«Soy Jaime Navarrete, la prisión se ha convertido en un demonio que me persigue»

Capturas y re-capturas ilegales, tortura, violación incontrolada de los derechos humanos. Y el olvido. Los más vulnerables, los pobres, los jóvenes que se han atrevido a retar al sistema dictatorial, reprimidos cruelmente. Mientras tanto, en los lujosos salones de los mejores hoteles de Managua, los «intocables» del «liderazgo opositor» llegan a hacer «campaña presidencial». Van y vienen libremente, porque –por el momento, y mientras así sea– hacen el juego que quiere el tirano: la tragicomedia de la legitimación.