Justicia para todos [para todos, para todos, ¡para todos!]

Koldo
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<<No manchemos nuestras consciencias, por muy justos que sean nuestros señalamientos al mal que hicieron estos señores.  Lo que ahora se hace con ellos es una injusticia inaceptable.>>

No avalemos la injusticia. Es verdad y nadie olvida que, mientras masacraban a los jóvenes en los tranques, don Álvaro Vargas publicaba campos pagados en La Prensa felicitando al Ejército (eje principal de la maquinaria represiva), y se reunía con sus órganos de inteligencia como representante de FAGANIC. Nadie niega lo bochornoso que fue para toda Nicaragua, en especial las  víctimas directas de la dictadura, escuchar a un Michael Healy, como presidente del COSEP, diciendo en televisión abierta, sin ningún pudor, la infamia de que ellos no podrían solidarizarse con un paro fiscal, y mucho menos uno nacional, porque podría poner en riesgos sus solvencias fiscales y ya no podrían importar y exportar, mientras las madres estaban siendo obligadas a firmar renuncias para que  les entregaran los cuerpos de sus hijos y poder enterrarlos. 

No se trata de olvidar las manipulaciones de don Arturo Cruz en los gremios empresariales para que no actuaran en consecuencia con el baño de sangre que estaba ocurriendo y no se pusiera en riesgo la inversión, ni su promoción del absurdo de intentar repetir el error de 1990 de buscar acuerdos de cohabitación (cogobierno) con ––ahora señalados–– criminales de lesa humanidad, comparando nuestro caso con historias incomparables, manipulando las causas de las transiciones fallidas de los años 90 con argumentos económicos, manipulando con el disparate de que se puede salir de una dictadura fortaleciendo sus estructuras, en apego a su Constitución y limitándose a la figura del dictador de turno, en un sistema tiránico diseñado para impedir la democracia aparentándola, y al que hay que cambiar de raíz. Sin embargo, a pesar del profundo daño que estos señores han hecho a toda Nicaragua y la sangre de tantos jóvenes asesinados durante sus manipulaciones, no es avalando una injusticia que se hará justicia, mucho menos se saldrá de este sistema político que tanto daño nos hace a TODOS. 

Avalar la injusticia que ellos ahora padecen es convertirnos en tan cómplices como lo fueron ellos durante la operación limpieza. No manchemos nuestras consciencias, por muy justos que sean nuestros señalamientos al mal que hicieron estos señores.  Lo que ahora se hace con ellos es una injusticia inaceptable.