Preguntas de vida o muerte para los políticos que quieren ir a elecciones con Ortega
Francisco Larios
El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.
(Los ciudadanos tenemos derecho a respuestas claras)
Cuando uno critica el camino desastroso de la Alianza/ /UNAB (¿o ahora se llaman Gran Coalición Celeste, GCC?), muchos de sus partidarios, gente de buena voluntad que simplemente está desesperada por que acabe la pesadilla, lanza la pregunta que los manipuladores políticos han plantado: ¿Si no es por elecciones, cómo vamos a salir de la dictadura?
Es una pregunta legítima, sin duda; de hecho hay muchas personas discutiendo y trabajando para darle respuesta, con la meta de derrocar a la dictadura.
Pero la meta de la Alianza/ /UNAB/Gran Coalición (¿con CxL, PLC, PC?) NO ES derrocar a la dictadura, es ir a elecciones con y bajo la dictadura. De esa manera, arguyen, “salimos de la dictadura”.
¿Han explicado cómo? No.
¿Deben hacerlo? Por supuesto.
Si la propuesta de los políticos es ir a elecciones con Ortega, bajo la dictadura de Ortega, bajo las reglas de Ortega (porque ya han explicado que hay que ir “con o sin reformas”), entonces, si son honestos, deben explicar el cómo, participando en elecciones con Ortega (legitimándolo de paso, porque aparentemente cometer un genocidio no descalifica a nadie como candidato) harían que acabara la dictadura de Ortega.
Para empezar, tienen que explicar cómo es que vamos a tener elecciones libres, sin intimidación, en las cuales los cientos de miles de exilados políticos puedan ejercer sus derechos ciudadanos (¿o ya no cuentan, cuentan solo para enviar dinero y hacer propaganda?), y cómo se logrará que los nicaragüenses dentro del país puedan hacer campaña, manifestarse, reunirse, y todo lo que es norma en cualquier elección democrática.
Después, queda una pregunta aún más difícil de responder: ¿Cómo es el proceso en el cual, al perder las elecciones (si las pierde, si acepta que ha perdido) Ortega dejaría el poder real, es decir, sus paramilitares, su mal habido e inmenso poder económico, su red de espías, sus CPCs, su control del Ejército y de la Policía? Expliquen, si son honestos, ¡cómo es que esto ocurriría!, y explíquennos por qué, si no ocurrió en 1990, cuando Ortega fue tomado por sorpresa y tenía menos recursos que hoy en día, va a ocurrir de aquí a 24 meses. Y no olviden la promesa de Tomás Borge después de que Ortega regresó al poder: “todo puede pasar, menos que el Frente Sandinista deje el poder”.
¿Van a decirnos, señores de la GC, Sr. Félix Maradiaga, Sr. José Pallais, Sr. Mario Arana, Sr. Juan Sebastián Chamorro, Sra. Azalhea Solís, etc. etc. que estas no son preguntas legítimas?
¿Por qué no las responden con claridad?
¿Quieren que nos unamos todos, que nos unamos a ustedes en esta estrategia? Pues, ¡contesten! ¡Convenzan a la ciudadanía con argumentos e información veraz!
¿No tenemos, los ciudadanos, derecho a que al menos lo intenten? ¿A que hablen claro, sin escudarse en “mercadeo”, en “algo grande viene”, en “ahora somos celestes”, o en acusaciones infames de “divisionista”, o “sapo”?
¿O, es que quieren que los sigamos ciegamente, como borregos, como masas que siguen a caudillos?
¿Esa es la idea que tienen de democracia?