Ir a elecciones con los terroristas sería traicionar al sufrimiento del pueblo

Cristhian Fajardo
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Hace exactamente dos años nos quemaron el negocio, el “Hotel Masaya”. Cerca de las 2 de la madrugada del 20 de junio recibí la llamada de mi sobrino Alex, que estaba en la casa siguiente del hotel donde él vivía, con mi papá (era el garage del negocio). Me decía que se escuchaba cómo estaban golpeando la puerta e intentando desbaratarla; mi papá me decía que él tenía fe en Dios que los iba a proteger y así fue, pero mi tío Rene estaba exactamente en el hotel, temíamos por la vida de él. 

La red de guerreros que teníamos por WhatsApp, las barricadas organizadas con las que teníamos comunicación, me decían que no se podía hacer nada, que medio se asomaban y les volaban balas; ellos querían salvar la vida de mi tío; ellos lo conocían.  Estaba completamente custodiada la operación terrorista. Los bomberos igualmente me dijeron que no podían llegar, porque no dejaban los paramilitares.  

Los asesinos estaban buscándome, y al no encontrarme procedieron a golpear a mi tío y le dijeron que se fuera, descalzo y desorientado. 

Quemaron el hotel y dos casas vecinas; donde estaba mi papá y mi sobrino no llegaron las llamas. Minutos después me llamaron y me mi tío estaba en un puesto médico de los que habían habilitado para atender a nuestros heridos.  Fui inmediatamente, ya lo estaban atendiendo esos héroes de los que casi no se habla; le tomé su declaración e hice público lo ocurrido. 

Importante mencionar: esto ocurrió 36 horas después de la conferencia de prensa que hicimos el el barrio Pancasán, en la cual dijimos que se instalaría un Gobierno de Transición,  ya que Ortega no podía seguir desgobernando y asesinando al pueblo nicaragüense.  Después de la conferencia, como 18 horas después, hicieron la operación limpieza de la zona norte de Masaya y asesinaron a Eyner Campo, Marcelo Mayorga, Marvin de Los Santos y otros.  Prohibido olvidar a los responsables de esa operación terrorista: Comisionado Avellán, el difunto Orlando Noguera y Eliceo Ramírez. 

Entre lo que más me dolió, de lo sucedido, fue ver a mi tío en shock y también el sufrimiento de mi madre al ver a su hermano ensangrentado; las pérdidas económicas son importantes, pero la vida es primero.  

Conclusión: PARTICIPAR en un proceso electoral con los verdaderos terroristas sería TRAICIÓN al sufrimiento vivido por nuestro pueblo.