La lucha contra UNEN y los desafíos de los grupos estudiantiles de oposición
Augusto Morales
Por considerarlo de importancia, y como una propuesta para la discusión, nos hemos propuesto rescatar la historia del movimiento estudiantil en la incesante lucha por la defensa de la autonomía universitaria.
El 19 de abril de 2018, la brutal represión de la dictadura Ortega-Murillo provocó una revuelta estudiantil que fue masacrada, encendiendo la llama de la insurrección popular en toda Nicaragua. Surgieron espontáneamente nuevos dirigentes y grupos estudiantiles que no tenían ninguna relación con las tradiciones de lucha de las generaciones anteriores. Todos enfrentaron emotiva y desorganizadamente al mismo poderoso enemigo: la corrupta burocracia estudiantil de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), controlada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Orígenes y evolución del movimiento estudiantil universitario
El 15 de septiembre de 1914, bajo la ocupación de los marinos norteamericanos, en la ciudad de León, donde estaba la sede de la Universidad Nacional de Nicaragua (UNN) (todavía no era autónoma), los estudiantes fundaron el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), primera organización estudiantil de educación superior en Nicaragua.
Los estudiantes siempre jugaron un enorme papel en la lucha contra los gobiernos de turno, al reflejar el descontento de la clase media. Pero fue en la época de la dictadura somocista que jugaron un rol de vanguardia en la lucha por conquistar las libertades democráticas, especialmente la generación de 1944 ligada al recién fundado Partido Liberal Independiente (PLI), que rescataba los principios del liberalismo contra la apropiación del viejo partido Liberal por parte del general Anastasio Somoza García.
El involucramiento del movimiento estudiantil en la actividad política anti-somocista tiene un hito en la generación de 1944, cuando los estudiantes y el recién fundado PLI, se oponen a la constante reelección de Somoza y se movilizan beligerantemente en su contra
Después de un largo periodo de movilizaciones, Luis Somoza, sucesor de su padre quien fue ajusticiado en septiembre de 1956, cede a las presiones estudiantiles y otorga autonomía a la UNN en 1958.
El año 1959 fue de enorme agitación estudiantil, influenciados por una ola de radicalización que se produjo en toda América Latina, por el triunfo de la revolución cubana. El 23 de julio de 1959 se produjo una masacre durante una marcha estudiantil, realizada por la Guardia Nacional.
A pesar que ya existían grupos guerrilleros, y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) fue fundado en 1961, todavía no existía una relación entre esta organización y el movimiento estudiantil. Fue la masacre del 22 de enero de 1967, cuando el Partido Conservador mostró su incapacidad para dirigir la lucha antisomocista, que comenzaron a crearse condiciones políticas para que el FSLN tuviese influencia organizada en el movimiento estudiantil.
El Frente Estudiantil Revolucionario (FER) fue fundado en 1961, por un grupo de estudiantes progresistas, todavía no era una organización controlada por el FSLN. Desde finales de los años cincuenta, la presidencia del CUUN se turnaba entre León y Managua.
Entre 1961 y 1965, se suceden como presidentes del CUUN: Allan Gross, Juan José Ordóñez, Manuel Elvir, y Octavio Alfaro. En el año 1964 gana la presidencia del CUUN Duilio Baltodano, del Frente Demócrata Cristiano (FDC) brazo del Partido Socialcristiano (PSC), que derrota a Sócrates Flores, del FER. En 1965, Brenda Ortega, del FDC, ganó la presidencia del CUUN contra Michelle Najlis, del FER. En 1966, Filiberto Sarria, del FDC, ganó la presidencia del CUUN en León.
En 1968, Hugo Briceño Mejía, representante de la Juventud Universitaria Católica (JUC), se presentó como candidato independiente y fue electo presidente de la Facultad de Economía y del CUUN para el periodo 1968-1969. Estando en ese cargo fue reclutado por el FSLN, iniciándose de esta manera un largo periodo de influencia y control del sandinismo sobre el movimiento estudiantil universitario. En el año 1969 se realizó el IV Congreso del CUUN, que retomó las tesis del FSLN sobre la lucha contra la dictadura somocista.
Después, con la elección de Edgar “La Gata” Munguía, candidato del FER, como presidente del CUUN en 1969, se inició un periodo de control del FSLN sobre el movimiento estudiantil. Le siguieron Octavio Rivas (1970), Melvin Rivas (1971).
En 1960 fue creada la Universidad Centroamericana (UCA), la primera universidad privada propiedad de los jesuitas, en terrenos que fueron donados por la dictadura somocista. El objetivo era educar a la nueva clase media que se había formado con el boom económico de la postguerra. No obstante, la radicalización de los jóvenes de clase media produjo, en 1966, la primera huelga y toma de sus instalaciones, dirigidos por el Centro Estudiantil Universitario de la Universidad Centroamericana (CEUCA) que tenía entre sus principales dirigentes a Casimiro Sotelo. Una generación de líderes estudiantiles fueron expulsados, y muchos de ellos formaron parte, más adelante, de la guerrilla sandinista. El FER y el CEUCA mantuvieron relaciones fraternales, pero el CEUCA terminó siendo desarticulado por la represión que expulsó a todos sus dirigentes.
En 1971 se produjo la primera división del FER, un grupo disidente fue expulsado y organizó el grupo Hacia La Revolución Popular (HLRP), que en 1974 se convirtió en Liga Marxista Revolucionaria (LMR). En 1974, después del asalto del FSLN a la casa de Chema Castillo, se produjo otra división en el FER y en el FSLN: surgió así la llamada Tendencia Proletaria (TP). Dentro del FSLN había dos corrientes; la predominante sostenía la concepción de la Guerra Popular Prolongada (GPP), la de una guerrilla que crecía en el campo hasta rodear las ciudades, y la disidente era la TP que planteaba la necesidad de establecer amplias alianzas contra la dictadura y la de construir el partido proletario. En 1975 surgió otra corriente conocida como “terceristas”, liderada por los hermanos Ortega Saavedra, esta última corriente no tuvo influencia sobre el movimiento estudiantil.
La división dentro del FSLN se trasladó la interior del FER. Miguel Bonilla fue electo presidente del CUUN (1972-1974), pero cuando Francisco Meza (1975) fue electo ya pertenecía a la TP del FSLN. La segunda gran división del FER se hizo pública. La mitad de las asociaciones y facultades quedaron en manos del FER-TP y la otra mitad en manos del FER-GPP. Importantes sectores estudiantiles de los colegios cristianos (La Salle, Teresiano e Inmaculada) agrupados el Movimiento Cristiano Revolucionario (MCR) y una parte del FER asumieron las posiciones de la TP del FSLN.
A pesar de la hegemonía política del FER dentro del movimiento estudiantil universitario, iniciada en 1968, existieron otras organizaciones políticas que trataron de ganar la presidencia del CUUN y de las facultades. Entre estas organizaciones políticas podemos mencionar las siguientes: los Comités de Lucha de Estudiantes Universitarios (CLEU), brazo estudiantil del Movimiento de Acción Popular Marxista Leninista (MAP-ML), de influencia maoísta; la Juventud Socialista Nicaragüense (JSN) que organizó la Unión Democrática Estudiantil (UDE), ligada al Partido Socialista Nicaragüense (PSN); la Liga Marxista-Revolucionaria (LMR), de influencia trotskista; la Izquierda Revolucionaria Cristiana (IRC), ligada al Partido Social Cristiano (PSC); el Frente Estudiantil Liberal Somocista, que después se convirtió en el Frente Estudiantil Revolucionario Nacionalista, (FERNA), ligado al Partido Liberal Nacionalista (PLN) de la familia Somoza.
Como se puede apreciar, en los años 60 y 70 del siglo pasado, el movimiento estudiantil era la caja de resonancia de las agrupaciones políticas, la mayoría de izquierda. Todos los grupos políticos tenían presencia en la UNAN, aunque las asociaciones por facultades tenían gran autonomía y obedecían el mandato de sus bases a través de asambleas. El auditorio 12 de la UNAN- Managua, así como el auditorio Ruiz Ayestas de la UNAN-León, eran los lugares donde se protagonizaban los debates. Los pleitos estudiantiles eran terribles y acalorados, pero en raras ocasiones se llegó a la agresión física.
El FER-GPP recuperó la presidencia del CUUN con Irving Dávila (1976) y Noel Martínez (1977). A partir de ese año, ya no hubo más elecciones democráticas para la elección del presidente del CUUN. En octubre de 1977 la tendencia tercerista inicio ataques militares a los cuarteles de Ocotal, San Carlos y Masaya. En 1978, fue asesinado Pedro Joaquín Chamorro, y se produjo el primer estallido insurreccional de masas.
Al iniciarse una situación revolucionaria (1978-1979), contradictoriamente no hubo más procesos electorales en el CUUN. Noel Martínez fue sustituido por Germán Ruiz (1978), quien fungía como secretario general del CUUN. Este fue sustituido por Mario Noguera y finalmente por Irving Larios. El FER y el CUUN se convirtieron en simples grupos de apoyo de la guerrilla del FSLN, que se había convertido en una importante fuerza política y militar.
Desde finales de los años 60 del siglo XX, el movimiento estudiantil universitario se convirtió en base social de apoyo de la guerrilla del FSLN, en un semillero de cuadros, de donde salían combatientes para la guerrilla en la montaña, los futuros comandantes guerrilleros, pero en el periodo 1978-1979 se produjo un retroceso cualitativo: desapareció el CUUN como organismo amplio de base de los estudiantes, para convertirse en un organismo para partidario del FSLN. Este punto de quiebre nos explica lo que ocurrió en la década de los años 80 con el movimiento estudiantil.
El triunfo de la insurrección popular contra la dictadura somocista el 19 de julio de 1979, consolidó la hegemonía política del FSLN sobre el movimiento estudiantil, pero también significó el fin de la democracia estudiantil que se vivió en la UNAN. A partir de julio de 1979 la influencia política, ganada en la lucha contra la dictadura somocista, se convirtió en control totalitario sobre los tres componentes de la comunidad universitaria (profesores, trabajadores y estudiantes).
En julio de 1981, en pleno auge del gobierno del FSLN bajo la revolución, se realizó el octavo congreso del Movimiento Estudiantil Universitario. La orden de la Dirección Nacional del FSLN fue desaparecer al CUUN para constituir la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN). EL CUUN había sido, en los duros años de la lucha contra Somoza, una organización estudiantil democrática, con corrientes en su seno, influenciada por el FSLN. La desaparición del CUUN no fue algo casual, representó la liquidación de la autonomía de la organización estudiantil, que pasó a convertirse en un organismo subordinado política y disciplinariamente al FSLN en el poder. Así como el FER se convirtió en Juventud Sandinista 19 de Julio (JS-19), organismo juvenil partidario del FSLN, el CUUN se transformó en UNEN para convertirse en un organismo de base estudiantil, pero bajo la estricta disciplina y el control burocrático del FSLN.
