Negocio lúgubre (Invitación a conversar sobre un tema espinoso)
Pío Martínez
Yo no sé qué piensa usted, pero a mí me parece inconcebible, abominable, horrendo e inadmisible el enorme negocio que los hospitales privados están haciendo con los enfermos del Covid-19. No son solo los ricos y los políticos saqueadores del erario quienes están acudiendo a ellos. Mucha otra gente, de menos recursos, está yendo allá porque no tiene otra opción ante el desastre de los hospitales públicos, que se han convertido en centros de infección y de muerte.
Yo puedo entender que alguien con un ser querido muy enfermo hará cualquier cosa con la esperanza de curarlo, de salvarlo de la muerte. Lo que se me hace difícil de entender es que haya hospitales que se aprovechen del dolor de las personas para exprimirles como si de esponjas se trataran y exigirles sumas de dinero que con frecuencia van más allá de las posibilidades de esas personas. Eso a mí me parece extorsión.
La gente se está endeudando, vendiendo sus más valiosos bienes con tal de brindar a su ser querido la atención hospitalaria que un médico le ha recomendado. Al final del camino quizás el enfermo salvará su vida, pero se encontrará en la quiebra, quizás hasta sin techo que le cubra y hasta con deudas impagables y enormes sentimientos de culpa por haber traído con su enfermedad la miseria sobre su gente. Si muere serán sus familiares quienes cargarán con el sufrimiento de haber perdido a su deudo y sus bienes más preciados.
Me cuentan que son miles de dólares los que hay que entregar como depósito para ser internado en un hospital privado y que las facturas que luego hay que cancelar ascienden a decenas de miles de dólares. Me pregunto qué puede ser tan caro en el tratamiento a los enfermos para que las tarifas por día asciendan a miles de dólares. ¿Es que están inyectando una solución de oro y diamantes en las venas de los pacientes?
Uno esperaría que el tratamiento que las personas reciben a cambio de sus ahorros de toda una vida fuera excelente, pero no lo es, al menos no en todos los casos, tal como hemos visto hace unos días cuando a una persona que había pagado un capital en uno de estos hospitales le perdieron el cadáver de su familiar.
Sería interesante conocer qué porcentaje de los que entran al hospital salen vivos de allá. Sería también bueno saber cuántos de los pacientes intubados sobreviven. Por lo que he escuchado muchos pacientes mueren mientras son conectados a los ventiladores, lo que puede ser una señal de que hace falta entrenamiento para realizar este procedimiento y para hacer los ajustes apropiados en la máquina.
Sería interesante conocer los protocolos médicos que se están utilizando en esos hospitales privados. Sería bueno someterlos al escrutinio de especialistas internacionales para analizar su efectividad. Por lo que he escuchado de diversas fuentes, sospecho que lo que esos hospitales están haciendo es suministrar medicamentos inefectivos deshaciéndose así de sus inventarios farmacéuticos, que han subido de precio de manera exorbitante en los últimos días.
A mí me parece inmoral lo que están haciendo estos hospitales. Me parece aborrecible que se aprovechen de la condición vulnerable de las personas. La podredumbre en nuestra sociedad lo traspasa todo y llega hasta allá también.
*Lo que he escrito aquí es mi opinión y la expreso con la intención de empezar una discusión seria sobre lo que aquí planteo, una discusión que creo necesaria y me parece no está produciéndose. Puede ser que esté completamente equivocado en lo que digo, pero sería bueno escuchar las voces de los que saben lo que está ocurriendo en los hospitales privados. De lo que ocurre en los hospitales públicos nos enteramos cada día. No pierda su tiempo y el de los demás intentando lincharme por lo que digo, mejor hágame usted cambiar de opinión con sus firmes argumentos de la falsedad de lo que digo. Le aseguro que con gusto reconoceré mi error.