Coronacrisis 2020 en Nicaragua

Orlando Lacayo
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Egresado de Ingeniería Agrícola por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).

Artículos de Orlando Lacayo

«Estamos frente a “un desierto” de propuestas que nos permitan salir de esta crisis como nación. Las propuestas que hasta el momento hemos visto son sesgadas hacia resolver problemas muy puntuales y que en general no dan respuesta a esa inmensa mayoría de nicaragüenses que estamos en pobreza o en pobreza extrema»

Después de venir por varios años en caída en lo económico, social, institucional y hasta en temas menos sensibles como lo ambiental, Nicaragua enfrenta su mayor crisis socio política en 2018. Ya los resultados de esa crisis económica, política y social son muy bien conocidos.

Todo esto trae como consecuencias directas: desempleo, pérdida de capacidad de inversión, depreciación de los activos, migración y fuga de cerebros, pérdida de la base monetaria y algunos efectos sociopolíticos nefastos que apoyan ese proceso de retroceso continuo.

Siendo el segundo país más pobre del hemisferio, con la economía más endeble de la región y con un sistema corporativista clara y legalmente definido, el retroceso en cada uno de los sectores económicos, sociales y ambientales, es un ancla que detiene su desarrollo al punto de siquiera poder pensar en equiparar esos sectores con nuestros vecinos fronterizos o de la región de Centroamérica.

Hoy enfrentamos desde inicios del 2020 nuevos retos GLOBALES y EXTERNOS que sumados a nuestros problemas internos (haciendo la salvedad que muchos de ellos tenemos ya 198 años de arrastrarlos como sociedad) se convierten en la gran amenaza de echar al traste toda posibilidad de equiparación de nuestra economía siquiera con el tercer país más pobre del hemisferio: Honduras.

En otras palabras, solo nos queda decir: «Te esperamos, plaga roja. Para salvarnos de la muerte negra«. Poeta Polaco en la II GM.

Estamos frente a “un desierto” de propuestas que nos permitan salir de esta crisis como nación. Las propuestas que hasta el momento hemos visto son sesgadas hacia resolver problemas muy puntuales y que en general no dan respuesta a esa inmensa mayoría de nicaragüenses que estamos en pobreza o en pobreza extrema. Un ejemplo de esas propuestas: “dar tregua a los deudores de los bancos en el pago de sus deudas”. ¿Esa propuesta a qué porcentaje de la población beneficiará? En el caso de aquellos que dependen de empleos en empresas por servicios, ¿creen que recuperarán su nivel de ingreso en los próximos 6 meses para poder seguir pagando esas deudas? ¿Cuántos de los deudores podrán seguir pagando las deudas?

Otra gran propuesta: suspender el pago de servicios básicos y pagar después en cuotas de hasta 48 meses. ¿Cuantos podrán soportar una carga extra al consumo mensual que ya se tiene, aun reduciendo ese consumo?

Y así salen las propuestas en un país donde arrastramos los problemas estructurales desde hace décadas. Donde el pliego tarifario de la energía eléctrica solo los que lo hicieron dicen que lo entienden. Donde los contratos de generación de energía son un robo con pistola de palo. Donde es la fecha y no sabemos a quién le pagamos el servicio de comercialización de la energía. Donde como sociedad pagamos las pérdidas técnicas de la energía y no las asumen ni el comercializador ni los generadores. 

Estas propuestas son paliativas y solo para pasar el momento, en este momento no sabemos ya a ciencia cierta cuánto durará. Ya USA pasó su cuarentena hasta mayo y se habla que su proceso de crisis puede llegar a durar hasta 4 meses y no se conoce ni se sabe cuáles serán sus repercusiones.

En resumen: toda propuesta no pasa de ser una propuesta sin fundamentos, una idea de salir del momento pero no una propuesta para recomponer el desastre de sistema que tenemos. Ahora (7/04/2020) súmele otro condimento a la sopa, que en este caso es de esos que son dañinos: la ausencia del dictador y la total ausencia de liderazgos que asuman en momentos tan difíciles. 

En este momento es más que necesario pensar en la pérdida real de empleos en zonas francas, textiles principalmente, como producto directo de la pérdida de pedidos en todo el mundo de prendas de vestir y en dependencia del impacto final habrá que ir viendo el restante de empresas vinculadas a la producción de arneses de vehículos, tabaco, call center y otros. 

Hay que analizar a conciencia el impacto en la pérdida de empleos de empresas de servicios en Nicaragua. ¿Quién comprará o demandará servicios suntuarios, automóviles, ropa de marca, etc.? Enfrentamos un reto muy complejo, nuestros empleos no son productivos en general y los empleos productivos (agropecuarios principalmente) son pocos y muy mal pagados. Se estima que la Población Económicamente Activa (PEA) en 2019 fue de 3,149,779, de esta solo el 24% aproximadamente tenían seguro social (755,874 personas) de las cuales 110 mil son empleados públicos.