Durante la década de los años 80, grupos de izquierda como la LMR, en 1979 y 1982, presentaron candidatos a la presidencia de UNEN, pero fueron perseguidos y expulsados violentamente de las universidades. En 1984, grupos de izquierda como la LMR el MAP-ML e incluso, grupos de derecha, especialmente socialcristianos, agrupados en la Coordinadora Democrática Nicaragüense (CDN), presentaron candidatos por separado a la presidencia de UNEN, pero sin mayor trascendencia. En 1987, en las elecciones a presidente del RUCFA, el candidato de la LMR, Luis Quintero, obtuvo el 40% de lo votos contra Ovidio Reyes, candidato de la JS-19, siendo una de las votaciones mas altas. El secreto de esa alta votación fue la consigna central de campaña, por la derogación del Reglamento Académico, que fue aprobado de manera inconsulta
La guerra civil (1982-1990) que se desarrolló en el país convirtió a la JS-19 y a UNEN en las principales fuentes de reclutamiento de jóvenes que debían prestar el Servicio Militar Patriótico (SMP), y con ello se produjo una enorme erosión en la tradicional base social de apoyo del FSLN, y un desgaste en ambas organizaciones. Después de 1990, la JS-19 prácticamente desapareció de la escena política, entonces el FSLN, que se había propuesto gobernar desde abajo, centró todos sus esfuerzos en el control de la UNEN para convertirla en una magnífica arma de presión social en la lucha por mayor presupuesto a las universidades públicas, donde se había concentrado una buena parte de la burocracia sandinista que había perdido sus trabajos en el Estado después de 1990.
Conquista y evolución de la autonomía universitaria
La lucha estudiantil por conquistar la autonomía universitaria fue un proceso casi simultaneo en toda Centroamérica. Los primeros en obtenerlas fueron los estudiantes salvadoreños. En El Salvador, la autonomía fue otorgada a la Universidad de El Salvador (UES) el 27 de julio de 1944 por el gobierno provisional del presidente Andrés Ignacio Menéndez y consagrada en la Constitución de 1950
En junio de 1944 estudiantes universitarios y maestros de Guatemala realizaron una huelga y manifestaciones, derrocando a la dictadura de Jorge Ubico, quien fue reemplazado por el militar Federico Ponce Vaides. En octubre de ese mismo año, la revolución derrocó al gobierno de Ponce Vaides. El 20 de octubre de 1944 se instauró una Junta Militar Revolucionaria, uno de sus primeros decretos otorgó la autonomía universitaria definitiva a la Universidad San Carlos (USAC) de Guatemala
En Costa Rica, la estatal Universidad de Costa Rica (UCR) fue creada en 1940, pero fue después de la revolución de 1948, y hasta que se aprobó la Constitución de 1949, que la autonomía universitaria fue elevada a norma constitucional
Una década después, otra Junta Militar en Honduras, aprobó el Decreto No 170, del 15 de octubre de 1957, aprobando la Ley Orgánica de la Universidad de Honduras (UNAH), que incluía la autonomía universitaria. El status de la UNAH como órgano rector de la educación superior, y la autonomía universitaria, fueron incluidas en la Constitución de 1957, permaneciendo así desde entonces, mientras que el Ministerio de Educación dirige la educación primaria y media.
Nicaragua fue el último país de la región en obtener la autonomía universitaria. En 1958, bajo la presidencia de Luis Somoza, el Congreso aprobó el Decreto No 38, DECRETADA LA AUTONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD DE NICARAGUA, publicado en La Gaceta No. 73 del 27 de marzo de 1958, que en sus partes medulares ordenó lo siguiente:
Arto. 1.- Dentro de las prescripciones establecidas por la Constitución Política, concédase autonomía docente, administrativa y económica a la Universidad Nacional de Nicaragua, creada por el Decreto-Ley No. 446, de 27 de Marzo de 1947.
Arto. 2.- La Universidad Nacional de Nicaragua tendrá capacidad jurídica plena para adquirir, administrar, poseer y disponer de bienes y derechos de toda clase, así como para contraer obligaciones en relación con sus fines, debiendo regirse por esta Ley y por sus Estatutos Fines de la Universidad (…)
(….) Arto. 4.- La libertad de Cátedra e Investigación es principio fundamental de la enseñanza universitaria.
En los órganos de gobierno, los estudiantes tenían apenas un delegado. Para ser electo delegado estudiantil, se tenía que cumplir con los requisitos establecidos en el art. 25: mínimo haber cursado el tercer año de la carrera y tener por lo menos nueve de promedio en sus calificaciones. Estas condiciones reflejan el conservadurismo de la época.
Mandato de la representación estudiantil:
Arto. 25.- Los Representantes estudiantiles que forman parte, tanto de la Junta Universitaria como de las Juntas Directivas y Asambleas Facultativas, serán electos para un período de un año, deberán haber completado el tercer año de estudio de su carrera profesional, ser de notoria buena conducta y tener nota promedio no menor de nueve (9) en el último año cursado.
2.1 La autonomía universitaria en las Constituciones de 1950, 1974 y 1987
En 1950, la reforma del art. 105 de la Constitución de 1950, publicada en La Gaceta No 123, del 3 de junio de 1966, en relación a la autonomía universitaria, no solo la elevó a norma constitucional, sino que estableció la obligatoriedad de aportar no menos del 2% del presupuesto nacional para la UNAN:
Art. 105. La Universidad Nacional gozará de autonomía docente, económica y administrativa, con plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones. Sus bienes y rentas gozarán de iguales garantías que los de los particulares y estarán exentas de impuestos locales, municipales y fiscales. La ley fijará su organización, funcionamiento y atribuciones. El Estado contribuirá al sostenimiento, desarrollo y engrandecimiento de la Universidad Nacional Autónoma con una asignación anual no menor del 2% de los ingresos ordinarios fiscales percibidos por concepto de impuestos, cantidad que le será entregada de acuerdo con el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República.
El Estado promoverá la formación del patrimonio propio de la Universidad Nacional Autónoma y ésta no podrá destinar sus bienes y recursos ni disponer de ellos para fines ajenos a sus actividades normales.
El Tribunal de Cuentas fiscalizará sus balances, presupuestos, estados de ingresos y egresos, y cuentas en general de acuerdo con la ley.
A la Universidad Nacional Autónoma no le serán aplicables las disposiciones contenidas en el Capítulo IV del Título VIII de la Constitución ni la del Art. 331 de la misma.
Esta disposición fue copiada íntegramente en el art. 115 de la Constitución de 1974.
A pesar que antes de 1979, una de las grandes consignas de la lucha del movimiento estudiantil universitario había sido aumentar del 2 al 6% del presupuesto para la UNAN, cuando se aprobó la Constitución de 1987 no quedo claramente establecida la autonomía universitaria, ni el monto de la asignación presupuestaria (ni siquiera menciona el 2% de las Constituciones anteriores), sino que quedó redactada de una manera vaga e imprecisa, en el art. 125 que estableció lo siguiente:
Arto. 125.- La Educación Superior goza de autonomía financiera, orgánica y administrativa de acuerdo con la ley. Se reconoce la libertad de cátedra. El Estado promueve la libre creación, investigación, y difusión de las ciencias, las artes y las letras.
Mientras las Constituciones de 1950 y 1974 establecieron la autonomía universitaria como norma constitucional, definiendo conceptos y fijando el monto mínimo del 2% del presupuesto nacional para la UNAN, la Constitución de 1987 se refirió a “educación superior”, diluyendo la importancia de la UNAN como universidad estatal. No establecido que la UNAN sería el órgano rector de la educación superior,
2.2. Legislación relacionada con la autonomía universitaria (1979-1990)
Contrario a lo que se pueda creer, el gobierno sandinista en 1980 disolvió de un plumazo la autonomía universitaria en la UNAN, al crear el Consejo Nacional de la Educación Superior (CNES), presidido por un miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) mediante el Decreto No. 325, publicado en La Gaceta No. 54 de 4 de marzo de 1980.
En 1982 una reforma delegó en un ministro la presidencia del CNES, en la que participaban los rectores y 2 delgados de UNEN. Los rectores de la UNAN en Managua y León eran nombrados por la JGRN.
En 1987, cuando ya estaba vigente la Constitución que fue promulgada el 10 de enero de 1987, se creó el Consejo Nacional de Educación (CNE), del cual el CNES era uno de sus miembros.
En 1988, el control del gobierno sobre las universidades fue mucho mayor, cuando se creó, mediante el Decreto No. 327, publicado en La Gaceta No. 64 del 7 de Abril de 1988, un nuevo Ministerio de Educación:
“(…) que asumirá las funciones y atribuciones que han ejercido los Ministerio de Cultura y Educación; el Consejo Nacional de la Educación Superior y el Sistema Nacional de Capacitación. (…)
En pocas palabras, mediante un decreto se disolvió el CNES, que ya era un organismo supeditado el gobierno, para transformarlo en otro igualmente dependiente del gobierno.
2.3.- La Ley No 89, Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior
Fua hasta la derrota electoral del 25 de febrero de 1990, que el FSLN, en el periodo de transición, cuando se disponía pasar a la oposición, que aprobó un paquete de leyes relacionados con el candente tema de la propiedad, autonomía universitaria y presupuesto. La Ley No 89 fue aprobada antes que asumiera la presidencia la Sra. Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996).
La Ley No 89 incorporó a dos universidades privadas, la Universidad Centroamericana (UCA) y la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), como parte de las instituciones de educación superior que tendrían acceso al presupuesto del Estado. De igual manera, definió de manera más precisa el concepto y alcances de la autonomía universitaria:
Artículo 8.- Las Universidades y centros de Educación Técnica Superior del país gozarán de autonomía académica, financiera, orgánica y administrativa, entendidas de la siguiente manera:
Autonomía docente o académica: implica que pueden por si misma nombrar y remover el personal docente y académico, por medio de los procedimientos y requisitos que ellas mismas señalen; seleccionar a sus alumnos, mediante las pruebas y condiciones necesarias; elaborar y aprobar sus planes y programas de estudios y de investigación, etc.
Autonomía Orgánica: implica que proceden libremente a integrar sus distintos órganos de gobierno y a elegir sus autoridades.
Autonomía administrativa: implica disponer en todo cuanto se refiere a la gestión administrativa y al nombramiento del personal administrativo correspondiente.
Autonomía Financiera o Económica: implica la elaboración del presupuesto interno y la gestión financiera, sin perjuicio de la rendición de cuenta y fiscalización, a posterior, por la Contraloría General de la República.
Artículo 9.- La Autonomía confiere, además, la potestad de:
Gozar de patrimonio propio.
Expedir certificados de estudio; cartas de egresados; constancias, Diplomas, títulos y grados académicos y equivalencias de estudios del mismo nivel realizados en otras universidades y centros de Educación Superior, nacional o extranjeros. Las universidades estatales tendrán la facultad de reconocer los grados académicos y los títulos y diplomas universitarios otorgados en el extranjero.
Autorizar el ejercicio profesional, excepto la abogacía y el notariado, que por Ley compete a la Corte Suprema de Justicia.
