La economía de Nicaragua: de recesión a depresión
Oscar René Vargas
Mentira y crimen
“El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante, pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!” escribió Bertolt Brecht. Las mentiras y las distorsiones de la realidad son parte de la narrativa oficial del régimen Ortega-Murillo.
Diferencia entre recesión y depresión
En economía, el término depresión económica describe una forma extrema de crisis económica que implica una gran disminución sostenida de la producción y el consumo privado, acompañadas de altas tasas de desempleo y quiebras empresariales.
Se dice que hay una depresión económica cuando se alcanzan 10 trimestres de decrecimiento negativo (en Nicaragua, de abril 2018 a septiembre 2020) y cuando el decrecimiento acumulado supera una caída del 10 por ciento del PIB (en Nicaragua el acumulado es de 14.1 por ciento del PIB desde abril 2018 a la fecha). Junto a la duración y profundidad de la caída del PIB, la depresión se manifiesta en un incremento marcado del desempleo, restricción del crédito, reducción de la producción, caída de la inversión y de los salarios reales, numerosas quiebras de empresas (ya sean pequeñas, medianas o grandes), disminución de las ganancias de los bancos y de las empresas, desvaloración o depreciación de las empresas, bienes inmobiliarios y/o bancos, dificultades en el sistema financiero (cierre de sucursales bancarias y dificultades de las microfinancieras), montos reducidos de comercio y contracción del consumo.
También se puede presentarse fluctuaciones en el tipo de cambio monetario que, en su mayor parte, se presentan como devaluaciones. La deflación o la hiperinflación son también posibles. Finalmente, hay que señalar que, mientras que la recesión es una caída cíclica de la economía que puede ser de relativamente corta duración (unos cuantos trimestres), la depresión es más duradera, en el punto más bajo del ciclo económico.