El Mundo, por Oscar René Vargas, 1 de agosto del 2022

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Ucrania / Cereales

El carguero “Razoni” levó anclas este lunes en Odesa, convirtiéndose en el primer buque comercial que parte del puerto ucranio desde que comenzó la guerra en Ucrania el 24 de febrero. Se hace realidad así el corredor naval que han negociado los gobiernos de Ucrania y Rusia bajo la mediación de Turquía y Naciones Unidas. El objetivo es sacar alrededor de 20 millones de toneladas de grano bloqueados por la guerra y aliviar la crisis alimentaria en los países de África y Asia más dependientes de la producción agrícola de Ucrania.

Ucrania / Unión Europea (UE)

La guerra, las sanciones a Rusia y el apoyo armamentístico occidental al gobierno de Ucrania, obviando cualquier salida negociada al conflicto, auguran consecuencias muy graves a corto y medio plazo para UE. Europa va camino de aplicar en los próximos meses una economía de guerra ante la escasez de hidrocarburos.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, de ideología ultranacionalista, que no tiene pelos en la lengua para decir lo que muchos solo susurran en los pasillos de Bruselas expresó: las sanciones y la guerra económica lanzada por la UE contra Rusia están dañando más a la propia Europa que a Moscú.

La UE insiste en que Rusia está aislada y a punto de colapsar por la guerra. Sin embargo, la cumbre que acaban de celebrar en Teherán el presidente ruso, Putin, y sus colegas de Irán y Turquía parece apuntar hacia otro lado. Lo mismo se puede decir con la gira de Lavrov por África, de la reunión de los BRICS y de la próxima reunión de Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)

Aunque los rusos parecen haber ralentizado sus movimientos militares, hasta el momento no han parado en su ofensiva. Lugansk ha caído ya en manos rusas y Donetsk, la otra provincia del Donbás, podría sucumbir totalmente en cuestión de semanas. Las conquistas rusas abarcan una amplia media luna del este de Ucrania, desde el Donbás hasta Jersón y el río Dniéper, al norte de la península de Crimea.

Las “armas” que utiliza Rusia en su batalla paralela, diplomática y económica, contra la UE es el eventual corte definitivo del gas y los daños que podría sufrir el tejido industrial de países como Alemania, Francia e Italia, muy dependientes de los hidrocarburos y los efectos de esa carencia para los hogares europeos y sus calefacciones de cara al próximo invierno, además de la incidencia negativa en la inflación en la Eurozona.

El gasoducto Nord Stream 1 (NS1), que corre sobre el lecho del mar Báltico y enlaza Rusia y Alemania, ha reducido su suministro de gas al 20%. Esta acción provocó temor en la UE. En todo caso, el miedo está sembrado y ya son muchas las voces en Europa que se preguntan hasta qué punto la economía alemana, francesa o, italiana deberían estar dispuestas a entrar en recesión por el Donbás ucraniano. Ya son cada vez menos quienes piensan que lo importante es doblegar a Rusia a cualquier sacrificio. La compra de gas licuado (principalmente a EE.UU., el gran beneficiario de toda la crisis) para compensar la carencia de gas ruso será insuficiente para llenar los almacenes de cara al próximo invierno.

Gazprom anunció la suspensión de suministro de gas a Letonia “por violar las condiciones de entrega” al negarse a pagar en rublos, según ha sostenido en un comunicado. Letonia ha respondido que tiene suficiente suministro para el invierno pese al corte. Es el sexto país al que Rusia cierra el grifo del gas, tras Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha adelantado que los precios del gas en el mercado TFE, de referencia centroeuropea, se sextuplicarán en 2022 respecto a los de 2019, antes de que comenzara la pandemia de la Covid-19, y que continuaran siendo muy altos en los próximos años, lo que lastrará la recuperación de las economías europeas.

Los altísimos precios de la energía han puesto ya a Europa contra las cuerdas. Entre enero y mayo del 2022 el déficit energético en la UE era de 234.000 millones de euros frente a los 85.700 millones de euros del mismo periodo del 2021, reflejando así los efectos de la guerra. Entre enero y mayo el déficit comercial de la Eurozona con Rusia ascendió a 76.600 millones de euros, mientras que en ese mismo periodo de 2021 era de 19.500 millones de euros.