La inviolabilidad de los recintos y locales universitarios. La fuerza pública sólo podrá entrar en ellos con autorización escrita de la autoridad universitaria competente.
Aprobar sus propios Estatutos y Reglamentos.
El arto 15 definió la composición del Consejo Universitario, como el máximo órgano de dirección de cada universidad:
Artículo 15.- El Consejo Universitario es el máximo órgano de gobierno de la Universidad; estará presidido por el Rector y estará integrado además, por el Vice-Rector General, los decanos de facultad, el Secretario General de la Universidad, que actuará como Secretario del mismo, los Presidentes de las asociaciones estudiantiles de la facultad, el Presidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua en la Universidad respectiva, dos representantes de la Asociación de Trabajadores Docentes y el Secretario General del Sindicato de Trabajadores no Docente.
Las representaciones por cada facultad están relativamente equilibradas, en la medida que por cada decano debe participar también el presidente estudiantil de cada facultad. La presencia del rector, vicerrector y secretario, están equilibradas con dos representantes de los docentes y un representante del sindicato de trabajadores. Hay un equilibrio aparente, pero existe una distorsión que disminuye el peso específico de docentes y trabajadores. Si revisamos con detenimiento este artículo, salta a la vista la numerosa presencia estudiantil. Sin lugar a dudas, esto fue aprobado así por el control que el FSLN ha tenido sobre UNEN. En el periodo posterior a 1990, el movimiento estudiantil universitario se convertiría en una poderosa fuerza de choque social en el forcejeo que el FSLN libraría por el 6% con los gobiernos de Violeta Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños.
Los Consejos de Facultades son los encargados de elegir al Rector y Vicerrector. Conforme el art. 30 de la Ley No 89, los Consejos de Facultad se integran de la siguiente manera:
Artículo 30.- El Consejo de Facultad será integrado por el Decano, quien lo preside, el Vice-Decano, el Secretario de Facultad, los directores de escuela, los presidentes de las asociaciones estudiantiles de la escuela, el presidente estudiantil de la facultad, dos representantes de la Asociación de Trabajadores Docentes y un representante del Seccional del Sindicato de Trabajadores no Docentes. Todos los miembros del Consejo de facultad serán electos para un período de cuatro años, con excepción de los representantes gremiales.
Las universidades que no tienen directores de escuela elegirán, en su lugar, dos profesores titulares propietarios, con sus respectivos suplentes. Los primeros serán miembros plenos del Consejo de Facultad. Los suplentes sustituyen a los profesores titulares propietarios en caso de ausencia temporal o definitiva de éste.
Como se pueden observar, los Consejos de Facultad son constituidos por el mismo nivel de representación por sectores que tiene el Consejo Universitario, con un alto peso de la representación estudiantil.
La conformación de la Asamblea General Universitaria y las Asambleas de Facultad, tienen el mismo nivel de representación.
El art 55 estableció el monto de la asignación presupuestaria no a las universidades estatales, sino al conjunto de las instituciones de educación superior:
Artículo 55.- El patrimonio de las universidades y centros de Educación Técnica Superior estará constituido por los bienes y recursos que a continuación se enumeran:
El aporte ordinario y extraordinario del Estado. El aporte ordinario no podrá ser menor del 6% del Presupuesto General de Ingresos de la República, como garantía mínima para hacer efectiva la Autonomía Universitaria. (…)
Hasta entonces quedó establecido el monto del 6% del presupuesto general de la república para la educación superior. Debido a que el art 55 se refería al “6% del presupuesto general de ingresos” el gobierno de Violeta Chamorro se resistía a entregar el monto del 6% correspondiente a donaciones provenientes del exterior.
La UNEN movilizó a los estudiantes en las calles, frente a la Asamblea Nacional, lo que obligó a los diputados a aprobar la Ley No 151, Ley de interpretación auténtica del artículo 55 inciso 1 de la «ley de autonomía de las instituciones de educación superior», publicada en el diario Barricada del día 12 de septiembre de 1982, la que estableció lo siguiente:
«El aporte ordinario del Estado, como garantía mínima para hacer efectiva la Autonomía Universitaria que no debe ser menor del 6% del Presupuesto General de Ingresos de la República, debe calcularse sobre el total de los ingresos ordinarios y extraordinarios establecidos en el Presupuesto General de la República para el año correspondiente, independientemente del origen de dichos ingresos».
En la conformación del Consejo Nacional de Universidades (CNU), encargado de manejar los fondos del Estado para financiar la educación superior, la representación estudiantil y sindical disminuye significativamente.
Artículo 57.- El Consejo Nacional de Universidades estará integrado por los rectores de las universidades, un representante de los directores de los centros de Educación Técnica Superior, electo de entre ellos mismos, el Presidente de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, el Secretario General de la Asociación de Trabajadores Docentes y el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Universitarios. El Ministro de Educación podrá participar de este Consejo como invitado, con voz, pero sin voto.
El Presidente será uno de los Rectores, electo por el Consejo para un período de dos años.
El peso de los rectores es determinante, el sector estudiantil, los docentes y trabajadores, tienen apenas un solo representante. La Ley No 89 es un como una pirámide, amplia por la base, pero se reduce al llegar a la cúpula, lo que indica que fue concebida para que los rectores manejaran discrecionalmente, sin mayores controles internos, el presupuesto del 6% para la educación superior.
2.4 La reforma constitucional de 1995
Ante el inminente triunfo electoral de Arnoldo Alemán, en 1995 la Asamblea Nacional, controlada por el Movimiento Renovador Socialista (MRS) y las diferentes fracciones del Partido Social Cristiano (PSC), aprobaron una profunda reforma constitucional que, entre otros, modificó el art. 125 de la Constitución de 1987, ampliando los conceptos y estableciendo el 6% del presupuesto nacional, no para la UNAN, sino para el conjunto de las instituciones de la educación superior, incluidas las universidades privadas y centros técnicos de educación superior.
Arto. 125.- Las Universidades y Centros de Educación Técnica Superior gozan de autonomía académica, financiera, orgánica y administrativa, de acuerdo con la Ley.
Estarán exentos de toda clase de impuestos y contribuciones fiscales, regionales y municipales. Sus bienes y rentas no podrán ser objeto de intervención, expropiación ni embargo, excepto cuando la obligación que se haga valer, tenga su origen en contratos civiles, mercantiles o laborales.
Los profesores, estudiantes y trabajadores administrativos participarán en la gestión universitaria.
Las Universidades y Centros de Educación Técnica Superior que según la ley deben ser financiados por el Estado, recibirán una aportación anual del 6% del Presupuesto General de la República, la cual se distribuirá de acuerdo con la ley. El Estado podrá otorgar aportaciones adicionales para gastos extraordinarios de dichas universidades y centros de educación técnica superior.
Se garantiza la libertad de cátedra. El Estado promueve y protege la libre creación, investigación y difusión de las ciencias, la tecnología, las artes y las letras, y garantiza y protege la propiedad intelectual.
Esta disposición constitucional no ha sido modificada en las reformas constitucionales posteriores.
El control sobre UNEN ha garantizado el manejo del 6%
El esfuerzo, sacrificios y muerte de miles de jóvenes durante la guerra civil (1982-1990), produjo un fenómeno de apatía política después de 1990. Los mejores cuadros del movimiento estudiantil, murieron en la guerra. Se produjo un quiebre o ruptura generacional en el movimiento estudiantil universitario, lo que desarrolló tendencias oportunistas y arribistas entre los dirigentes que no fueron a la guerra.
Después de la derrota electoral de 1990, la JS-19 prácticamente desapareció. El FSLN para resistir las embestidas del nuevo gobierno, necesitaba recomponerse dentro de la juventud, es decir, ganar nuevos adeptos. Para lograrlo, hizo autocriticas públicas, se dio golpes en el pecho, reconoció muchos errores, pero tenía una clara estrategia de preservar las cuotas de poder que tenía. Para ganar nuevos sectores juveniles, en el periodo de la transición, el FSLN aprobó la Ley No 89, dándole un enorme peso al movimiento estudiantil dentro de las estructuras de gobierno de la UNAN y demás universidades públicas y por ello le dio especial importancia al control de UNEN, que se convertiría en una fabulosa arma o maquinaria para administrar el 6% del presupuesto para las universidades.
Las formas del trabajo político del FSLN cambiaron un poco. En general, abandonó el discurso político y confrontativo: más bien se volvió gremialista-estudiantilista. En medio de una brutal crisis económica y del masivo desempleo (el país había quedado destruido) una forma de aglutinar a los estudiantes fue a partir de sus propias necesidades que obviamente el gobierno de turno no podía cumplir: becas, matriculas, gastos de salud, etc.
En el periodo 1990-2006 el movimiento estudiantil universitario jugó un gran papel en la lucha por defender el presupuesto del 6% para las universidades, que eran controladas por la burocracia que se había desarrollado en el periodo anterior, es decir, el periodo de la revolución (1979-1990). Para defender ese jugoso 6%, cada año se produjeron marchas y enfrentamiento violentos con la Policía, incluso hubo muertos y heridos.
El discurso revolucionario y populista fue utilizado para engañar a aquellos estudiantes pobres que luchaban por su propia beca. En el periodo 1990-1999, la facultad preparatoria de la UNEN, que agrupaba a los estudiantes más pobres que provenían de los departamentos, fue la principal fuerza de presión social que tuvo UNEN.
Un fenómeno característico de la época fue que el FSLN en la oposición, utilizó a los diferentes sectores sociales (campesinos, transportistas, médicos y estudiantes) como fuerzas de choque que le permitían forcejar y negociar cuotas de poder y prebendas con los gobiernos de turno. Estos sectores, salvo una parte del sector transporte, no eran necesariamente sandinistas. Luchaban por sus propias reivindicaciones, pero el FSLN se montaba hábilmente sobre el descontento y la movilización social, para obligar a los gobiernos de turno a negociar, y con ello arrancaban prebendas y preservaban o ampliaban cuotas de poder. En la mayoría de los casos, el FSLN no colocó banderas partidarias en las movilizaciones, sino que aparecían como lucha de sectores sociales.
Pero, al mismo tiempo que se libraba una dura lucha por el 6% para las universidades, el Consejo Nacional de Universidades (CNU) autorizó la creación de nuevas universidades privadas, en su mayoría de “zaguán”, permitiendo que una parte de estas recibieran, con el pretexto de ayudar a los estudiantes más pobres, asignaciones presupuestarias del 6%. Este drenaje de los recursos del 6% terminaría afectando a las universidades públicas.
Después de 1990: implantación del método guerrillerista, verticalista, y de lucha entre pandillas
Las movilizaciones estudiantiles fueron un fenómeno altamente progresivo (durante la revolución las luchas estudiantiles fueron prohibidas y reprimidas), pero también tuvo su lado oscuro. El FSLN incentivó las luchas estudiantiles para causar caos y zozobra, pero detrás de cada movilización avanzó en el proceso de controlar nuevamente al movimiento estudiantil, imponiendo métodos de luchas propios de las guerrillas, con un centralismo excesivo, las instrucciones bajaban de una cúpula reducida, sin posibilidades de discutir nada.
