La masacre del Carlos Marx (o la Nicaragua que somos)
Fidel Ernesto Narváez
«Si nos indigna de verdad la masacre del Carlos Marx, su impunidad y el cinismo con que se aborda el hecho a día de hoy, ¿por qué nos dijeron que ´íbamos ganando´? ¿Por qué no pedimos cambiar Policía, Poder Judicial, Fiscalía y tantas cosas que hay que cambiar, antes que solo reformar la ley electoral y adelantar elecciones?»
Cuando sucedió la masacre del barrio Carlos Marx, ¿no nos quedó claro que venían con todo? ¿Por qué no pedimos contundencia a quienes podían demostrar más? ¿Por qué llamamos «divisionistas», «radicales» y «sectarios» a los que pedían contundencia?
Si nos indigna la masacre del Carlos Marx, ¿por qué no nos indignan los editoriales de La Prensa que hablan de amnistía a cada momento? ¿Por qué no nos indignan las grandes empresas como Flor de Caña o Toña que apuestan a la «normalidad», por no decir impunidad, con conciertos o hípicos en todo el país?
Si vimos la masacre del Carlos Marx y estamos tan seguros de la participación de la Policía y paramilitares en ella, ¿por qué no nos indignan los que se oponen al paro nacional, a las huelgas, al boicot, a la desobediencia civil y a otras acciones que buscan contundencia?
Si nos indigna de verdad la masacre del Carlos Marx, su impunidad y el cinismo con que se aborda el hecho a día de hoy, ¿por qué nos dijeron que «íbamos ganando»? ¿Por qué no pedimos cambiar Policía, Poder Judicial, Fiscalía y tantas cosas que hay que cambiar, antes que solo reformar la ley electoral y adelantar elecciones?
Si nos indigna de verdad la masacre del Carlos Marx, ¿por qué no nos indignó que algunos «representantes» del pueblo no hayan apoyado la huelga del 20 de diciembre de 2018, la primera huelga general en tantos años? ¿Por qué callamos ante lo evidente?
La masacre del Carlos Marx nos desnudó a todos.