¿Cómo?
Pues: organización y lucha. Toda la lucha legal que se pueda, cuando se pueda, y organizarse a la vez –y esto es lo más importante–en células que no sean públicas, por seguridad, para organizar actos de resistencia, que idealmente serían no violentos, que puedan escalonarse y extenderse a través de la repetición, el reclutamiento de cada vez más gente, la coordinación, y la simultaneidad, hasta crear un movimiento que haga INGOBERNABLE el país a la tiranía. Una tarea difícil e inevitablemente riesgosa, que al principio no será para todos, pero eventualmente será de masas.
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