Ya hemos visto que en 1977 se produjo una ruptura de las tradiciones democráticas del movimiento estudiantil: se interrumpieron las elecciones y los procesos asamblearios. El FSLN subordinó a los organismos de masas a las necesidades de la lucha militar contra el somocismo. Después del triunfo del 19 de julio de 1979, las asambleas estudiantiles eran informativas, no había discusiones, no se podía discutir las directrices de la “vanguardia revolucionaria” que tomó el poder. Entonces, de 1977 a 1990, fueron trece años donde se perdieron las escasas tradiciones de elecciones y asambleas democráticas.
Esta pérdida de tradiciones democráticas se profundizó en medio de las luchas por el 6% para las universidades. Los fines de la lucha eran decididos por el FSLN, quien bajaba las orientaciones a la dirigencia de UNEN, y esta a su vez decidía lo que tenía que hacerse. Las consultas y la discusión democrática no existían. En medio de la apatía y la despolitización general, los sectores de vanguardia que luchaban fueron encuadrados en la disciplina militar, como si fuese una guerrilla urbana, explotando las tradiciones heroicas de la guerrilla del FSLN.
En vez de promover asambleas generales en las facultades, y masivas movilizaciones de estudiantes reclamando el 6%, se produjeron verdaderas batallas campales entre estos grupos de vanguardia, organizados por UNEN, y la Policía Nacional, lo que a su vez alejaba a las masas estudiantiles de la lucha por sus propios intereses. De esta manera, era UNEN quien dirigía a los estudiantes “guerrilleros” que libraban batallas con morteros y piedras.
En este proceso, UNEN promovió un tipo de organización, similar a las pandillas, pero bajo su control. La estructura era sencilla: un responsable, un verdadero pequeño caudillo, que bajaba las instrucciones y seguía fielmente las instrucciones y planes de UNEN, quien mantenía el control sobre una docena de estudiantes. A veces estos grupos rivalizaban entre sí. Esto era una distorsión o deformación de las estructuras de gobierno estudiantil contemplados en los Estatutos de UNEN. Se debilito de manera consciente esta organización estudiantil, para que los grupos de choque mantuvieran el control.
En última instancia, los grupos de choque eran controlados por los rectores, que son las personas que administran el presupuesto del 6%.
Las migajas del 6% y la corrupción de la dirigencia estudiantil
Sin control de las bases, las conquistas materiales que consiguieron, el CUUN primero y después UNEN, ha sido una fuente de corrupción de la dirigencia. Por Ley, una parte del presupuesto del 6% que administra el CNU pasa directamente a la caja de UNEN. En el año 2010, estos fondos ascendían a la cantidad de 180,000 córdobas mensuales, más el 15% de la matrícula de los recintos. A lo anterior habría que agregar negocios de comidería, fotocopias, alquiler de locales, que administra UNEN en cada recinto.
Incluso, una parte de los dirigentes de UNEN reciben el salario de un profesor, lo que convierte a la dirigencia en una casta burocrática, que vive y tiene privilegios solo por ser dirigente del movimiento estudiantil. Los rectores reparten y otorgan privilegios y de esta manera mantienen control sobre la dirigencia estudiantil.
No hay rendiciones de cuentas. Cualquier organización estudiantil necesita recursos, pero si no existe control de parte de las bases, ese dinero sirve a los rectores para comprar dirigentes, y mantener al movimiento estudiantil como caballito de batalla de los intereses de la burocracia universitaria.
Algunas luchas estudiantiles
En el periodo 1990-2006, la UNEN dirigió la movilización en las calles por el 6% para las universidades públicas, con métodos vanguardistas y guerrilleristas que con el tiempo fueron alejando a las bases estudiantiles, quedando el futuro de la lucha en manos de un reducido grupo de estudiantes.
La lucha por el presupuesto universitario también llegó a las universidades privadas. La Universidad Centroamericana (UCA), a pesar de ser una universidad privada, recibía una asignación del 6% desde el año 1990. En el año 2001, ante la amenaza de reducción de la asignación presupuestaria, los jesuitas decidieron impulsar la dolarización de los aranceles, lo que provocó una huelga estudiantil que terminó en la toma de las instalaciones. Era la segunda ocasión (la primera fue en 1966) que se producía una huelga con la toma de los edificios, por el CEUCA.
Pese al control de UNEN, durante la segunda quincena de Mayo del año 2011, el RURD fue sacudido por una movilización estudiantil, contra la posible reforma del modelo académico vigente, pasando de semestre al cuatrimestre. El Consejo Universitario de la UNAN pretendió aprobar silenciosamente dicha Resolución el día 27 de mayo, en la ciudad de Estelí. La lucha estalló espontáneamente por fuera de la dirección de UNEN. Grupos de estudiantes bloquearon la entrada al RURD, paralizando el tráfico de vehículos en la Avenida Universitaria. Al día siguiente, el Consejo Universitario retrocedió en sus pretensiones. Los estudiantes habían ganado la lucha, pero no surgió una nueva organización estudiantil.
En agosto del 2012, los estudiantes de una universidad privada, la Universidad Popular de Nicaragua (UPONIC) en Estelí, se tomaron las instalaciones en protesta por el aumento paulatino en los aranceles.
Procesos electorales y pleitos internos por el control de UNEN
En el periodo 1990-2006, la UNEN encabezó cada año la lucha por el otorgamiento del 6% del presupuesto nacional para las universidades públicas, manteniendo cierto grado de autonomía formal en relación al FSLN. A partir del 2007, se terminó la autonomía formal y nuevamente el FSLN ejerció el control directo sobre el movimiento estudiantil
Para comprender la evolución de UNEN, y los pleitos de grupos y pandillas en su interior, debemos hacer un breve repaso sobre los diversos procesos electorales y las pugnas al interior de UNEN.
Durante muchos años, el fenómeno de la apatía estudiantil estuvo combinado con la existencia de una pequeña vanguardia estudiantil que luchaba en las calles por el 6%. Los éxitos de esta vanguardia al arrancar cada año la asignación correspondiente, permitieron a los candidatos del FSLN ganar las elecciones, con algunos apuros, mientras la amplia masa de estudiantes permanecía inactiva.
Pero esta no era solo una lucha de UNEN, participaron activamente la Federación de Educadores de la Educación Superior-Asociación de Trabajadores Docentes (FEPDES-ATD) y la Federación Sindical de Trabajadores Universitarios (FESITUN).
Elección de Rafael Henríquez (1991-1993)
Teniendo como contexto la derrota electoral de 1990, el FSLN impulsó la candidatura de Rafael Henríquez en las elecciones para presidente de UNEN en el año 1991. Henríquez, quien era el secretario regional de la JS-19 en la ciudad de León, se enfrentó al estudiante Pedro Ambrogui, ganando las elecciones en medio de impugnaciones.
Cada año se producían movilizaciones, a veces con huelgas de hambre. En 1992, la movilización estudiantil logró que la Asamblea Nacional hiciera una interpretación autentica de la ley No 89, estableciendo que el 6% se debía calcular con base a los ingresos ordinarios y extraordinarios del presupuesto general de la república (mucho antes de la reforma constitucional de 1995).
Elección de Julio César Orozco Molinares (1993-1997)
La elección de Julio César Orozco Molinares, cuadro de dirección departamental del FSLN en Managua, marcó un giro hacia un mayor control del FSLN sobre UNEN y la casi desaparición de las asambleas estudiantiles
En diciembre de 1995, ante la disminución de la participación estudiantil, el Comité Nacional de UNEN bajó la orientación de crear “Brigadas” en todos los recintos. Estas eran pequeñas fuerzas de choque, formada por estudiantes de ambos sexos, instaurando el método guerrillerista de acciones conspirativas, bajo un mando vertical, como si se tratase de acciones militares, en donde no se discutían las tácticas de movilización, sino que solo se debía cumplir con los planes aprobados por el Comité Nacional de UNEN. Esas “brigadas” tenían la misión, no de convocar y movilizar a los estudiantes, sino de tomarse los edificios públicos Toma del aeropuerto, por ejemplo), como mecanismo de protesta.
El 13 de diciembre de 1995, fue asesinado por la Policía Nacional el estudiante Gerónimo Urbina, mientras se realizaba una protesta frente a la Asamblea Nacional.
Elección de Alonso García Rizo (1997-2000)
La elección de Alonso García Rizo se produjo bajo la recién inaugurada presidencia de Arnoldo Alemán (1997-2002), por eso pasó desapercibida. El FSLN concentraba su lucha por el tema de la propiedad, iniciando movilizaciones populares con el objetivo de obligar el nuevo gobierno a negociar.
Alemán vetó en 1997 el monto de la asignación del 6% para las universidades, generando una reacción por parte de UNEN, que movilizó a las Brigadas estudiantiles que libraron verdaderas batallas campales contra la Policía Nacional que intentaba disolverlos.
En 1998 estalló la huelga de médicos por aumento de salarios, con una dirección sindical que no era sandinista. UNEN se mantuvo al margen de la lucha. Alemán optó ese año por entregar completo el 6%, para evitar la movilización estudiantil en su contra. En abril de 1999 se reinició la movilización. El estudiante Roberto González fue asesinado por la Policía Nacional cuando, siendo parte de una Brigada, intentó tomarse la biblioteca del Banco Central de Nicaragua.
El rol de UNEN cambió sustancialmente a partir del pacto Ortega-Alemán en 1999. Las movilizaciones sociales contra el gobierno desaparecieron, ya no era necesario, puesto que los principales problemas se negociaban entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán.
Elección de Bismarck Antonio Santana Tijerino (2000-2003)
La elección de Bismarck Santana se realizó bajo el pacto Ortega-Alemán, cuando UNEN había reducido drásticamente su nivel de confrontación con los gobiernos de turno, y su presidencia abarcó la primera parte del gobierno de Enrique Bolaños (2002-2007), cuando el FSLN estableció una alianza con este, para debilitar el aparato del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Arnoldo Alemán que se encontraba en la oposición.
Igual que su predecesor, la UNEN ya no impulsó luchar por el 6%. En la ejecución del presupuesto del año 2003, UNEN aceptó la reducción de 814,5 millones a 721 millones de córdobas, es decir, aceptó que le entregasen 91.5 millones menos. Ese mismo año, aceptó otra reducción de 51.5 millones a cambio de la vaga promesa del presidente Bolaños que se les repondría esa cantidad en el transcurso del año.
Antes de terminar su periodo, Bismarck Santana fue destituido por el Consejo Nacional de UNEN, acusado de indisciplina, falta de rendición de cuentas y por haber violentado los Estatutos de UNEN, pero, en realidad, el verdadero motivo fue que, al convocar a una movilización estudiantil, las Brigadas bajo su mando lanzaron morteros contra las instalaciones de la Asamblea Nacional y el edificio de la Policía Nacional en plaza El Sol.
