La dictadura sigue con la soga al cuello

Felipe León
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“Tomará su tiempo pero llegará la hora de la libertad para la nación nicaragüense… Hay que insistir, resistir y combatir cívicamente para triunfar… No hay cabida para el desaliento, el desmayo y la claudicación, porque es más el pueblo que quiere libertad, justicia y democracia, que los reductos violentos de los dictadores”

Ya los paniaguados gacetilleros oficiosos defensores de la dictadura empezaron a saltar de alegría con sus diatribas de que “los golpistas” no pudieron obtener en la 49 Asamblea General de la OEA la ansiada aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática y que el “buen gobierno” de Daniel Ortega y Rosario Murillo obtuvo una “victoria” diplomática internacional más, con los 75 días que le dan para que brinde “muestras de buena fe e intención de cumplimiento”; confiando que se apegará a lo resuelto por las 20 naciones americanas (5 votaron en contra y 8 se abstuvieron) que le dan oxígeno, sin “soltarle la soga del cuello”, para que cumpla con lo que han resuelto.

Foto: Evelyn Flores

Claro es que desde el régimen deben rápidamente articular un discurso esperanzador frente a sus diezmadas bases y ante sus aparatos militares y sus rabiosas hordas caninas; es necesario para animarlos a continuar con la represión como única forma de control social que tiene este (des)gobierno, que ya no podrá recomponer la relación del gobernante con los gobernados porque perdió legitimidad y legalidad a lo largo de los 12 años que tiene de usurpar el poder.

En las esferas diplomáticas de la OEA siguen faltando los votos reglamentarios (4 serían los necesarios) para una resolución que posibilite la aplicación del estatuto que permita excluir de ese conglomerado de naciones a la nueva dictadura nicaragüense (la segunda en menos de cien años); no se ha logrado aún esa cifra y sigue siendo un reto del cabildeo que tienen que continuar haciendo los representantes de la oposición nicaragüense (dígase ACJD+UNAB).

Por el otro lado hay voces que ya se levantaron condenando al Secretario General Almagro, señalándolo de compinche de Ortega-Murillo, y de ser culpable de que siga respirando el régimen mientras continúan los atropellos contra el pueblo: capturas ilegales, secuestros, desapariciones, torturas, allanamientos, confiscaciones, golpizas, presiones económicas y fiscales, hostigamientos, agresiones y asesinatos. Además que no sueltan al resto de los presos políticos y no permiten la organización ni manifestación de los ciudadanos y continúan los acechos a la prensa independiente.

No hay respeto a los derechos humanos y políticos de los nicaragüenses, pero los diplomáticos piensan que en 75 días más de sufrimiento del pueblo (parece que sus propios informes de Crímenes de Lesa Humanidad no son suficientes aún) el binomio perfecto: Ortega-Murillo, recapacitará y cumplirá los acuerdos por ellos establecidos. Allá ellos si siguen creyendo ilusamente que el dictador y la dictadora se sujetarán a sus recomendaciones. Muchos nicaragüenses no lo creen.

Y hay muchos opositores verdaderos (no los politiqueros oportunistas que ya vienen sacando la cabeza y alzando la voz), que sostienen que la lucha debe seguir y que no hay que perder el ímpetu por la liberación, que no hay que claudicar jamás, porque este episodio del 28 de junio del 2019 en Medellín, Colombia, en la Asamblea de la OEA, es solo un escenario de la lucha internacional contra esta tiranía y en este espacio hay que seguir empujando hasta lograr que se aplique definitivamente la Carta Democrática contra el usurpador e ilegítimo gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Tomará su tiempo pero llegará la hora de la libertad para la nación nicaragüense.

Hay que insistir, resistir y combatir cívicamente para triunfar. Insistiré en estos planteamientos que se recogen del clamor popular:

Constituir los Comités Internacionales de Lucha Cívica por la Liberación de Nicaragua de la Tiranía, allí donde esté un nicaragüense que quiera la libertad, la justicia y la democracia de su patria deberá trabajar para reunir personalidades, agrupaciones de la sociedad civil, asociaciones de Derechos Humanos, Civiles y Políticos, sindicatos, partidos políticos que apoyen efectivamente esta lucha y se constituyan en estructuras de presión para aislar internacionalmente a la dictadura.

Conformar una alternativa de gobierno transitorio que prepare las condiciones para una gestión administrativa gubernamental que garantice el proceso electoral que demandan todos los nicaragüenses como salida cívica y democrática a la crisis socio-política de Nicaragua, llámese Junta Provisional de Gobierno o como quiera llamársele, con una estrategia y un programa que reúna todas las demandas y aspiraciones del pueblo mayoritario nicaragüense. Y continuar sistemáticamente a lo interno hasta alcanzar la victoria, con lo que una política nicaragüense recientemente entrevistada por Carlos Fernando Chamorro, denominó como la “Guerra de la Pulga”, es decir picar, picar y picar al tirano hasta que sea derrotado.

No hay cabida para el desaliento, el desmayo y la claudicación, porque es más el pueblo que quiere libertad, justicia y democracia, que los reductos violentos de los dictadores.

28 de junio de 2019.