12 Preguntas para la oposición electorera

Francisco Larios
+ posts

El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.

Artículos de Francisco Larios

¿Qué “concesiones mutuas” puede haber entre los genocidas y las familias de los asesinados?

Pongo entre comillas frases que Cristiana Chamorro cita como supuesta fundación honorable del proyecto de la desprestigiada “oposición” electorera de participar, con o sin “reformas”, con o sin libertad, con o sin democracia, en los comicios que el mismo dictador Daniel Ortega propuso en el 2018 como “solución” a la crisis de su régimen.

Esta es la exposición más irrespetuosa y más hiriente que la Sra. Chamorro ha publicado de la visión del mundo que circula como moneda obvia en los círculos oligárquicos de Nicaragua desde que hace un par de años sugiriera que Daniel Ortega tiene tanto derecho como cualquier ciudadano a ser candidato a la Presidencia. No puedo calificar esta postura de otra manera que no sea connivencia con el crimen de Estado, porque, ¿necesita la Sra. Chamorro recibir notificación de los crímenes de lesa humanidad cometidos, en curso, e incluso previsibles, de Ortega y sus secuaces?

Que conteste Cristiana Chamorro, y que contesten los miembros de AUN, y los miembros de todos los grupos de aspirantes al poder que salivan profusamente ante la posibilidad de un puesto de gobierno aunque arda la patria que dicen amar, aunque se pudran en cárceles y en fosas comunes las víctimas del régimen, aunque con su proceder hieran la esperanza de un pueblo que ha sufrido mucho, que ha invertido en héroes y ha recibido a cambio el infortunio de la traición incontables veces.

Tarde o temprano estas preguntas han de responderse:

(1) ¿Qué “concesiones mutuas” puede haber entre los genocidas y las familias de los asesinados?;

(2) ¿Cuánta “tolerancia” puede haber, y desean que haya, hacia los asesinos en el poder, y su engranaje de represión?;

(3) ¿Qué “convenio entre las partes” ve la Sra. Chamorro, y su clan político, entre “las partes” del conflicto en Nicaragua, o sea, entre los asesinos que han abolido todo derecho humano y sus víctimas? [¡¿Qué acuerdo puede haber entre amo y esclavo?! Cuando a Mandela el régimen del Apartheid racista le propuso un “convenio”, la respuesta del líder sudafricano fue tajante: “solo los hombres libres pueden firmar contratos”];

(4) ¿Qué “sacrificios para todos” les piden a los ciudadanos que no pueden hablar, que no pueden marchar, que sufren torturas indecibles, asesinato o exilio si se rebelan contra la tiranía? ¿Cuántos más propone que deben “sacrificarse” para saciar la sed de poder de Ortega y su inseguridad, para demostrarle a Ortega que ustedes son “confiables” en una “transición”?

(5) ¿Qué traman, o, mejor dicho, qué resultados esperan de su trama? ¿Que el pueblo de Nicaragua celebre que ustedes “regresen” a ocupar un asiento en la mesa del poder oficial? ¿Que ustedes puedan compartir el poder con Ortega? ¿Que el pueblo de Nicaragua consienta, apañe, legitime la expropiación de sus propios bienes y derechos, el genocidio, la destrucción de familias y vidas, para que ustedes puedan ser ministros, embajadores, congresistas, beneficiarios una vez más de la falsa paz y la pantomima de “democracia” que están dispuestos a fabricar para su comodidad y beneficio, sin importarles que Ortega y su clan sigan gobernando, o más bien matando, “desde abajo”?

(6) ¿Quieren que borremos las experiencias que nos han llevado hasta el actual infierno? La de 1990, comienzo de la actual tragedia, pingüe negocio para los “nuevos” administradores del Estado, y para los “derrotados” oligarcas del FSLN; ¡piñata doble, doble fiesta! La del paraíso fascista en que los oligarcas flotaron, “bendecidos y prosperados”, desde el 2007 hasta abril de 2018. La de la tiranía de sicarios desencadenada sin tapujos desde la insurrección cívica, y que los oligarcas se negaron a frenar.

(7) ¿Quieren que los dejemos en paz para que ustedes se entiendan, inter pares, en sus salones oscuros y sus conferencias en embajadas y hoteles de lujo, y se repartan país y esclavos? ¿En eso es que les gustaría que consistiera la “sabiduría del pueblo”?

(8) ¿Cómo piensan explicar en noviembre de 2021, después de sus anheladas “elecciones” que Ortega y su FSLN, aunque hayan dejado la Presidencia, como en el 1990, sigan en el poder?

(9) ¿Cómo van a explicar los asesinatos, secuestros y torturas que ocurran desde hoy hasta noviembre? ¿Cómo van a justificar los que ocurran después de noviembre de 2021?

(10) ¿No se han dado cuenta de que estamos en pleno siglo XXI, y que les va a costar más caro de lo que están acostumbrados mantener arreglos de cúpulas de naturaleza feudal, arreglos que pagan con la sangre, el hambre y el dolor de la gente que no participa en sus pactos?

(11) ¿No tienen temor a la justicia, que puede tardar, pero puede llegar?

(12) ¿De verdad nos creen tan tontos? Sépanlo: podrían incluso ganar esta batalla–aunque lo dudo mucho– pero para ganar la guerra tendrían que callarnos a todos, y eso ya no ocurrirá jamás.  De todo quedará testimonio, nuestra memoria no será borrada. Habrá, al final, un veredicto.

Francisco Larios

El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org. Artículos de Francisco Larios