En ese momento el FSLN mantenía una alianza con el gobierno de Bolaños. Ante semejante indisciplina, el FSLN ordenó su destitución.
Elección de Jasser Enrique Martínez Montoya (2003-2006)
La directiva de UNEN con un sigilo increíble convoco a elecciones nacionales entre el 8 y 13 de noviembre del 2003. Se presentaron solo dos planchas, una de ellas llamada Bloque Estudiantil Universitario “20 de diciembre” (BEU), encabezada por Yasser Martínez, ex dirigente del Centro Estudiantil de la Universidad Centroamericana (CEUCA), como candidato a la presidencia. La otra plancha, compuesta por estudiantes de la UNI y la UNA, no se le conoció el nombre, no realizó propaganda ni se conocieron los nombres de los candidatos. Esta última dio la impresión de ser una plancha de relleno, para justificar la elección de Yasser Martínez.
En el año 2004, surgió en la Universidad Centroamericana (UCA) el Movimiento Acción Estudiantil (MAE). Esta organización surgió a raíz de que un grupo de estudiantes, que luchaban por las reivindicaciones sociales y estudiantiles (el 6% constitucional, el no incremento al pasaje de transporte urbano colectivo, entre otras) observó que dentro de la Unión Nacional de Estudiantes Universitarios (UNEN) existían malos manejos del presupuesto, los que se venían llevando a cabo desde la época de Bismarck Santana, y Jasser Martínez cuando era presidente del CEUCA.. El MAE fue integrado por jóvenes de las distintas facultades y de diferentes años, algunos de ellos participaron en la toma de la UCA durante el año 2001.
Participaron en las elecciones a presidente de recinto en ese mismo año, pero el proceso fue fraudulento. Ante las denuncias de fraude, las autoridades universitarias anularon las elecciones, lo que molestó a Jasser Martínez y a la dirigencia nacional de UNEN la que no quiso arriesgarse: ordenó no realizar nuevas elecciones, quedando de manera interina las mismas personas que llevaban varios años mal administrando el movimiento estudiantil.
2006-2019: FSLN retoma control de UNEN e impone su orden
Debido al control que el FSLN ha ejercido sobre UNEN, desde el periodo 1968 hasta nuestros días, las divisiones y luchas de fracciones dentro del FSLN, especialmente después del año 2007 cuando Rosario Murillo comenzó a acumular poder, se refractaron también al interior de UNEN.
El manejo de cuantiosos recursos, el poder institucional que tiene el movimiento estudiantil en las estructuras de gobierno de las universidades públicas, más los núcleos pandilleriles que se han formado al interior de UNEN en el transcurso del tiempo, han desatado una pelea permanente no solo del FSLN sobre el control de UNEN, sino de los grupos y caudillos estudiantiles por el control de las migajas y prebendas que devienen del status de la dirigencia estudiantil.
Elección de César Antonio Pérez Henríquez (2006-2009)
En el año 2006, cuando fue electo César Pérez como presidente de UNEN, según cifras oficiales del Comité Electoral votaron únicamente 16,561 de un total de 45 mil, equivalente al 36.8 por ciento de la población estudiantil.
A finales del 2008 salió a luz pública el conflicto por el control de UNEN. En diciembre del año 2008, se realizó un Congreso de UNEN a puertas cerradas, en el que participaron los representantes de grupo afines al entonces presidente César Pérez. Los grupos que se le oponían argumentaban que su periodo ya había finalizado.
En el año 2009, el gobierno sandinista debía entregar dos mil 300 millones de córdobas, como asignación del 6% del presupuesto general de la república, pero decidió “congelar” el monto y solamente entregó la cantidad de 1,700 millones al Consejo Nacional de Universidades (CNU), sin que hubiese protesta de los rectores, mucho menos de UNEN. Fue el primer recorte del 6% en los hechos. En los años posteriores también el monto del 6% fue recortado a discreción del gobierno sandinista.
En febrero del 2009, un grupo desconocido de estudiantes se tomó la oficina nacional de UNEN, exigiendo el retiro de César Pérez, el sempiterno presidente de UNEN, quien en ese momento tenía 41 años y llevaba más de 20 años siendo el principal “dirigente” estudiantil. En esa ocasión, pretendía reelegirse nuevamente en el cargo. Ante la protesta, Pérez se vio obligado a convocar a una asamblea nacional de UNEN durante un fin de semana, cuando casi no hay estudiantes en las universidades, y de esta manera se reeligió en el cargo. Pero mientras se realizaba la asamblea, fuerzas de choque leales a Pérez, en las afueras de la UPOLI, se enfrentabas con tubos, morteros y piedras contra los estudiantes que se oponían a la reelección, obligándolos a replegarse.
Una vez que César Pérez logró la reelección, se trasladó con sus fuerzas de choque a tomarse las instalaciones de la UNAN-LEON, con el fin de exigir elecciones dentro del CUUN León, para defenestrar a Manuel Ruiz, a quien se le había vencido su periodo desde el 2008, y también era acusado de malos manejos de fondos, pero era critico de la gestión de Pérez. Grupos de choque, leales a Manuel Ruiz, se enfrentaron a tubazos y morterazos a las fuerzas de choque de Pérez, hasta que llegó la Policía Nacional a imponer el orden.
El conflicto continuó, y en el mes de marzo del 2009 la oficina de UNEN fue asaltada, destruida y quemada por estudiantes encapuchados. Cesar Pérez acusó a Jasser Martínez (ex presidente de UNEN en 2004 y diputado en el periodo 2007-2012) de organizar los ataques en su contra: “Jasser Martínez es cualquier cosas para mí, él está financiando a esos chavalos, ponete a pensar que movilizaron buses, camionetas, parlantes, ese dinero se los da Jasser” (El Nuevo Diario.-13/03/2009)
En octubre del 2009, los opositores a César Pérez realizaron otro congreso antidemocrático, solo con grupos afines, y destituyeron a Pérez como presidente de UNEN.
En abril del 2010, un grupo de estudiantes se tomaron las instalaciones de la UPOLI en rechazo a los resultados de las elecciones estudiantiles en las que varios universitarios se quedaron sin votar.
En las elecciones para elegir al presidente nacional de UNEN participaron dos planchas: Fuerza de Estudiantes Unidos (FUE) y el Bloque Estudiantil Universitario (BEU), apoyado por UNEN.
En mayo del 2010, un sector de UNEN, ligado a César Pérez, apoyó la destitución de Alejandro Duarte (ex presidente estudiantil de la UNAN Managua), quienes se tomaron las instalaciones de la UNAN Managua, paralizando las clases y exigiendo participar en la Asamblea Electoral para elegir a los decanos en estos recintos.
Elección de James Chamorro (2010-2013)
En junio del 2010, presionado por las fracciones en pugna, el Comité Electoral Nacional (CEN) llamó abruptamente a elecciones nacionales sin difundir dicha convocatoria. Se otorgó un plazo récord de una semana para la inscripción de las planchas. El plazo se venció y solamente se logró inscribir una plancha llamada Integración Universitaria (IU), encabezada por James Chamorro, estudiante de Economía de la UPOLI, y secretario de UNEN. Ante las protestas, se amplió el plazo de inscripciones, y surgió otra plancha: Fuerza Estudiantil Universitaria (FEU), dirigida por Ana María Duarte, estudiante de Mercadotecnia del Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador (RUCFA) y también dirigente de UNEN. Esta plancha en realidad fue una mampara para dar la impresión de la realización de elecciones democráticas.
Según las cifras del Comité Electoral Nacional (CEN), James Chamorro obtuvo 33,886 de los 39,217 votos emitidos por los estudiantes. Una cifra inaudita. Marvin Vallejos, presidente del CEN, declaró que votó el 41 por ciento de los 98 mil estudiantes universitarios.
En julio del 2010, tras haber finalizado los enfrentamientos armados entre los miembros de UNEN en UNAN-Managua, estos se trasladaron a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), donde se habían programado elecciones estudiantiles para los primeros días de julio. En ese proceso electoral se habían inscrito tres fórmulas presidenciales; dos de ellas afines a la dirigencia de UNEN, y otra que era independiente. Esta última fue descalificada a última hora por el Comité Electoral de Recinto (CER). Los miembros de la plancha independiente se tomaron las instalaciones de la UNI Simón Bolívar, siendo desalojados por las fuerzas de choque de las otras dos planchas que representaban las posiciones de UNEN
Los enfrentamientos entre grupos estudiantiles en las afueras de la UNI, produjo tres heridos de gravedad; el docente Elvin Vanegas, y los estudiantes Engel Chávez, y Gerald Ríos (La Prensa, 7 de julio del 2010)
Los constantes pleitos y enfrentamientos violentos entre fracciones de la burocracia de UNEN, desalentó la formación de grupos o planchas independientes, los cuales eran agredidos físicamente. El resultado fue una baja en la participación de los estudiantes, un crecimiento de la abstención y apatía estudiantil.
En octubre del 2010, se produjo la elección estudiantil en Recinto Universitario Rubén Darío (RURD) o UNAN-Managua. En esa ocasión, se inscribieron tres planchas, que reflejaban las diversas fracciones de UNEN.
La plancha Más, encabezada por José Luis López Montiel, estudiante de Idiomas, ganó la elección con 1603 votos. En segundo lugar, quedó la plancha Unidad Estudiantil (UNE) con 1,152 votos a favor de Amaru Ruiz Alemán, estudiante de Biología, y en tercer lugar quedó la plancha Frente Estudiantil Revolucionario (FER) con 639 votos a favor de Milton Alonso López Tijerino, de la Facultad de Ciencias e Ingenierías. De 12500 estudiantes del RURD solo votaron 3,648 pero fueron anulados 22 votos, quedando 3,420 votos válidos, es decir, voto apenas un 25% de los estudiantes inscritos.
Para combatir el abstencionismo y la apatía, la dirección de UNEN inauguró la “urna móvil” que instauró una nueva forma de hacer fraude, ya que el comité electoral decidía el recorrido de esta.
En marzo del año 2012 estallaron nuevos conflictos internos en las estructuras de UNEN en la Universidad Nacional Agraria (UNA) y la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).
Los estudiantes de la UNA iniciaron un tranque en la carretera norte para protestar contra la reelección de las autoridades de UNEN, a las que acusaban de corrupción y malos manejos de los fondos del presupuesto universitario. Posteriormente, iniciaron una nueva protesta contra del alza del pasaje en el transporte interurbano, ya que la mayoría de los estudiantes de la UNA vienen de los departamentos.
En la UPOLI, los estudiantes realizaron una Asamblea General en la que destituyeron a Camilo Brenes, presidente de UNEN-UPOLI, y eligieron a Verónica Moreno. Brenes fue destituido acusado de corrupción y malos manejos de los fondos. Hubo enfrentamientos violentos con morteros, cuchillos, piedras y hasta armas de fuego, resultando heridos siete estudiantes y un dirigente sindical.