Rusia no ha quedado aislada y tampoco aparece desestabilizada de forma irreversible en su economía. La diversificación de sus ventas de gas hacia China, India y otros países emergentes, y su última palabra en la distribución de cereales desde Ucrania para evitar una hambruna mundial, ponen de manifiesto que quizá la UE se haya alcanzado en un pie cuando intentaba disparar sobre Rusia.

Gas

Ante la posibilidad de un corte al suministro del gas ruso, las proyecciones sobre el costo de este energético van nuevamente en aumento, con un repunte de 57% en julio; mientras los riesgos de una recesión en la eurozona toman mayor relevancia. El precio del gas, esencial para la industria y la generación de electricidad en los principales países de Europa, rozó durante la semana pasada los 230 euros por megavatio hora (MWh), un nivel no visto desde principios de marzo, poco después del estallido de la guerra en Ucrania.

De darse un recorte al suministro de gas, la economía de la eurozona se contraería en alrededor de 1%, al mismo tiempo que impactaría en los precios de los energéticos (petróleo y gas). Asimismo, la medida llevaría a la inflación a aumentar en 1.3%. El impacto económico llevaría una contracción de la eurozona de al menos 1%, siendo Alemania e Italia las economías más vulnerables. Las consecuencias que tendría este suceso son considerables, ya que los sectores más sensibles a un posible corte de gas a Europa son la industria de autopartes, el sector industrial y el petroquímico. Asimismo, un alza de los metales provocaría espirales inflacionarias a escala mundial.

En el mundo sólo hay dos países con capacidad de equilibrar balanzas negativas de gas de Europa: EE.UU., que produce 23% del gas global, y Rusia, que produce 18%. El suministro estadounidense, sin embargo, tiene dos problemas: debe transportarse en estado licuado por barco, lo cual es más costoso y limitado, y EE.UU. tiene una demanda propia muy alta, por lo que los excedentes son escasos. De hecho, aunque Rusia produce menos gas, exporta más. En 2020 fue el principal exportador con 230 bcm, muy por delante del segundo, Qatar (127 bcm), y tres veces más que EE.UU. (77 bcm). Mil millones de metros cúbicos de gas natural, que se suele abreviar con las siglas en minúsculas bcm (del inglés billion cubic metres) es una medida de la cantidad de gas natural producido o transportado.

Europa, que depende del gas para mantener a flote la industria y calentar hogares, teme el frío. Los números son los que son: en 2021 los europeos consumieron 604 bcm de gas y produjeron 223 bcm; la dependencia es descomunal. La sustitución de gas ruso por otros suministradores ha llegado a su límite, por lo que la única opción real para limitar la dependencia pasa por consumir menos gas. Sin embargo, no todos los países europeos dependen en la misma medida del gas de Rusia.

Hay países como los bálticos, Finlandia, Hungría o Grecia que deberían reducir su consumo en cerca de 50% en caso de corte de suministro, mientras en España, Portugal y Francia –apenas conectadas con el resto de Europa– la dependencia es nula. A medio camino se sitúa Alemania, que debería consumir 29% menos para hacer frente al cierre total de Moscú. Eso es mucho gas.

Petróleo

Rusia está exportando menos petróleo, pero, en un giro perverso, está ganando más dinero, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, con sede en Finlandia. Las sanciones han elevado los precios, compensando con creces la caída de las exportaciones. En mayo de 2022, Rusia ganó 883 millones de euros por día de las exportaciones de petróleo, frente a los 633 millones de euros por día en mayo de 2021. Las naciones europeas, en particular, están causando un daño considerable a sus propias economías sin reducir los ingresos petroleros de Rusia.

Las dos mayores petroleras estadounidenses, Exxon Mobil y Chevron, registraron ganancias sin precedentes en el segundo trimestre por el aumento de los precios del crudo y el gas natural, en momentos en que la gente enfrenta dificultades para pagar la comida y otras necesidades básicas. Exxon Mobil reportó utilidades de US$ 17 mil 850 millones de dólares y Chevron de US$ 11 mil 620 millones de dólares. Las dos empresas, junto con la británica Shell y la francesa TotalEnergies, ganaron casi US$ 51 mil millones de dólares en el último trimestre, casi el doble que en el periodo anterior.

