La izquierda, torpemente, en lugar de asumir un efectivo liderazgo sanitario, optó por dedicarse a negar la existencia de la pandemia y la presencia del virus en el país, aduciendo, en cambio, que se trataba de un plan para ocultar los siniestros planes del gobierno y el asesinato de líderes cívicos y populares que aún hoy sigue ocurriendo, una epidemia tan grave e invisible como la que hoy nos compete a todos. Por el otro lado, en vez de aprovechar el espacio que la oposición le estaba dejando abierto y asumir un decidido liderazgo en la lucha contra la pandemia, Duque trastabilló de nuevo. Dudó una y otra y otra vez. En vez de acciones claras y decididas, su equipo de asesores prefirió el modelo británico/trumpista para enfrentar la crisis, es decir: “permitir que el mercado lo resuelva”.
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