Elección de Isaac Lenin Bravo Jaén (2013-2016)
En julio del 2013 se realizaron simultáneamente las elecciones a presidente del RURD y de UNEN nacional, saliendo electo Isaac Lenin Bravo Jaén y Glenda Yessenia Pérez, elegidos como presidente y vicepresidenta, respectivamente. En esa elección, el CEN descalifico al candidato de la plancha de la llamada Fuerza Revolucionaria Estudiantil (FER), porque el candidato a nivel nacional seguía siendo presidente de una de las carreras y no renunció a su cargo. La inhibición provocó protestas de grupos de estudiantes del RURD.
En mayo del 2015, mientras se realizaban las elecciones estudiantiles dentro de la Universidad Nacional Agraria (UNA) se produjeron enfrentamientos violentos entre dos fracciones de UNEN, ambas ligadas al FSLN. Una veintena de supuestos estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) ingresaron con morteros en microbús, a solicitud del Movimiento Estudiantil de la UNA (MEUNA) para aumentar los votos. Más de doscientos estudiantes de la UNA los bajaron del vehículo, al que prendieron fuego.
En junio del 2015 se produjeron violentos enfrentamientos entre grupos estudiantiles en la UPOLI y la UNA. En octubre del 2015, hubo enfrentamientos violentos en Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador (RUCFA), un gran número de estudiantes protestaron contra el fraude electoral en las elecciones para elegir al presidente de UNEN de dicho recinto. Los estudiantes bloquearon las calles aledañas y hasta se enfrentaron a los comerciantes que se consideraban perjudicados por el bloqueo estudiantil.
Elección de Luis Andino (2015-2018)
En noviembre de 2015, se realizaron las elecciones para presidente nacional de UNEN. En este proceso electoral, para evitar escándalos y pleitos, la orden del FSLN fue presentar una plancha única de la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS-19). El ungido fue Luis Andino Paiz, estudiante de el RURD.
Para guardar las formalidades, al final se enfrentaron dos planchas: Luis Andino encabezó la plancha SOMOS, y otra plancha denominada Unidad Estudiantil (UNE). Las facultades fueron repartidas, dejando la presidencia nacional de UNEN en manos de Luis Andino, quien debe entregar el cargo en el año 2019.
El Acuerdo Presidencial No. 172-2018
La dictadura acaba de condecorar con la Orden de la Independencia Cultura “Rubén Darío” a los presidentes de UNEN, durante el acto de clausura del XVI congreso de UNEN, realizado el 4 de diciembre del año 2018. Conforme el Acuerdo Presidencial No 172-2018, publicado en La Gaceta No 239, del día diez de diciembre del año dos mil dieciocho, Daniel Ortega condecoró a los expresidentes de UNEN:
Julio César Orozco Molinares (1993 al 1997)
Alonso García Rizo (1997 al 2000)
Fidel Antonio Moreno Briones, Vicepresidente (1997 al 2000)
Bismarck Antonio Santana Tijerino (2000 al 2003).
Jasser Enrique Martínez Montoya (2003 al 2006).
César Antonio Pérez Henríquez (2006 al 2009)
Isaac Lenin Bravo Jaén (2013 al 2016)
Walpa Andrés Pineda Bazán (2015 al 2016)
Luis Manuel Andino Paiz (2016-2019)
Llama la atención que el Acuerdo el Presidencial No 172-2018, no mencionó a Rafael Henríquez, presidente de UNEN en el periodo 1991-1993, tampoco mencionó a James Chamorro, presidente de UNEN para el periodo 2010-2013. Estas omisiones indican que Henríquez y Chamorro, o no obedecían ciegamente al FSLN en ese momento, o actualmente no los reconoce como parte de los suyos. La omisión de sus nombres indica que, efectivamente, en ese periodo UNEN se manejó con cierta autonomía, en la lucha por el 6%. Por otro lado, solo menciona a un vicepresidente (Fidel Moreno), y extrañamente en el año 2016 hay una triplicidad de presidentes.
La masacre del 19 de abril y el surgimiento de nuevos grupos estudiantiles
El periodo 2007-2018 fue de una lucha frontal de la fracción de Rosario Murillo para controlar la UNEN, desalojando a los grupos que se habían enquistado en la conducción del movimiento estudiantil. Los privilegios de los grupos que controlaban UNEN fueron ganados en la lucha contra los gobiernos anteriores (1990-2006), por eso necesitaban desalojarlos. Necesitaban una UNEN mucho más dócil, ahora que el FSLN había recuperado el gobierno.
La UNEN dejó de ser un mecanismo de lucha y presión social para convertirse en grupo que ponía gente en los actos de gobierno. Cuando se produjeron los recortes del 6% en los hechos, no luchó en contra. El control del FSLN era total, pero también se había producido una degradación de la UNEN como organización de lucha.
En el periodo 1990-2018 se produjeron algunos intentos de disputar la conducción de UNEN en las elecciones, pero estas fueron cada vez más fraudulentas. Los fraudes electorales a nivel nacional también se reflejaban dentro de las universidades públicas. Surgieron algunos grupos juveniles como el MAE, GRUPO NO, PUENTE, REJUDIN y más recientemente OCUPAINSS y otros, pero muchos de estos estaban ligados a ongs y al no tener un enfoque de la lucha política, al final desaparecieron de la escena.
Para abril del 2018 el panorama era desolador. Cuando se produjo la movilización de estudiantes de la UCA el 18 de abril, apenas reunía unas cuantas decenas de estudiantes, los que fueron vapuleados por las turbas o fuerzas de choque del FSLN. Cuando UNEN intentó movilizar estudiantes a favor del gobierno, se produjo una masiva rebelión pasiva en las universidades, la que se convirtió en un estallido de insurrección cuando se conocieron los alcances de la masacre del 19 de abril, cuando la policía disparó a mansalva contra los estudiantes que protestaban en los alrededores de la Catedral de Managua.
La masacre del 19 de abril, la represión brutal y la toma de la UPOLI (los estudiantes se refugiaron ahí) provocó la insurrección de los barrios orientales en Managua, que se extendió a los departamentos, fue un verdadero estallido social. En pocos días, la situación política en Nicaragua cambió radicalmente. Los estudiantes universitarios, sin organizaciones que los dirigieran, habían logrado encender la llama de la insurrección popular contra el gobierno.
Como las aguas de mayo después de una larga, sequía, comenzaron a surgir espontáneamente nuevos grupos, algunos con la participación de elementos que habían participado en los intentos de lucha anterior contra UNEN.
El surgimiento de estos grupos de vanguardia, en su mayoría no fue producto de procesos asamblearios, sino de autoproclamación, de la necesidad de luchar y hacer algo contra UNEN, porque en el fondo la llama de la insurrección estalló porque los estudiantes se negaron a ser utilizados como fuerzas de choque de UNEN contra las decenas estudiantes que se movilizaron.
Estas fueron las organizaciones o grupos estudiantiles que surgieron:
Movimiento por la Autonomía Universitaria (MAU), fue conformado por estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) el 4 de mayo del 2018, por estudiantes de los diferentes recintos: UNI; Recinto Universitario Pedro Arauz Palacios (RUPAP), Recinto Universitario Simón Bolívar (RUSB) e Instituto de Estudios Superiores (IES).
Mientras se desarrolla la insurrección popular sin armas, las autoridades de la UNI aprovecharon la confusión para hacer elecciones a su medida, el 16 de mayo del 2018. Estas elecciones fueron impugnadas por el MAU-UNI, pero las impugnaciones no fueron atendidas ni respondidas. No obstante, el MAU logró realizar asambleas estudiantiles, en los hechos disolvieron las estructuras de UNEN en la medida que la mayoría de los estudiantes les seguía, pero la falta de objetivos claros, sobre el tipo de organización estudiantil que había que construir, permitió que, bajo la brutal represión, UNEN retomara, con el apoyo de las autoridades, la representación estudiantil dentro de la UNI.
Movimiento 19 de Abril (M-19) de la Universidad Nacional Agraria (UNA). El M19-UNA surgió entre los grupos que ya se habían enfrentado a UNEN en los años anteriores. Igual, que los estudiantes de la UNI, realizaron procesos asamblearios, se tomaron el recinto y desconocieron a los dirigentes de UNEN, lo que obligó a las autoridades universitarias a actual con mucha cautela, tomando en consideración que la mayoría de los estudiantes son hijos de pequeños y medianos finqueros.
En la actualidad de las 5 facultades de la UNA, tres fueron recuperadas por UNEN y dos siguen en manos del M19-UNA. Existe una dualidad de poderes a nivel de la representación estudiantil, lo que es tolerado por las autoridades.
El Movimiento Estudiantil 19 de Abril de la UNAN León. El ME19-León surgió como respuesta a la paliza que las fuerzas de choque del FSLN propinaron a los jubilados que protestaban en esa ciudad, lo que se combinó con la solidaridad estudiantiles ante las noticias de la masacre del 19 de abril en Managua.
El ME19-Leon surgió de grupos estudiantiles que tenían algún grado de organización anterior, desarrollaron vínculos con organismos de la sociedad civil.
Movimiento Universitario Juigalpa Chontales (MUJC). Este fue un movimiento local de las delegaciones de universidades públicas, como la Facultad Regional Multidisciplinaria (FAREM) de Chontales y UNI, así como de universidades privadas como la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN), la Universidad Internacional de Integración de América Latina (UNIVAL).
El MUJC jugó un papel destacado en la organización del tranque en Juigalpa, que mantuvo bloqueada la carretera a la costa caribe y al departamento de Río San Juan.
El Movimiento por la Autonomía Universitaria (MAU) del departamento de Carazo (MAU-Carazo). Tiene su origen en los estudiantes del FAREM del departamento de Carazo.
El Frente por la Autonomía y la Calidad Universitaria en Matagalpa (FACUM). Fue conformado por una coordinación de estudiantes del FAREM de Matagalpa con la participación de estudiantes de las delegaciones de las universidades privadas.
El FACUM se dividió, dando origen a Fuerza Estudiantil Nicaragüense (FENI), en el que participan estudiantes de la UNAN-Managua, UNAN-Estelí y UNAN-Matagalpa.
Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN). Tuvo su origen en los estudiantes que quedaron entrampados en la Catedral cuando se produjo la masacre del 19 de abril. Reúne estudiantes de varias universidades. Este grupo estudiantil tuvo un papel destacado en el primer Diálogo Nacional, con fuertes vínculos a ongs, COSEP y la Iglesia Católica
Movimiento Estudiantil 19 de Abril de Abril (ME-19-A). Fue conformado con los estudiantes refugiados y atrincherados en la UPOLI. Hubo una ruptura denominada Movimiento Universitario 19 de Abril (MU-19).
Acción Universitaria (AU). Está conformado en su mayoría por estudiantes del RURD, quienes estuvieron al frente de la toma del RURD en la UNAN-Managua.
El Movimiento Estudiantil de Apoyo a la Democracia (MEAD). Está conformado por estudiantes de la universidad Thomas Moore
Movimiento de estudiantes FAREM de Estelí. Su existencia ha sido invisibilizada por la represión.
Comité de Estudiantes Autoconvocados de la Universidad Americana (UAM). Este grupo terminó disolviéndose.
Estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA). Fueron el origen de la rebelión estudiantil, su organización ha sido debilitada por la represión, permanecen subordinados a los jesuitas.
Asociación de Estudiantes de la Bluefields Indian & Caribbean University (BICU). Reúne a grupos estudiantiles de la BICU en Bluefields
Asociación de Estudiantes de Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN).
En el año 2018 se produjeron dos intentos de crear una nueva organización estudiantil, con el objetivo de superar la dispersión de los grupos estudiantiles anteriormente mencionados. Pero ambos intentos reflejaron la clara intención de subordinar a los grupos estudiantiles existentes a una agenda previamente establecida que no necesariamente obedecía a los intereses y aspiraciones de los estudiantes:
La Coalición Universitaria (CU). Esta organización fue creada a instancias de la Iglesia Católica, para escoger una representación estudiantil que participase en el primer Diálogo Nacional. estuvo conformada por los siguientes grupos: M-19-UNA, ME-19-A, MU-19-A, AUN, CUDJ
Esta CU se ligó a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD)
La Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia (CUDJ). Esta coordinadora nació por iniciativa de varias organizaciones, con el objetivo de cohesionar a los grupos que no respondían a la línea política de la ACJD. Estaba conformada por: Acción Universitaria (AU), M19-A-León, MUJC, CE de la UAM, FAREM Estelí, FACUM, BICU, URACCAN.
La CUDJ representó la enorme posibilidad de crear un organismo alterno a UNEN, pero tuvo políticas erróneas durante la crisis: las tomas prolongadas de edificios y la desobediencia estudiantil. Estas políticas, a pesar del heroísmo desplegado en medio de la represión, contribuyeron a desaprovechar una oportunidad histórica de crear una alternativa seria contra la corrupta burocracia de UNEN.
Utilizando la bandera de la solidaridad, algunos ongs consiguieron fondos en nombre del movimiento estudiantil, provocando roces, dudas y resquemores dentro de esa organización, produciendo una crísis y ruptura entre los grupos. Actualmente la CUDJ se encuentra en proceso de reorganización y reconstrucción.
La suspensión de clases y la “desobediencia estudiantil” dispersaron a los estudiantes. Una de las tácticas o métodos de lucha que impulsaron los grupos estudiantiles fue la toma de recintos. Ocurrió en la UPOLI y en varios de los recintos de la UNAN. Las primeras tomas de edificios de los recintos universitarios fue una necesaria medida de autodefensa ante la represión policial, pero las tomas se prolongaron en el tiempo y con ello la vanguardia estudiantil quedó aprisionada dentro de los edificios mientras la base estudiantil se dispersaba, desmovilizándose, yéndose a sus casas.
Las tomas no se transformaron en un medio para organizar y movilizar a los estudiantes, sino un fin en sí mismo. Las asambleas estudiantiles como mecanismos de participación democrática de los estudiantes, desaparecieron y fueron sustituidas por nuevas brigadas o comités de acción que se tomaban los portones o edificios. En cierta medida, se repitieron parcialmente los mismos métodos de lucha que UNEN usó en el periodo 1990-2006,
Cuando se produjo el estallido revolucionario estudiantil, lo primero que hizo la dictadura fue suspender las clases en las universidades, con el objetivo de dispersar al sector social que había sido la vanguardia de la lucha democrática. Los nuevos grupos estudiantiles no comprendieron la magnitud de dicha medida, que pretendía dispersar y atomizar a los estudiantes.
Ante la represión y las masacres surgió espontáneamente la consigna de “desobediencia estudiantil”, es decir, no ir a clases en señal de protesta. Esta fue una respuesta emotiva, que a la larga contribuyó a desmovilizar a los estudiantes, porque lejos de intentar mantener cohesionados a los estudiantes, promovió una salida individual, el sálvese quien pueda, sin presentar ninguna propuesta de organización alternativa.
La CUDJ promovió la campaña por la “desobediencia estudiantil” incentivando entre los estudiantes el abandono de clases, sin presentar alternativas para el reagrupamiento y movilización.
La relación de los ongs y los movimientos sociales
Después de 1990, con la bancarrota de la revolución de 1979, hubo un boom de ongs. Al desaparecer los partidos y grupos de izquierda, muchos de estos ongs sirvieron de refugio para muchos luchadores sociales, pero a la larga el financiamiento obtenido servía para corromper a los líderes naturales, acostumbrándolos a la existencia de fondos y a seguir un libreto político establecidos por los donantes.
Mientras el FSLN consolidaba su control total en las universidades, los ongs pasaban desapercibidos con sus “cursos de liderazgo”. Muchos de estos jóvenes, influidos por la ideología y el discurso de los ongs, crearon espontáneamente los primeros grupos estudiantiles, pero sin tener una visión clara sobre el enemigo que debían enfrentar. Este aspecto, aparentemente inocuo, tuvo una importancia crucial porque los primeros grupos estudiantiles debieron enfrentar a un terrible aparato burocrático, super centralizado, que supo reorganizarse en su ofensiva por retomar el control de las universidades públicas
Quizá el aspecto más regresivo es que muchos ongs viven de los movimientos sociales, por eso inventan nuevas teorías, para justificar su propia existencia. Sin los movimientos sociales, los ongs no pueden conseguir fondos de los “donantes”, que en su mayoría son fundaciones norteamericanas o europeas.
El gran dilema: ¿reformar o disolver la UNEN?
Durante los meses de abril, mayo y junio del 2018, existió la posibilidad de derrocar a la dictadura orteguista, pero la oportunidad se desaprovechó porque intervinieron fuerzas empresariales y organismos internacionales llamando al dialogo nacional y la negociación.
De la misma manera, en muchas de las universidades públicas se expulsó a los directivos de UNEN, especialmente en la UNI, UNA y la UNAN, pero la despiadada represión de la dictadura, y la complicidad de las autoridades universitarias, posibilitaron que los directivos de UNEN asumieran nuevamente sus cargos y sus roles colaboracionistas, recuperando los espacios perdidos.
Ante los hechos consumados, estamos ante una situación distinta, adversa, pero la lucha sigue siendo la misma: expulsar a UNEN de las universidades. El problema está en cómo hacerlo.
La reforma implicaría actuar dentro de las actuales estructuras de UNEN, es decir, someterse a sus estructuras y periodos eleccionarios. Esta variante es muy difícil, porque la estructura y el marco legal de UNEN está diseñado para sostener a las actuales camarillas de manera indefinida en el poder. Para someterse a una elección nacional o de recintos, se tendría que cambiar las reglas electorales, y poseer una estructura organizativa mínima para cuidar el voto, es decir, para evitar que se roben las elecciones, como lo han hecho. Decidirse por la reforma de UNEN es camino lleno de peligros y requiere siempre de una organización mínima. No se puede reformar UNEN con el espontaneísmo que predomina a los grupos estudiantiles de oposición.
La disolución o expulsión de los directivos de UNEN puede parecer el camino más largo, pero en realidad es el más corto, si logramos explotar el sentimiento anti-UNEN que todavía prevalece en los estudiantes, pero que se encuentra en niveles pasivos porque, a pesar de haber expulsado a UNEN en abril-junio del 2018, ellos lograron recuperar el espacio perdido.
Para disolver o expulsar a UNEN de los recintos universitarios debemos crear la contra parte, es decir, la organización que debe luchar contra la burocracia parasitaria en las universidades. Esta organización no nacería de la nada, puesto que hay una experiencia mínima acumulada, aunque sería débil por el momento. El secreto para hacer crecer una nueva organización, que supere la dispersión y la desmoralización actuales, es aprovechar cada oportunidad que se nos presente, retomando siempre las reivindicaciones propiamente estudiantiles. No se debe perder de vista que el inminente cambio de gobierno, sea por vía electoral o por el triunfo de la revolución democrática, va a crear un periodo de caos y de transformación dentro de las universidades públicas.
Estatutos de UNEN: un régimen burocrático y presidencialista
La estructura de UNEN está diseñada para mantener el control, bajo un régimen presidencialista, en detrimento de las asambleas democráticas
Según el art. 8 de los Estatutos de UNEN, “El grupo de Clase constituye la célula fundamental en el trabajo de UNEN”. Hasta aquí todos estamos de acuerdo, suena democrático. Sin embargo, más adelante se pueden apreciar los detalles.
El art. 9 estableció lo siguiente:
Artículo 9.- El Congreso es el Órgano superior de decisión, está integrado por presidentes de grupo, presidentes de carrera electos democráticamente en sus grupos de clases; por la Asamblea Nacional de Estudiantes, el Consejo Nacional de la UNEN e invitados con derecho a voz.
Se reconoce a los grupos de clase como la célula fundamental, pero a partir de esa elección el poder de representación se concentra no en una entidad colectiva, sino en los “presidentes” de grupo y de carrera. Pero aquí hay una contradicción, porque el Estatuto no indica cuantos serían presidentes de grupo y cuantos serian presidentes de carrera (son 400 a 600 delegados al Congreso)
Exista otra instancia, que es la Asamblea Nacional de Estudiantes que funciona como máxima autoridad entre cada Congreso, conforme al art. 12:
Artículo 12.- La Asamblea Nacional de Estudiantes es el Órgano de decisión entre congresos. Está integrado por los Presidentes Estudiantiles de Carrera, Asociación (Escuela y Facultad), directivas de Recinto y/o Universidad, El Consejo Nacional y el Ejecutivo Nacional de la UNEN. Sus decisiones no pueden contradecir ninguna de las decisiones del Congreso.
Nuevamente el nivel de las representaciones descansa en los presidentes. Aquí observamos una duplicidad de funciones entre el Congreso y la Asamblea Nacional de Estudiantes, que está integrada siempre por los presidentes de carrera, asociaciones y Facultades, y otras instancias. Parece que la Asamblea Nacional de Estudiantes agrupa más representaciones que el propio Congreso.
Artículo 13.- La Asamblea Nacional de Estudiantes se reunirá ordinariamente cada año y extraordinariamente por convocatoria previa del Consejo Nacional de la UNEN.
Lo extraño es que el Consejo Nacional de UNEN está en el Congreso y en la Asamblea Nacional Estudiantil por representación propia. El verdadero poder tras el trono es el Consejo Nacional de UNEN, que tiene la capacidad de convocar a la Asamblea Nacional de Estudiantes.
Artículo 15.- Consejo Nacional de la UNEN es el órgano Ejecutivo: está integrado por todos los Presidentes de Recinto y/o Universidades, el Presidente, Vicepresidentes y el Secretario General del Ejecutivo Nacional.
En esta instancia es donde se puede apreciar que el poder se concentra en los presidentes.