Rusia / Turquía

La situación en Ucrania y el conflicto en Siria serán los principales temas que abordarán el presidente ruso, Vladímir Putin y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, durante la próxima reunión que los mandatarios sostendrán en Sochi el próximo 5 de agosto, declaró el embajador ruso en Ankara, Alexéi Yerjov. Putin y Erdogan van a discutir las acciones militares en Ucrania y evaluar la situación en el corredor de cereales, informó el canal turco “TRT Haber”. Por su parte, el Kremlin anunció que los dos líderes discutirán temas regionales y las relaciones bilaterales.

Otro tema de interés para ambas partes es su cooperación comercial y económica, que, según Yerjov, se está desarrollando «con bastante fuerza, con bastante éxito». «En la primera mitad del año ya hemos superado la cifra del año pasado, en los seis primeros meses tenemos unos US$ 26.000 millones de dólares [de facturación comercial], lo que supone un crecimiento de cerca del 50%», explicó el embajador.

Rusia: nueva doctrina naval

Putin ha marcado nuevas líneas rojas a Occidente en los mares Negro, Báltico y el Ártico con la aprobación de una nueva doctrina naval y el anuncio de que la Armada rusa recibirá en los próximos meses los nuevos misiles de crucero hipersónicos Tsirkon, que “no tienen análogos en el mundo” y que superan hasta nueve veces la velocidad del sonido con un alcance prácticamente ilimitado.

“Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto económicas como estratégicas, que son vitales”, ha asegurado en un breve discurso con motivo del Día de la Armada en la ciudad de San Petersburgo. “Principalmente, se trata de nuestra zona ártica, las aguas de los mares Negro, de Ojotsk y de Bering, y los estrechos del Báltico y las Kuriles […]. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios”, ha subrayado.

La nueva doctrina pone negro sobre blanco la ambición de ser una “gran potencia marítima” y señala como principal amenaza a su seguridad tanto “la política estratégica de Estados Unidos de dominar los océanos del mundo” como la expansión de la OTAN cada vez más cerca de las fronteras con Rusia. También marca el Océano Ártico como área de particular importancia. La nueva doctrina permitirá ampliar su potencial naval al agilizar la movilización de los recursos a cargo de la Armada, lo que incluirá los barcos civiles y sus tripulaciones, además del empleo de las infraestructuras marítimas en tiempos de guerra. Rusia tiene cerca de 40.000 kilómetros de costa.

Putin ha anunciado que creará nuevas bases militares en el mar Mediterráneo, la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el golfo Pérsico en el marco de la nueva doctrina naval. Rusia ve como el «principal riesgo» para su Armada la falta de suficientes bases fuera de sus fronteras que puedan recibir y abastecer a sus buques y realizar labores de reparación y mantenimiento técnico. Además de garantizar la presencia permanente de la flota rusa en la base naval de Tartus, en Siria, Rusia quiere desarrollar centros de mantenimiento naval «en territorio de otros países de la región», lo que incluye a países africanos y de Oriente Medio.

La doctrina menciona el interés en desarrollar la cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak. Considera que el «mayor desafío» para su seguridad nacional es la estrategia de EE.UU. de dominar los océanos, lo que incluye restringir a Rusia el acceso a los recursos y las comunicaciones oceánicas.

Una de las prioridades del Kremlin será convertirse en uno de los líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental rusa. Y también controlar las actividades de otros países en la conocida como Ruta Ártica, que Putin propone como alternativa al Canal de Suez.

En un futuro la Armada rusa también quiere garantizar el acceso ininterrumpido al enclave báltico de Kaliningrado, muy dependiente ahora del tránsito terrestre de mercancías por los países bálticos. Tanto los portaaviones de la Armada como los buques de gran tonelaje para la exploración del Ártico se construirían en futuros astilleros del lejano oriente ruso, con capital en Vladivostok, señala la doctrina, que sustituye a la aprobada en 2015.

