El espejismo de las elecciones

Yaser Morazán
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Las elecciones son un excelente mecanismo de participación ciudadana para alternar el poder político en países democráticos, pero en Nicaragua lo que tenemos es una narco-dictadura controlando el sistema electoral. 

Participar en elecciones sin condiciones previas es validar ese poder corrompido.

La opción y experimento electoral ya se ha ejecutado en los últimos años (incluyendo las elecciones de Gobiernos Regionales a finales del año pasado, en medio de la masacre), obteniendo como resultado la asignación de alcaldías, gobiernos regionales y diputaciones a dedo. 

Si no tienen una opción más creativa, entonces es más de lo mismo de antes de abril 2018.

Los partidos políticos tradicionales que se presentan como los próximos salvadores del pueblo no representan a nadie más que a ellos mismos, sus dirigentes (DUEÑOS), patrocinantes y poca militancia. 

El sistema electoral es un espejismo del oasis de democracia en el desierto llamado Nicaragua . Ellos lo saben.

En un año siento que he madurado a «güevo». Con toda la inocencia creí que podía incidir sobre amigos y conocidos, actores políticos dentro de la Alianza y UNAB, pero ahora me pongo a pensar en los poderes ocultos detrás de la política tradicional criolla: narcotráfico, intereses empresariales, vicios culturales, etc. Mejor me dedico a hacer cuentacuentos.

Con mucho pesar y una tristeza frustrante, reconozco en personas muy queridas para mi, las formas coloniales y tradicionales de hacer política en Nicaragua, similares a las utilizadas por el régimen Ortega Murillo.