Nubes negras sobre Nicaragua
Horizonte nebuloso. Lluvia ligera. Tan suave que creemos que no moja, pero sí, nos moja, ¡y nos amurriña!
Lenguaje de un pueblo en vía de exterminio. Nuestra riqueza cultural indígena se extingue, con el beneplácito táctico de nuestro desgobierno.
Estamos sometidos y macabramente arrodillados ante un poder nefasto y enfermo de absolutismo. ¡Nada nuevo! La humanidad está llena de cicatrices de larga data.
Todavía duele al leer la historia. Se supone que estamos en el siglo XXI. Pero no, acá estamos en la era medieval. Los déspotas de hoy regresan al pasado para someter a un pueblo a sangre y fuego.
¿Qué dicen los nuevos millonarios cómplices de nuestro fatal destino? ¿Dónde está su mística? ¿Dónde está su honra? ¿Dónde está su honestidad y hombría? ¿Dónde está su amor a la patria herida? ¡Los que tienen esas virtudes están en mazmorras!
¡Cuánto sueño frustrado! Soñamos una república preñada de justicia en todos los ámbitos, aunque todos sabemos que no existe perfecta justicia e igualdad, está probado, pero sí la libertad en toda su grandeza.
Soy culpable de haber soñado. ¡Jamás pensé que iban a pisotear con saña tanta sangre bendita de hermanos, y asquerosamente aprovecharse, con cinismo oportunista!
Yo ya soy pasado. Si alguien me quiere encontrar, acá estoy. Si hay juventud que se quiere engañar, allá ellos. Déjense guiar por su corazón y no por lavado de mente. ¡No sean mentecatos!