Irak

Cientos de seguidores del influyente clérigo chiíta Muqtada al-Sadr acamparon ayer dentro del Parlamento iraquí después de derribar los muros de seguridad que rodean el edificio e irrumpir en el recinto un día antes para rechazar la candidatura al puesto de primer ministro de Mohamed Chia Sudani, un exministro y gobernador provincial de 52 años. Los de partidarios de Muqtada al-Sadr planean ocupar las instalaciones hasta nuevo aviso, tras una jornada de protestas en un país sumido en una profunda crisis política.

El primer ministro interino, Mustafa Kadhimi, compareció de urgencia ante la nación para exigir a las fuerzas un diálogo y pidió a las corporaciones de seguridad proteger a los inconformes, a quienes llamó a manifestarse de forma pacífica. La sesión parlamentaria prevista no se celebró y los legisladores no estaban en el pleno. La misión de la Organización de Naciones Unidas, la embajada de EE.UU. en Irak y la Liga Árabe llamaron por separado a la calma. 

Estados Unidos

El presidente de EE.UU., Joe Biden, dio positivo a Covid-19 de nuevo, tres días después de que recibió autorización médica para salir de aislamiento, informó Kevin O’Connor, galeno de la Casa Blanca, en un caso inusual de regreso de la infección luego de tratamiento con antivirales. De acuerdo con las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, Biden regresará al aislamiento al menos durante cinco días y permanecerá en la Casa Blanca hasta que dé negativo en las pruebas.

Los senadores del estado de Indiana aprobaron por estrecho margen una prohibición casi total del aborto ayer durante una rara sesión de fin de semana, y enviaron el proyecto de ley a la Cámara de Representantes local después de una polémica semana de discusiones sobre si permitir excepciones por violación e incesto.

El estado de Kansas, centro del país, vota este marte un cambio en su Constitución que abriría la puerta a una prohibición del derecho a interrumpir el embarazo.  La votación es consecuencia del fallo del Tribunal Supremo que el pasado 24 de junio derogó el precedente de medio siglo establecido por la sentencia Roe contra Wade, que en 1973 convirtió en constitucional la libertad de las mujeres para elegir la interrupción de sus embarazos hasta la 22ª semana. La decisión judicial devolvió la potestad para legislar a los estados. Desde la sentencia del Supremo, de la que ha pasado poco más de un mes, 11 estados ya han prohibido o restringido severamente el aborto.

China / Estados Unidos

Las tensiones entre EE.UU. y China se encuentran de nueva cuenta al alza. Los presidentes Joe Biden y Xi Jinping sostuvieron una conversación telefónica de dos horas en la que Jinping advirtió a Biden que EE.UU. no debe “jugar con fuego” en Taiwán ante la posible visita a esa isla de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Días antes, el subsecretario adjunto para Asia Oriental del Departamento de Estado, Jung Pak, acusó a Pekín de “provocaciones” contra rivales en el mar de China Meridional, y fue tan lejos como para sostener que, dado su “comportamiento agresivo e irresponsable, es cuestión de tiempo que ocurra un incidente o un accidente grave entre las fuerzas armadas que recorren la zona”.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, confirmó ayer que esta semana visitará cuatro países asiáticos, pero sin mencionar a Taiwán. En una declaración, Pelosi dijo que encabezará una delegación legislativa a Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón para hablar de comercio, la lucha contra la pandemia, el cambio climático, la seguridad regional y la gobernabilidad democrática.

Los diferendos en torno a Taiwán y el mar de China Meridional son distintos, pero se encuentran fuertemente conectados. Por un lado, la situación de la isla, independiente de facto desde 1949 y a la que China considera parte indivisible de su territorio, es uno de los asuntos más espinosos en la agenda mundial: aunque EE.UU. y sus aliados (al igual que casi la totalidad de la comunidad internacional) no le reconocen estatus de país independiente, Occidente mantiene unas relaciones más que cordiales con Taiwán, le proporciona constante ayuda militar para disuadir a China de recuperar por la fuerza la provincia insular escindida al final de la guerra civil china.

