La conformación de la Alianza de Derecha
Oscar René Vargas
La Alianza de Derecha (AD) conformada por la Alianza Cívica (AC), el Gran Capital (GC) y Ciudadanos por la Libertad (CxL) pone de manifiesto con bastante exactitud cuál es el perfil de esta nueva estrategia electoral: salida al suave de las cinco crisis que tienen a nuestra Nicaragua crucificada.
Si bien se conocía desde hace algún tiempo la conformación de la Alianza de Derecha, algunos analistas y políticos tendían a no creerlo. ¿Cómo es posible que repitan los mismos errores del pasado? se decían. Por eso, la mejor manera de afrontar la realidad es retratando con franqueza el perfil de esa Alianza de Derecha (AD) excluyente.
<<…la principal intención de la Alianza de Derecha es el poder relacionarse directamente con el régimen Ortega-Murillo>>
Los mismos poderes fácticos de siempre, pero con distinto disfraz
Primero que todo, aclaremos a nuestros lectores que la principal intención de la AD es el poder relacionarse directamente con el régimen Ortega-Murillo. Por eso es que escoge presentarse hoy con un nuevo disfraz. Pero es fácil reconocer sus intenciones porque están contaminadas por esa arcaica cultura política de acuerdos perversos y de pactos políticos con el sistema dictatorial. La AD no tiene otra ambición que ser el vagón de cola de la dictadura a cambio de favores, dádivas y subvenciones.
No tenemos derecho a decir que ignoramos dónde es que nos llevan las mismas políticas de siempre que defiende la AD. Sabemos perfectamente lo que pretenden: participar en las elecciones de noviembre 2021 con o sin reformas electorales. Por lo tanto, su participación será aprovechada por el régimen para legitimarse, y a cambio se le cederá una mayor cuota de poder de decisión a los poderes fácticos económicos.
Políticos zancudos y el Síndrome de Pedrarias
¿Cuál será la reacción de los miembros de la Coalición Nacional? Es muy probable que se ahonde la fractura entre la Coalición Nacional/UNAB y la Alianza de Derecha (AD). Quienes apoyan a la AD son sectores estudiantiles y jóvenes -además de políticos de la derecha tradicional- que no entienden ni su país, ni su historia, ni el siglo XXI. La aspiración de la AD es poder federar a su alrededor a los partidos colaboracionistas tales como el Partido Conservador, el Partido Liberal Constitucionalista, Yatama, y otros…
Sea como sea, para analizar la AD hay que tener presente que una de las características de los políticos tradicionales es que padecen del Síndrome de Pedrarias.1 Es por eso que se vuelve tan difícil construir una unidad y derrotar a la dictadura. Ellos no son políticos que buscan derrotar/cambiar a la dictadura. Ellos usan la política como arma de sus propias batallas e intereses y únicamente para su propio beneficio.
<<Cualquier alianza política que acepte ir a las elecciones sin garantías, se transforma en un instrumento de la dictadura.>>
Los políticos zancudos son muy peligrosos en la lucha contra la dictadura. Aunque se presenten como aliados del pueblo y hayan perfeccionado su lenguaje político populista, todos los “partidos” que han parasitado al régimen tienen una estrategia política común: usar las elecciones para alcanzar algún puesto relevante. Ellos no buscan cómo derrotar a la dictadura, ni tampoco les interesa elaborar un modelo económico inclusivo, capaz de incentivar el desarrollo de nuestro país tan atrasado económicamente.
Cambia el discurso, pero sigue el modelo de “autoritarismo responsable”
Cualquier alianza política que acepte ir a las elecciones sin garantías, se transforma en un instrumento de la dictadura. La ideología detrás de la estrategia de la AD es empresarial Por eso es decisivo analizar todo lo que dicen o hacen los miembros de la AD para poder descubrir los elementos comunes con los pactos políticos y empresariales de los últimos veinte años. Las cabezas pensantes de la Alianza Cívica, encargadas de armar el nuevo escenario político tras la salida de la Coalición Nacional/UNAB, son también los ideólogos que calcularon que la conformación de la Alianza de Derecha (AD) favorece tanto sus intereses como los del dictador.
Hay que reflexionar sobre cuáles son los factores determinantes para que esto haya sucedido. La AD es una opción política dominada por miembros del gran capital, los que son favorables a una salida al suave y siguen pensando que el “autoritarismo responsable” los favorece. Desde luego, también están convencidos de que lograrán transformarse en la segunda fuerza política del país para las elecciones de noviembre de 2021; es decir, esperan obtener una mayor cuota de poder.
La AD no tiene ninguna intención en cambiar el modelo político y económico tradicional. A lo que aspiran es a mejorar la distribución del poder político a su favor. ¿Cuál es el sentido de querer deshacerse del dictador si mantenemos su modelo económico y social? ¿Cuál es el sentido de apoyar a quienes no exigen ningún código de ética a los empresarios que aspiran a tomar las riendas de este país? Ellos han demostrado que son capaces de burlarse del destino de millones de nicaragüenses que sueñan con un país más democrático, justo e inclusivo.
Por su parte, el régimen Ortega-Murillo razona de la siguiente manera: si la oposición se presenta fragmentada, si se desprecian entre sí y luchan, entonces serán débiles, legitimarán las elecciones y el FSLN podrá conservar el poder. Es decir, el objetivo del régimen es evitar la formación de una amplia coalición nacional que pueda vencerlos.
La política de los “Cinco Cebos”
Para dividir y confundir al pueblo, el régimen les ofrece esta cautivadora agenda económico-social a los miembros del gran capital. Se trata de la política de los Cinco cebos:
- Influir en la legislación económica
- Legislación laboral flexible y ausencia de huelgas
- Salarios bajos
- Ganancias extraordinarias
- Exoneraciones y prebendas de todo tipo.
Por eso, reiteramos que lo más urgente ahora es alcanzar la unidad en la diversidad. Y para que quede claro, unidad no significa unanimidad, ni tener que estar de acuerdo en todo. Necesitamos unidad en nuestro objetivo de derrocar a la dictadura; y para eso es necesario implementar una estrategia flexible, iniciar un debate político sin insultos, con proyectos de desarrollo, y con un análisis serio y crítico de la actualidad. Eso nos permitirá desnudar el verdadero objetivo político de la Alianza de Derecha y de todos los demás “falsos opositores”.
[1] En la cultura política nicaragüense se le llama Síndrome de Pedrarias a la cultura política arcaica que invita a actuar siempre por interés personal, con violencia, a traición y nunca a favor de los que habitan el territorio gobernado/administrado. El nombre viene de Pedro Arias de Ávila, apodado Pedrarias, quien fue un político y militar castellano enviado como Gobernador por la Corona española en el siglo XVI. Pedrarias mandó a decapitar a Francisco Hernández de Córdoba, su antiguo aliado y fundador de Granada y de León Viejo.
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