Sobre la base de estos datos y sabiendo que 2.3 millones de nicaragüenses (incluidos un poco más de 250 mil que trabajan solo por comida y 150 mil en el desempleo) son empleados sin la cobertura de los beneficios sociales (INSS, aguinaldo, etc.), auto empleados que van desde los vendedores de los semáforos, micro, pequeños y medianos empresarios que se encuentran según el último informe del INDE (Encuesta Continua de Hogares IV Trimestre 2018) en los siguientes sectores:

El 70.7% se encuentra en los 3 primeros sectores, los sectores con menor protección y solo en el caso de los sectores agropecuario, caza, silvicultura y pesca tienen mayor probabilidad de mantenerse o ser los menos afectados.

En cambio los siguientes dos sectores (Comercio al por mayor y menor y Servicios comunales) son de los sectores más impactados por la Coronacrisis 2020.

Hay que hacer una observación muy importante de esta crisis: las mujeres en general serán las más golpeadas económicamente. En general se conoce (no hay una fuente segura para aseverarlo) que en un 40% de los hogares o más, las mujeres son cabeza de familia en el área urbana.

El 43.3% de las mujeres del PEA están en los empleos por Cuenta Propia, en otras palabras, el impacto en el desempleo será fuerte para ellas.

Teniendo todos estos datos como marco para tratar de hacer una rápida línea o Ruta Crítica a seguir, mi propuesta básicamente es:

  1. Iniciar la creación de mesas sectoriales de negociación integradas lo más democrática y representativamente, en donde se discutan todos los escenarios y acciones a ejecutar;
  2. Revisión inmediata del sistema de cuotas a la importación de un rubro tan importante para garantizar la alimentación a como es el arroz. Se debe de liberar su importación para garantizar volúmenes y precios realmente justos para la población. No se puede seguir manteniendo el actual sistema de enriquecimiento de toda la mafia de la Asociación de Arroceros de Nicaragua (ANAR) en contubernio con AGRICORP;
  3. Negociar los precios de venta con los oligopolios de producción de carne de pollo y huevos o Liberar las cuotas de importación de pollo y cerdo americano, garantizando volúmenes y precios justos a la población; 
  4. Establecer un programa de emergencia con los pequeños productores de frijoles de cara a mantener volúmenes y precios;
  5. Negociar con los productores de azúcar los precios de venta para el consumo nacional y equipararlos con los precios internacionales o liberar la importación de azúcar; 
  6. Fortalecer y despolitizar el programa de Bono Productivo de cara a garantizar el auto sostenibilidad alimentaria en el área rural y garantizar el abastecimiento de productos precederos en las áreas urbanas;
  7. Negociar con los oligopolios lácteos precios justos a los productores de manera que los sistemas de producción no caigan, y precios justos con volúmenes y calidades a los consumidores;
  8. Iniciar un proceso verdadero y de cara a los intereses de la población en la renegociación del acuerdo CAFTA- DR, de manera que dé lugar a que la población en general pueda tener los beneficios de dicho acuerdo en todos los ámbitos;
  9. Renegociación de todos los contratos de producción de energía eléctrica que hay a la fecha y lograr precios equiparados acorde a los precios que existen en la región, trasladando el beneficio a la población y a las industrias;
  10. Una amnistía fiscal para todos los micro, pequeños y medianos productores de cara a lograr fortalecer la generación de impuestos desde una estrategia de subsistencia y posterior engrandecimiento, como parte de un programa para garantizar en orden de prioridad a las empresas dedicadas a la producción de exportación, generadoras de sustitos de importación y generadoras de alto valor agregado;
  11. Transparentar las importaciones y los costos de los hidrocarburos. Dando el precio real y justo a la nación, que dé lugar a una recuperación de la economía nacional;  
  12. Deshacer toda la carga tributaria impuesta en los últimos años   y trabajar con los diferentes sectores un plan de nación en donde se contemplen diversas fases para lograr la estabilización y posterior desarrollo de la economía nacional.

Es necesario un cambio real de nuestro actual sistema corporativista. Debemos tener claras las prioridades y la primera es la sobrevivencia. 

Todo lo anterior demanda que se den las condiciones mínimas políticas y sociales tales como: libertad de todos los presos políticos, restitución de las libertades de movilización y participación política, recuperar un estado de situación mínimo  que de lugar a preparar un verdadero proceso electoral.

Orlando Lacayo

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