada. Esto -dice- hace dar la impresión de que no hay unidad en las fuerzas de oposición.

«Yo soy positivo -agrega- y como movimiento campesino lo que intentamos es lograr la unidad de todas las fuerzas de la sociedad en apoyo a acciones más contundentes contra el régimen. Yo creo que el pueblo no está dividido, el pueblo ya tomó una decisión, y es ir hasta el final hasta lograr la democratización de Nicaragua. No podemos confiarnos ni esperar hasta elecciones en el 2021. Para nosotros un día más que Ortega permanezca en el poder significa más muertos, más perseguidos, más torturados; además de la destrucción de la economía».

Afirma estar claro de que hay quienes quieren una caída suave de Ortega, pero dice que ellos están trabajando todos los días para que haya más contundencia en las acciones del movimiento azul y blanco. «Nosotros estamos trabajando en función de corto o mediano plazo, no podemos esperar, porque es a nosotros a quienes diariamente nos están matando y nos están persiguiendo. Cada día hay campesinos asesinados. Nosotros no estamos para esperar nada. Si bien es necesaria la unidad de todas las fuerzas contra el régimen, creemos que hay que ir al grano con el asunto de la unidad para así emprender acciones más contundentes. Lamentablemente en cierto momento no ha habido sintonía entre las distintas fuerzas y movimientos, pero creemos que es urgente encontrar esa sintonía y unidos lograr acciones que nos saquen de esta crisis y podamos emprender la democratización».

Respecto a las vacilaciones notables del gran capital para presionar con más contundencia al régimen, Medardo recordó que ellos se preocupan cuando los campesinos alzan su voz. 

«Nosotros mismos tenemos que presionar -agrega-, porque quienes ponen el hombro para que ellos hagan capital son los campesinos y los obreros, a quienes en sus empresas con frecuencia no se presta atención a sus necesidades y demandas, siendo ellos los que sostienen la economía de esas empresas. Eso casi nunca se valora. Entonces vemos que aquí hay intereses, pero también creo que todos estamos concientes que tenemos que salir de esta crisis».

«No tenemos nada en contra del sector del gran empresariado -afirma-, pero creo que tienen temor. Es claro que ellos tienen todos los recursos que nosotros no tenemos. Pero nosotros, con nuestros pocos recursos, nos hemos organizado y movilizado. Ellos deben poner los pies sobre la tierra y darse cuenta que el pueblo ya decidió. Sabemos que desde antes hubo un matrimo entre el sector empresarial y Ortega, pero también sabemos que en este contexto ellos están ahora concientes de que hay que salir de esta crisis, porque también los está afectando todos los días».

Mairena recordó que todo esto se lo hicieron saber a los empresarios desde antes de que él fuera encarcelado. «Les dijimos que el pueblo ya había tomado una decisión y que no íbamos a retroceder. Entiendo que la presión que reciben de Ortega es muy fuerte, pero en estos momentos el pueblo está fiscalizando, está observando, y después podrá pasar cuentas. Recordemos que sobre los hombros de los campesinos y los trabajadores descansa su economía, y que son ellos quienes diariamente están siendo perseguidos y asesinados».
Esta y más interesantes declaraciones de Medardo Mairena en esta entrevista exclusiva con Revista Abril.