Por otro lado, la región marítima del sudeste asiático reviste una importancia estratégica clave por ser zona de tránsito de 30% de las mercancías a nivel global y es objeto de reclamaciones entre los estados que ocupan sus costas. Si bien es cierto que China mantiene una política expansionista en este territorio de 3 millones de kilómetros cuadrados, es difícil pasar por alto la arbitrariedad detrás de las potencias occidentales obstinadas en patrullar con embarcaciones y aviones militares un área ubicada a miles o decenas de miles de kilómetros de sus costas.

Desde el mes pasado se dio a conocer que Biden contempla la idea de levantar algunos de los aranceles a productos chinos establecidos durante la era Trump para reducir la inflación que genera un enorme malestar entre los consumidores de su país y que ya se ve como factor principal de la anticipada derrota electoral de su partido en noviembre próximo. Pero el alivio a los precios podría representarle acusaciones de ceder frente a su rival geopolítico y dar vía libre a la oposición para envolverse en la bandera del patriotismo y la defensa de América. Tampoco está claro qué tan lejos puede llegar su respaldo efectivo a Taiwán en momentos en que EE.UU. y la UE realizan envíos masivos de dinero y armas a Ucrania, ni hasta dónde llegaría en realidad la promesa de defender militarmente a la isla, esbozada por Biden hace dos meses.

Papa Francisco

A bordo del avión papal., El papa Francisco reconoció que se cometió un “genocidio” contra los indígenas de Canadá por los abusos cometidos durante décadas en las instituciones católicas, al regresar a Roma de una intensa visita de seis días, y admitió que deberá reducir su ritmo de viajes o “hacerse a un lado”, en alusión a una posible renuncia. Desde fines del siglo XIX hasta la década de 1990, el gobierno de Canadá envió forzadamente a unos 150 mil niños indígenas a internados a cargo de la Iglesia católica. Muchos sufrieron allí abusos físicos y sexuales y se cree que miles murieron por desnutrición, enfermedades, maltrato o negligencia.

El pontífice, al que se vio con frecuencia agotado y en silla ruedas por sus problemas de rodilla, hizo un balance de su viaje: “No creo que pueda mantener el mismo ritmo de viajes que antes. Creo que, a mi edad, y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para servir en la Iglesia, o por el contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado”, declaró Francisco, de 85 años. Francisco afirmó que esto “no es una catástrofe. Se puede cambiar de Papa. Se puede cambiar. No es un problema”, añadió al hablar de sus problemas de salud. Su predecesor, Benedicto XVI, renunció en 2013, a los 85 años. “Creo que debo limitarme un poco, con estos esfuerzos”, declaró, y repitió que “la puerta está abierta” a una posible renuncia.

El papa Francisco dijo ayer que “lo único razonable” en la guerra de Ucrania sería “detenerse y negociar, en virtud del daño que cada día de guerra supone para esa población, pero también para el mundo entero”.

Argentina

La última reconfiguración de fuerzas en la coalición de gobierno supone la llegada a la cima de un socio hasta ahora menor, el diputado Sergio Massa y la estocada final de Kirchner al poder del presidente Alberto Fernández. Massa asumirá como un superministro de Economía, tras un mes de duros ataques del mercado contra el peso argentino, caída de las reservas y disparada de la inflación. La necesidad de evitar una catástrofe y llegar con vida a las elecciones de 2023 convencieron al peronismo, y sobre todo a Kirchner, de que el mal menor era Massa. Kirchner y Massa son ahora una sociedad de emergencia, donde Fernández tiene poco que hacer.

Hay un acuerdo entre Kirchner y Massa para restarle la última cuota de poder que tenía Fernández. La irrupción de Massa hace que el presidente tenga menos poder burocrático, mientras que Kirchner sigue reteniendo poder político. Massa representa poco en las urnas, es el menos relevante, pero es el hombre de la embajada de EE.UU., el que tiene acceso a los sectores de poder, como los bancos. Kirchner tiene los votos y el conurbano de Buenos Aires, clave para ganar cualquier elección.

Oscar René Vargas
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