¿Y si fuera la tuya? Contestación a las autoridades de la UNAN–Managua

El Universitario Intempestivo
+ posts

El autor es académico, y publica este artículo bajo pseudónimo para evadir la represión dictatorial.

La UNAN–Managua está viviendo su propia Edad Media. La pandemia rojinegra está diseminada por todo el organismo institucional de la universidad.

Dedicado a las víctimas del ataque paramilitar a la UNAN–RURD y la iglesia católica Divina Misericordia el 13 de julio de 2018

Iglesia Divina Misericordia, Managua
Iglesia Divina Misericordia, Managua

Hace 3 años la autocracia bicéfala del FSLN ordenó un operativo paramilitar contra la población civil que ocupaba a manera de protesta el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua Recinto Universitario Rubén Darío (UNAN–RURD). El asalto armado del comando dilató unas 16 horas y se extendió hasta la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, ubicada en la zona sur del residencial Villa Fontana, ciudad capital, donde se refugiaron unas 150 personas (entre periodistas, sacerdotes, jóvenes y universitarios). Poco tiempo después de esta infausta fecha, las autoridades de la UNAN–Managua dispusieron colgar un cartel en el puente peatonal que une sus instalaciones de ambos lados de la calle. En el cartel se lee una pregunta incriminatoria y reparadora: 

“¿Y si fuera tu casa?”

Desde su punto de vista, el objetivo ha sido “visibilizar” las pérdidas materiales que sufrió la universidad tras la toma del recinto, a modo de protesta, por estudiantes universitarios el 7 de mayo de 2018; una acción contundente que se sumaba a la fuertísima ola de manifestaciones antigubernamentales que caracterizó en esencia la explosión social observada en abril del mismo año. La reacción gubernamental fue reprimir duramente el enjambre de protestas utilizando armas de fuego contra la juventud universitaria y no universitaria que cobró un centenar de vidas, incluidos menores de edad; por lo cual, la población civil tuvo que recurrir a mecanismos de resistencia como instinto de conservación de la vida y en ejercicio del derecho universal a la legítima defensa. 

La ocupación del campus de la UNAN–RURD inició como una toma liderada por estudiantes universitarios como método de lucha y resistencia pacífica. El 19 de abril de 2018 estudiantes universitarios ya se habían tomado a manera de protesta los recintos de las siguientes instituciones académicas: Universidad Nacional Agraria, Universidad Nacional de Ingeniería (sede central) y Universidad Politécnica de Nicaragua. Las ocupaciones de recintos universitarios a manera de protesta ciudadana experimentaron cada una sus propias dinámicas. Las universidades ocupadas no estuvieron a salvo de ataques, infiltraciones y desviaciones; en efecto, con un orden social completamente convulsionado y una fuerza policial con características de guardia pretoriana al “seguir la línea del gobierno”, los protestantes de buena voluntad fueron penetrados por grupos delictivos. La decisión de los psicópatas del Carmen al mando de un gobierno con perfil (para)militarista fue reprimir con sangre fría una rebelión ciudadana que demandaba libertad, justicia y democracia. 

En lugar de apostar irrevocablemente por el diálogo y la negociación como hubiera sucedido con un gobierno civilista y pacifista, todas las ocupaciones de recintos fueron constantemente atacadas con armas de guerra por grupos policiales y parapoliciales. El 13 de julio de 2018 los atrincherados en el campus de la UNAN–RURD sufrieron una ofensiva paramilitar que se extendió hasta la parroquia Jesús de la Divina Misericordia. La operación limpieza de ese día dejó como resultado 2 jóvenes asesinados (Gerald Vásquez y Francisco Flores), una capilla agujereada por balas y un incendio en el centro de desarrollo infantil del campus universitario. Los psicópatas del Carmen desplegaron con lujo de saña su (para)militarismo como una forma transfigurada de los mecanismos de represión del somocismo. La bota (para)militar como instrumento del poder político, de izquierda o de derecha, será invariablemente peligrosa y agresiva, siempre y en todas partes, contra la sociedad civil.  

Hoy en día el cartel referido luce raído como la conciencia de las autoridades universitarias de la UNAN–Managua. Más que visibilizar, se ha pretendido encubrir y falsear uno de los ataques armados más funestos que un gobierno ha lanzado contra un recinto universitario, ocupado por civiles a modo de protesta, en la historia moderna. La clase estudiantil de Nicaragua en 2018, semejante a Argentina en 1918, México y Francia en 1968, China en 1989, sintió en carne propia la ira del establishment cuando se le desafía y cuestiona al punto de hacer temblar el sistema. Esto se llevó a cabo en las narices de los organismos nacionales e internacionales defensores de DD.HH. 

El cartel en cuestión tiene la leyenda: “justicia para UNANManagua”, lo que fácilmente se interpreta como: “Palo y plomo para quienes se rebelaron contra el FSLN”. La auténtica justicia para la UNAN–Managua sería aquella que procesara a los responsables por los universitarios de dicha alma mater asesinados, encarcelados, expulsados, golpeados, amenazados, asediados y exiliados. Esta justicia alcanzaría a los autores de delitos de comisión u omisión por represalias y despidos antirreglamentarios de docentes y trabajadores en una amplia política de modernización, reestructuración y des–partidización política de la institución académica. 