Lo más antidemocrático de los Estatutos de UNEN es que el periodo de los cargos es de 3 años, casi el tiempo de una licenciatura, sin posibilidad de revocar el mandato
Artículo 27.-Los cargos de Presidentes, Vicepresidentes, Secretarías Nacionales, de Recinto, Facultad, Escuela, Carreras, Asociaciones y Comité Electoral a todos los niveles, no podrán ser removidos de sus cargos una vez electos.-
Artículo 31. – Las Elecciones en la UNEN a todos los niveles (Nacional, Recinto, Facultad, Escuela, Asociación, Carrera y Presidente de Grupo), será a través del voto directo, universal y secreto. El período de duración en los cargos será de tres años a todos los niveles.-
A veces la composición de los grupos cambia, pero aun así los cargos originales se mantienen, sin posibilidades de hacer cambios conforme la voluntad democrática de los estudiantes. Todo el sistema de gobierno estudiantil esta diseñado para mantener la continuidad y el control de los grupos de poder.
Crear las bases de un nuevo modelo de organización estudiantil
Las estructuras de gobierno estudiantil deben ser modificadas radicalmente, para que los estudiantes recuperar la capacidad de decidir e incidir en las complejas instituciones de la autonomía universitaria. Debemos inyectar democracia y pluralismo al movimiento estudiantil
En primer lugar, se debe superar el espontaneísmo que se produjo después de la masacre de abril. Estamos luchando contra un enemigo que tiene experiencia y disciplina. Entonces se debe quedar claro que se requiere construir una nueva organización estudiantil, amplia, democrática, combativa, que luche contra todas las deformaciones que el FSLN le impuso en las últimas décadas al movimiento estudiantil: burocratismo, verticalismo guerrillerista, clanes y pandillas, corrupción de la dirigencia, etc.
En segundo lugar, se requiere diseñar un nuevo modelo de organización y gobierno estudiantil democráticos, que rompa las tradiciones burocráticas de los últimos años. Así como el régimen político presidencialista condujo a una nueva dictadura en Nicaragua, también se requiere poner fin al presidencialismo intrínseco en los Estatutos de UNEN.
Este nuevo modelo de organización estudiantil debe partir de los representantes de grupo, quienes en asamblea deben elegir a la directiva de la carrera, a su vez estos elegir en asambleas de directivos la correspondiente directiva de facultad, y la reunión de las distintas facultades conformaría el Consejo Estudiantil del Recinto. El modelo debe ser sencillo: estructura piramidal de delegados, cuyo periodo es el del cuatrimestre o semestre.
En casos excepcionales, si así lo desea la mayoría de los estudiantes de la instancia correspondiente, se puede remover o destituir a cualquier delegado, conforme a los Estatutos. Esta es democracia directa estudiantil es la única forma de terminar con las actuales camarillas dentro del movimiento estudiantil.
En tercer lugar, se debe crear una federación de Concejos Estudiantiles de Recintos, para crear un Congreso Nacional de delegados estudiantiles, que sería la máxima autoridad. Este Congreso Nacional puede crear un Comité Ejecutivo encargado de presentar legalmente a la nueva organización. Es una especie de gobierno parlamentario estudiantil, en donde la existencia de la máxima autoridad depende de los delegados que la eligen
En cuarto lugar, se debe terminar con el principio de la plancha que gana las elecciones se lleva todo, se debe instaurar el principio de representación proporcional en todos los órganos de dirección de la nueva organización.
En quinto lugar, este modelo piramidal es una federación de recintos, dentro de los cuales los estudiantes conservan su autonomía, independencia y particularidades propias.
Sin un modelo alternativo a las estructuras actuales de UNEN, no se puede construir una nueva organización. Para construir un edificio se requieren planos, materiales, ingenieros, arquitectos, albañiles y maestros de obra. Lo mismo ocurre con la creación de una nueva organización estudiantil. Se debe tener claro los objetivos y como lograrlos, para tener un discurso claro y coherente ante los estudiantes.
Superar la dispersión y confusión de los grupos estudiantiles
Debemos de partir de los grupos existentes y de la experiencia acumulada, impulsando una política de amplia unidad sobre la base de criterios mínimos para desarrollar unidad de acción en torno a los objetivos comunes.
Los grupos estudiantiles que surgieron después de abril del 2018 no tenían experiencia política y no sabían las consecuencias de la lucha contra UNEN. En medio de la represión y la soledad política, algunos grupos se refugiaron en la ACJD o bajo la protección de algunas ongs con recursos y conexiones internacionales, pero estas alianzas los introdujeron de golpe en el juego político de los empresarios, pero se alejaron de sus bases y del motivo central de la lucha: la expulsión de la corrupta camarilla de UNEN de las Universidades
Debemos construir una unidad estudiantil, reconstruyendo la confianza y la fraternidad entre los distintos grupos. Algunos de estos reproducen, sin darse cuenta, los vicios del caudillismo y burocratismo propio de UNEN. También debemos ser pacientes y tolerantes con las diversas posiciones políticas que surjan, porque nadie tiene la verdad en la mano, todo está por demostrarse. La tolerancia y la democracia debe ser uno de los pilares de la nueva organización estudiantil, que se irá construyendo conforme las oportunidades que surjan.
El punto central de la nueva organización estudiantil, cuyo nombre será motivo de debates, es la democracia estudiantil por medio de asambleas, donde la mayoría decida, y donde se puedan cambiar o sustituir a los dirigentes cuando así lo decida la mayoría.
Un programa de lucha para construir un nuevo movimiento estudiantil
¡Basta ya de represión en las universidades! Derogación de la de la Resolución No 13-2018 del Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), para permitir la restitución de la condición de estudiantes activos para todos aquellos dirigentes y activistas estudiantiles expulsados y sancionados.
De igual manera, reintegro laboral y pago de salarios caídos de todos los profesores despidos injustamente por haber apoyado las protestas estudiantiles de abril del 2018 y meses posteriores
Reforma de la Ley No 89, Ley de Autonomía de las instituciones de educación superior.
Se debe consagrar claramente que la comunidad universitaria está compuesta por estudiantes, docentes y trabajadores, con iguales derechos y prerrogativas. Y que las elecciones de autoridades universitarias jamás podrán alejarse de este principio tripartito.
Se debe instaurar un régimen de carrera universitaria, que regule la contratación de personal, nombramientos y ascensos, incluidas las destituciones, de manera que impida el control de cualquier partido político sobre la comunidad universitaria
Se debe establecer que la representación estudiantil debe ser pluralista y con base al principio de representación proporcional de las diferentes grupos y organizaciones estudiantiles en los órganos de gobierno universitario. Debe abolirse cualquier pretensión de crear una organización “única”, como contemplan los actuales estatutos de UNEN.
Debe prohibirse el uso de símbolos de los partidos políticos dentro de las universidades
Se debe establecer un gobierno universitario transparente que rinda cuenta semestralmente del uso del presupuesto universitario, cuyos informes deben ser colocados en las páginas web de todas las universidades
El Consejo Nacional de Universidades (CNU) debe estructurarse con base el principio de representación tripartita de estudiantes, docentes y trabajadores
Se debe crear un Reglamento de la Ley No 89, que debe ser elaborado por Consejo Universitario, donde participaran los tres sectores de la comunidad universitaria.
Se debe realizar auditorías externas independientes para verificar el uso de los fondos públicos en las universidades
Una vez aprobada las reformas a la ley de autonomía se deben realizar nuevas elecciones generales y en todos los niveles de las universidades públicas y de educación superior.
Disolución de UNEN: por la creación de una nueva organización del movimiento estudiantil.
Mientras se logra la meta de crear una nueva organización estudiantil universitaria, democrática y con funcionamiento federativo, donde sus órganos de dirección serán conformados con base al principio de representación proporcional, se deben impulsar una sería de cambios profundos al interior de las universidades:
Para crear una nueva organización del movimiento estudiantil, se requiere impulsar la reforma total de los Estatutos de UNEN, especialmente del Reglamento Electoral, que termine con el régimen burocrático y presidencialista, para ser sustituido por concejos estudiantiles a niveles de cada carrera, facultad y recinto, hasta conformar un Concejo Nacional, donde los cargos se obtengan en base al principio de representación proporcional, de manera que todas las corrientes estudiantiles queden representadas.
Se debe instaurar el principio de democracia directa estudiantil: los representantes deben ser nombrados por semestre o cuatrimestre, conservando siempre los estudiantes la capacidad de remoción del representante que incumpla el mandato de sus electores.
Cada semestre los representantes estudiantiles rendirán cuentas de su gestión, de los recursos utilizados, y dicho informe deberá ser aprobado o denegado en asamblea estudiantil del órgano correspondiente.
Debe prohibirse absolutamente que las organizaciones estudiantiles instalen negocios dentro de los recintos universitarios.
Se debe crear un padrón que permita conocer la cantidad de estudiantes inscritos y con capacidad de ejercer el derecho al voto, de manera tal que todas las corrientes estudiantiles sepan la cantidad de alumnos en cada grupo de clase, y establecer criterios que impidan la doble votación en los recintos universitarios. Antes de cada elección, las autoridades universitarias estarían en la obligación de colgar dicho padrón para conocimiento de todos los grupos estudiantiles que vayan a participar en una elección.
El presupuesto del Estado debe ser invertido únicamente en las universidades públicas para brindar educación de calidad
Los fondos del Estado deben ser gastados únicamente en las universidades públicas, única forma de crear una educación científica y de calidad.
Se debe luchar por un aumento del 6 al 10% del presupuesto de las universidades públicas, para atender las demandas crecientes de la educación superior.
Por una educación científica y de calidad
Se requiere más presupuestos para las universidades públicas para mejorar las condiciones materiales de estudios, facilitando a los estudiantes los libros, papelería y materiales necesarios para cumplir con sus metas académicas.
Se deben crear comedores estudiantiles que ofrezcan alimentos a precios bajos, así como otorgar subsidios alimenticios a los estudiantes más pobres o que provienen de los departamentos
Las becas no deben otorgarse con criterios de clientela política, sino con claros principios que combinen rendimiento académico con necesidades sociales de los estudiantes más pobres.
Los estudiantes de los departamentos deben tener beca completa que implica habitación, alimentación y transporte.
Las becas internacionales deben ser otorgadas mediante concursos transparentes con criterios como excelencia académica, y nunca bajo criterios políticos
El uso de los bonos de alimentación, fotocopias o transporte, debe ser colgado en las páginas web de cada universidad estatal.
Se debe poner fin a los filtros que se han establecido para impedir el libre acceso a la Universidad. Ni un solo estudiante de secundaria debe quedar fuera de la educación superior.
Se deben crear cursos de nivelación para aquellos estudiantes de primer ingreso que vengan con deficiencias de secundaria. En las universidades es donde estallan y se hacen sentir las graves carencias de la educación media y primaria.
Las universidades deben tener comisiones de primer empleo, encargadas de promover el acceso al trabajo a los jóvenes más destacados que necesitan trabajar o que han egresado de las diferentes carreras.
Por una comisión de investigación independiente sobre las graves violaciones a los derechos humanos en los recintos universitarios
Esta Comisión Independiente, conformada con representantes de los tres sectores de la comunidad universitaria, debe investigar los atropellos cometidos, y sancionar con la destitución del cargo, a aquellos miembros del gobierno universitario que participaron o toleraron esta violación a los derechos humanos.