Poesía de Francelly Navarro

En los poemas del libro Llanto de estrellas, de Francely Navarro, he encontrado rasgos que suelen ser los atributos verdaderos de la palabra poética, e indicadores —distintivos e inconfundibles— de una obra de auténtica poesía. 

Uno de estos atributos característicos de la poesía es la capacidad de expresar de forma bella y certera todo lo que nos atañe como humanos.  Es este humanismo el que permea profundamente todos los poemas de Llanto de estrellas: desde aquellos que expresan el amor, abarcando el erotismo o el amor filial y el amor como solidaridad humana, así como los que tratan del dolor, manifestado en la angustia existencial, en el desamparo, la desolación y la desesperanza, y reflejado en el abandono y el desengaño, en la amargura de la separación, en la violencia y la tortura, y en el sufrimiento y la muerte; hasta los que se refieren a recuerdos familiares y añoranzas de la infancia, que es rememorada con nostalgia de todo lo ido y lo perdido.

La honda humanidad impregnada en los poemas de Llanto de estrellas logra conmover y conmocionar a quien los lee.  Además, las palabras suenan ciertas y es también genuina la manera cómo están dichas en los poemas, con un lenguaje que es el del corazón humano.  Es debido a todo esto que nos identificamos con las palabras de Francely y nos reconocemos en su obra.  Reconocernos en una obra e identificarnos con ella porque lo que expresa representa fielmente nuestra naturaleza humana, es señal inequívoca de la verdadera poesía.

Asimismo, la fuerza, la solidez y la exactitud de lo que se dice en los poemas hacen eficaz la expresión —sin vaguedades ni excesos ni estridencias innecesarias—, y este es otro atributo de la poesía auténtica.  Baste entonces lo que he dicho para saber que la poesía de Francely está tocada por la gracia y, también, para entender sin lugar a duda, que estamos ante una poeta que sabe cantar y que domina su oficio.

– Daisy Zamora
San Francisco, 27 de mayo de 2021


SEMBLANZA BIOGRÁFICA

Francely Saharith Navarro Hernández, filóloga, escritora, poeta y periodista nicaragüense. En 2020 gana el X certamen literario Ipso Facto promovido por la Editorial EquiZZero de El Salvador, en la rama de narrativa, con su libro “Historias dispersas”. En 2021 publica su primer poemario titulado “Llanto de estrellas” con Editorial Kuélap de Lima Perú. Trabajó en la Prensa Nicaragua, Periódico Hoy y actualmente labora en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).


ANTEAYER

Aprender:
la brisa de las mariposas
                                   el baile
durante el destiempo…
                                   melodía alegre
en evento mortuorio.

Tus ojos
niño vivo…
                        honor
a la gaviota 
que no sostuvo su nido en lo alto.

Fortuna de la tinta
estrella con tu nombre,
allá lejos renace
la bestia más hermosa
                                    tus pies como medusas 
en mi vientre.

Aprender a leerte sin sentido,
bueno como un pétalo de niebla.

Paz que no se ve
si no se planta…
                       profunda calma
                       posible calma.
Mañana es el día.
BLASFEMIA

Tiembla la espuma de Dios
cuando el metal de la muerte
se apodera de la risa.

Dios está sentado con los pies
hacia arriba,
flota su cabeza y sueña uniformidad.

¡Boom! de sus silencios,
brazos reventados,
almas de margaritas de la edad.

Un abuelo polvoriento con su mano arquitectónica.
Palabra... fotografía alzada en terremoto humano.
DOLORES

Lágrima de gota gruesa,

torrente,

            planeta de agua

                       cayendo sobre lo que sea,

la dirección del vacío,

al que se mira

cuando el ánimo golpea

                        aguarda temblorosa

            las marejadas de las penas.
MUTISMO

Debajo del silencio existe un eco sordo, 
quedó sordo de tantos gritos, 
hondas quejas de esas voces que hacen fiesta
mientras el sueño carcome la noche, 
el día, la vida misma…

Aquí que no venga la risa
a plantarse en medio de la habitación,
 que se vaya la luz,
que se derrumben las bases
de este cuerpo que solo recuerdan las estrellas 
y los universos rojos…

Se acerca la palabra, 
azarosa y a punto de dormirse sobre mis pupilas,
dormirse para siempre,
sin escuchar a las sombras que me piden que hable.