Con espíritu de abril y una pluma rebelde, fustigadora como la de Juan Montalvo, le replico a cualquiera de las autoridades de la UNAN–Managua con otra pregunta: 

¿Y si fuera la tuya?

  • Si fuera la tuya, ¿habrías permitido la partidización política de tu casa con agrupaciones partidarias, símbolos partidarios y actividades partidarias ajenas a su razón de ser? Todo esto en contravención del marco normativo de tu propia casa. 
  • Si fuera la tuya, ¿habrías concedido que un ente externo mande a gusto y antojo en tu casa, como sucedió al transgredirse la autonomía universitaria a conveniencia del partido de gobierno, el cual ejerce sistemáticamente control político sobre ustedes, el profesorado y el estudiantado?  
  • Si fuera la tuya, ¿habrías tolerado un asalto paramilitar con armas de guerra contra tu casa habitada por civiles y en condiciones desiguales? Todo esto al mejor estilo de las dictaduras militares de derecha en América Latina durante el siglo XX. 
  • Si fuera la tuya, ¿habrías actuado con indiferencia ante un aluvión de balas en tu casa, mientras tus hijos eran privados de la vida en condiciones violentas? Dudo mucho que no se hubieran estremecido al ver a sus vástagos sufriendo agresión psicofísica por huestes de guardias y turbas. 
  • Si fuera la tuya, ¿habrías sido autor de represalias antirreglamentarias, sin debido proceso y sin derecho a la defensa, contra gente de tu casa, como lo hicieron al imponer expulsiones y despidos arbitrarios de estudiantes y docentes? No se olvida la aberración jurídica de la resolución No 13-2018 que impuso per nefas la expulsión de 82 estudiantes universitarios, coartándose discrecionalmente su derecho a la educación superior.  

Ustedes, autoridades universitarias, cargan a cuestas la responsabilidad ético-jurídica por las violaciones a los DD.HH. de los estudiantes universitarios. Sus fechorías partidarias han prostituido educadores, pedagogos y académicos al metamorfosearlos en colaboracionistas que (literalmente) bailan el son y ton de un partido político que enlutó al país entero al dejar huérfilos a padres y madres nicaragüenses por la arremetida rabiosa contra la juventud y el estudiantado, ordenada por un par de enajenados mentales que jamás en su vida completaron un año de universidad, ni siquiera el básico (o propedéutico). 

La UNAN–Managua no es su casa y sus estudiantes violentados no son sus hijos. Por tal razón, son incapaces de sentir hondamente el vasto dolor infligido. El mantenimiento de esa casa no es costeado con su patrimonio personal. La UNAN–Managua le cuesta al contribuyente nicaragüense por ser una entidad pública. Son ustedes quienes toman ventaja de lo público al desempeñar el papel bergante de operadores políticos. El sueldo, la posición y la jubilación seguramente valen el “color” que se han adjudicado en la sociedad. Hace tiempo hubieran sido removidos de sus cargos si no contasen con la palanca del partido en el poder. Son corresponsables del fenómeno de descomposición ética de una casa de estudios al convertirla en guarida de espías y fanáticos premiados con grados académicos y plazas permanentes. Gracias a ustedes, en la UNAN–Managua no manda un gobierno universitario, manda un partido político: el FSLN.   

De modo análogo, el Consejo Nacional de Universidades (CNU) fue cooptado por la partidocracia omnipresente del FSLN y sus “notables” acomodaticios solamente avalan o se desentienden de la humillación de la academia. Por otra parte, UNEN ha sido el brazo político-partidario con el cual se ha ejercido control político sobre la comunidad universitaria desde el estudiantado. Dirigentes envejecidos y mediocres de UNEN han encontrado un modus vivendi adoptando una conducta biopolítica parecida al de una Taenia Solium.

En la UNAN–Managua ha habido pactismo, prebendarismo y contubernio entre operadores políticos del Consejo Universitario, dirigentes de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) y militantes de la red partidaria de autoridades académicas por Facultades, docentes y trabajadores de la institución. Este subconjunto proGobierno de la población universitaria –siguiendo una disciplina de partido– acusó y culpó a los atrincherados de robo, saqueo y destrucción de infraestructura y mobiliario del campus sin atribuirle a sus jefes políticos ningún tipo de responsabilidad en lo sucedido. La postura del personal universitario proGobierno no ha sido académica, sino epidémica al portar el virus del fanatismo patológico que ciega y sesga su criterio. 

El statu quo es el mismo en FAREM Carazo, FAREM Matagalpa, FAREM Estelí y FAREM Chontales: una fracción de la población universitaria partidaria y fanática acapara los controles de mando de la institución académica para dominar y sojuzgar al resto de la población universitaria. En los recintos hay gente decente y capacitada que trabaja de buena voluntad, pero es neutralizada por la partidocracia que se riega como la roya en los cafetales. En la UNAN–León es la misma trama sólo que en lugar de UNEN figura el CUUN. 

