John Cerna, preso político: «Somos más de 90…Lo único que me queda es pelear.»
Desde la cárcel, donde la dictadura orteguista lo mantiene secuestrado bajo condiciones que violan los derechos humanos durante ya cuatro meses, el líder estudiantil John Cerna ha hecho pública una carta en la que critica acremente a los políticos nicaragüenses que pretenden utilizar su imagen y la de otros presos políticos para legitimar su proyecto de “elecciones” (entre comillas en la carta). Cerna incluye en su condena y reclamo tanto a los “partidos viejos, el MRS, PLC, CxL”, como a la Alianza Cívica, de la que dice haber “demostrado que no están a la altura de las demandas del pueblo de Nicaragua”, y a los estudiantes integrados en la Coalición Nacional, de quienes dice que “se dejaron llevar por los más longevos y el sector privado, en otras palabras, pasar por ingenuos, ganar visas o algún otro beneficio.” Revista Abril obtuvo autorización para reproducir la carta, publicada originalmente en la plataforma de Nicaragua Investiga, por gestión de personas cercanas a John Cerna y su familia.
Soy yo nuevamente, John Cerna. Preso político de la dictadura criminal de Daniel Ortega y les escribo desde esta mazmorra en la que me encuentro confinado desde hace más de cuatro meses.
Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí una carta. La Coalición se unió finalmente y dicen que su prioridad somos los presos políticos, pero acá adentro sabemos que eso no es así. Solo buscan su cuota de poder y su discurso es fuera de sitio porque nunca han estado ni tendrán cercanía con nosotros.
Me enteré que la Alianza Cívica y otras organizaciones utilizaron una foto mía en un panfleto exigiendo mi libertad. Les agradezco el gesto, pero prefiero que no me ocupen para hacer su campaña política y mucho menos que usen mi imagen para tratar de ganar legitimidad ante el pueblo.
Esa legitimidad que no gozan, no la van a conseguir con mi imagen ni con la de ninguno de los que nos encontramos secuestrados. Es importante recordar que la Alianza Cívica nació por una necesidad de contexto: Diálogo. Dos años después esa necesidad evolucionó y ya han demostrado que no están a la altura de las demandas del pueblo de Nicaragua.
Ahora utilizan mi foto como campo mediático. Yo no soy la representación ni de ustedes ni de todos los presos políticos. Siempre hablo de que “personificar” es un grave error, solo visibilizamos a uno, pero ¿y el resto?, somos más de 90 los que estamos resistiendo día a día los abusos de este régimen desde aquí adentro, desde el hacinamiento, la oscuridad, el calor, el hambre, las agresiones, pero nada de eso duele más que la nostalgia, la tristeza, y el dolor de nuestras familias y el de las familias de nuestros mártires.
Somos más de 90 y no somos solo una cifra. Cada uno tiene nombre, rostro y su propia historia de cómo ha sufrido los embates del régimen.
Hay personajes como Miguel Mora y Edwin Carcache, que si bien son excarcelados, ellos no tienen la representación de todos los presos políticos. Carcache nunca tuvo más que un micrófono y altoparlantes, es decir solo faranduleo.
No me identifico con ninguno de los jóvenes que está en la Alianza Cívica y tampoco con los que están en la Unidad Nacional Azul y Blanco, no es nada personal, pero como preso político ninguno me representa porque tus hechos son los que hablan por vos. La autonomía que tanto demandan nunca fue su prioridad, porque reciben beneficios de sus promotores, en este caso las otras facciones de sus entidades.
Para ser honesto, al ver mi foto en sus panfletos me recordó el entierro de la Valentina, nuestra querida “Toretto”. Hubo mucha gente que ella en vida no quería tener cerca y esa gente lo sabía, y aun así tuvieron el descaro para llegar a sus funerales.
Los estudiantes se dejaron llevar por los más longevos y el sector privado, en otras palabras, pasar por ingenuos, ganar visas o algún otro beneficio. Todos temíamos por nuestras vidas, sin embargo hay voces que no han sido escuchadas y eso es adrede. La cultura del caudillismo aún dentro de las organizaciones jóvenes no ha sido erradicada. No tengo nada en contra de alguien en particular, sino que simplemente he vivido el dolor ajeno y el propio. Luego los partidos viejos, el MRS, PLC, CxL, con dirigentes ancianos y que han permitido que todo esto ocurra. Ya siéntense señores…Roberto Gonzalez murió en tiempos del 6% y nadie hizo nada, más que un monumento.
La historia lo dicta, son ciclos en búsqueda de poder, porque no van a querer que les quiten eso, y siempre van a disimular sus arreglos por debajo de la mesa.
Ciudadanos por la Libertad (Cxl) no quiere unirse y doña Kitty Monterrey ha dicho ya sus razones pero la verdad es que eso no los hace diferente del FSLN. Sus “líderes”, te dicen que sos muy “joven” para decidir, históricamente han estado ahí bajo la sombra. Tampoco permitirán que alguien por iniciativa propia haga algo distinto, su prioridad es tener personería jurídica.
Ya lo he dicho antes, la solución no es a través de “elecciones” solamente, el mal no acaba aun. No se trata de un presupuesto, tampoco de una personería. Justicia Transicional, no repetición, cambios en todos los poderes del Estado. Ese es el verdadero camino.
El lunes 13 y martes 14 conmemoramos la operación limpieza en la UNAN que nos costó la vida del “Oso” Francisco Flores, y “el Chino” Gerald Vásquez. Mínimo harán una misa o acto de presencia, pero para quienes estuvimos ahí y sus familias es un dolor que aun cargamos. Aprovecho para enviar un abrazo a todos los sobrevivientes del ataque a la parroquia Divina Misericordia, dos años y muchos seguimos en pie de lucha.
Espero que Miguel Mora y 100% Noticias no publiquen mi carta sin autorización mía como la vez pasada. La otra vez yo autoricé a El Faro y ahora a Nicaragua Investiga y Confidencial. Por cierto, después de esa última carta me negaron el cambio de tarjeta para que mi hermana me visite, así que por ahora no podré verla.
Lo único que me queda es pelear por los que seguimos aquí, y que padecemos el día a día. Y por los que se fueron del país y en algún momento van a retornar. Además de los que se mantienen resistiendo con la llama viva de abril y esperando que finalmente un día sea de día.