Abandonados
(la terrible historia de los presos políticos en Nicaragua)

Oscar René Vargas
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¿Cómo será la experiencia solitaria y terrible de los presos políticos que sufren tortura cuando no hay ninguna campaña nacional para su liberación y cuando ni siquiera están en la agenda política de las principales organizaciones opositoras?

La tortura, usada desde tiempos inmemoriales, tiene una fuerte relación con el poder autoritario, originalmente con el poder de la espada, la represión y la muerte, propio de las dictaduras de turno.

La finalidad de la tortura sigue siendo la clásica: sembrar el temor y en su extremo, el terror, para amedrentar a los opositores al régimen en su ejercicio individual, romper la resistencia a la delación, así como doblegar y hasta aniquilar psíquicamente a la persona y sus valores u obligarlo a aceptar haber realizado actos delincuenciales que no cometió.

El uso sistemático de la tortura en los interrogatorios a miembros de las organizaciones sociales tiene el fin de obtener información relevante sobre ellas y destruirlas, así como una gradación calculada de las formas de tortura. El objetivo de la tortura sistemática y masiva es imponer el terror entre sus adversarios sociales, políticos y religiosos.

La experiencia de la tortura no es únicamente la del sufrimiento, es, también, la de la soledad del sufrimiento. El torturado, el preso político, resiente el silencio de la sociedad frente a su situación.

Frente al silencio de la sociedad, los presos políticos intentan evadir su condición mediante la imaginación o la memoria; ese silencio es rico en todas las voces de solidaridad que les permiten seguir viviendo y tener la esperanza de su liberación.

Dentro de la soledad del sufrimiento es importante la solidaridad del exterior, de familiares, organizaciones políticas, luchadores sociales, protestas nacionales e internacionales para presionar por su liberación. La importancia del sentimiento de fraternidad y solidaridad es de suma importante para quien sufre cárcel y tortura como militante de la lucha contra la dictadura.

La soledad del torturado, inerme ante sus torturadores, es infinita, y la sensación de vulnerabilidad un pozo sin fondo en las condiciones donde un individuo débil frente al poder aplastante del aparato de Estado. En esas condiciones no hay quien pueda protegerlo, salvo la víctima misma, solamente los compañeros de celda.

Los perpetradores de la tortura forman parte del sistema político vigente del régimen Ortega-Murillo y conforman la expresión de una política de Estado, alcanzando a veces la forma evidente de terrorismo de Estado.

La mejor condición para enfrentar la experiencia de la tortura y la cárcel es cuando hay claridad en la comprensión de que existe un movimiento de solidaridad en el exterior y en la seguridad de que en lucha sociopolítica el tema de la liberación de los presos políticos es prioritario en las demandas de lucha contra la dictadura.

¿Cómo será la experiencia solitaria y terrible de los presos políticos que sufren tortura, cuando no hay ninguna campaña nacional para su liberación y cuando ni siquiera están en la agenda política de las principales organizaciones opositoras?

La liberación de los presos y presas políticas debe ser el punto prioritario de la agenda política de la oposición real.