El sometimiento de las autoridades de la UNAN–Managua al FSLN es una relación jerárquica entre superior y subordinado. La UNAN–Managua está viviendo su propia Edad Media. El dogma de fe es la verdad del poder político. La memoria de Mariano Fiallos Gil, los exponentes de la Reforma Universitaria en Nicaragua y los luchadores por el 2% de la autonomía universitaria ha sido vilmente mancillada y traicionada. La lucha por el 6% terminó siendo instrumentalizada a favor de un aparato partidario controlado por una familia. 

El proceso involutivo y degenerativo que opera en la UNAN–Managua ha estrangulado las libertades de cátedra, pensamiento y expresión; las cuales se respetaron –irónicamente– con cierta decencia en tiempos de la dinastía somocista. La pandemia rojinegra está diseminada por todo el organismo institucional de la universidad. La partidización de la universidad es inversamente proporcional a la calidad educativa, factor de incidencia para que la institución se ubique debajo de la media tabla en los rankings latinoamericanos de universidades. Este error multiplicándose por doquier como el famoso agente Smith en el film The Matrix, lo podemos denominar como orteguización o sandinización de la universidad. 

Figuras indignas e indecorosas como Ramona Rodríguez, Jaime López Lowery, Luis Lobato Blanco o Bismarck Santana, como autoridades universitarias de la UNAN–Managua; Luis Andino Paiz, Leonel Bonilla Orozco, Mario Armengol Campos o Pavel Vega, como dirigentes de UNEN; Elsie López Lowery, Ramfis Muñoz, Carlos Avendaño, Elvis Arancibia o Israel Guevara Medina como autoridades y docentes en la UNAN–RUCFA (por citar algunos), son objeto de reprobación social y desprestigio académico por fungir a tiempo completo como operadores y propagandistas políticos del orteguismo y el FLSN en la universidad. Su fraude académico y moral los acompañará como sombra al cuerpo hasta que el karma les devuelva lo que les corresponde por servirle a Dios y al César. El trabajo de construcción de la verdad y conservación de la memora los hará rendir cuentas por guardar lealtad incondicional hacia un partido político de maras y verdugos antes que ser consecuentes con una noble profesión al servicio de la enseñanza, el humanismo y el método científico conforme valores y principios institucionales. 

La prematura y violenta muerte de jóvenes estudiantes (idealistas, románticos y nobles) a partir de 2018 continúa bajo la sombra escandalosa de la impunidad. En un intento por falsear la historia, tratando de imponer una pseudoverdad desde el poder político, el oficialismo ha bautizado cínicamente el 13 de julio como “día de la dignidad universitaria”; una fecha más que se suma a la cronología de efemérides partidarias que nada tienen que ver con el Arte, la Ciencia y la Tecnología, pues se trata del culto enfermizo a las armas, la guerra y la violencia política; lo cual brota de las pasiones más bajas y los instintos más primitivos de la especie humana. Así pues, la universidad más grande de Nicaragua (en extensión superficial, población estudiantil y recursos económicos) está regida por fantoches, operadores y subalternos hostiles al pensamiento crítico porque sólo entienden de adiestramiento o adoctrinamiento. 

Los sobrevivientes del 13 de julio de 2018 quizás sigan teniendo pesadillas con las ráfagas de tiros y el olor a pólvora en un ruido ensordecedor de lamentos. Ustedes, innobles autoridades universitarias, cada vez que lean el cartel con la leyenda “¿y si fuera tu casa?”, oirán una voz incómoda en su interior que les contestará “¿y si fuera la tuya?” Si fuera la tuya y tus hijos fueran las víctimas probablemente estarías del lado correcto de la Historia. Sólo en una cabeza con ideas torcidas es admisible que, de conflictos irreconciliables entre autoridad política y sociedad civil, gobernantes y gobernados, potentados y ciudadanos de a pie, salgan bien parados los primeros ante los ojos del mundo entero. La historia universal nos alerta de los opresores que, gracias a la propaganda, esconden desvergonzadamente su dominación sobre los oprimidos. Esta relación dialéctica entre amo y esclavo ya fue pensada por el filósofo alemán J.G.F. Hegel. Por dicha, hoy contamos con la poderosa tecnología de la comunicación e información para denunciar los desmanes con prueba en mano. 

Los intereses creados, en torno a la conservación del poder por el poder mismo, entre operadores políticos del Consejo Universitario de la UNAN–Managua, dirigentes de UNEN, militantes de la red partidaria de los recintos y los “notables” acomodaticios del CNU, no son más que cabezas de un mismo monstruo rojinegro: la Gorgona Medusa. Pero a toda Medusa le llega su Perseo. 

¡PATRIA LIBRE Y VIVIR!

El Universitario Intempestivo

El autor es académico, y publica este artículo bajo pseudónimo para evadir la represión dictatorial.