Un chiste sin gracia

Pío Martínez
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Usted ha oído este chiste sin gracia que voy a contarle. Voy a cambiarlo un poco haciéndolo aún menos gracioso, para adaptarlo a las excusas de los colaboracionistas de Ortega, los electoreros del modo que sea, con o sin reformas.

A mitad de la noche un vecino se encuentra a un borracho quien aparentemente busca algo debajo de un poste de luz.

–¿Qué estás haciendo vecino? –pregunta el hombre al borracho.

–Aquí buscando la llave de mi casa, que se me cayó.

–¿Se te cayó por aquí?

–No –dice el borracho señalando hacia la oscuridad– se me cayó por allá.

–¿Y por qué buscás aquí? ¿Será porque aquí está iluminado?  –pregunta el vecino pretendiendo burlarse del borracho.

–No, soy borracho, no estúpido –respondió el borracho mirando al preguntón con rostro adusto–, yo sé que aquí no la voy a encontrar. La busco por aquí porque así por lo menos estoy ocupado en algo para mientras llega la mañana. Así puedo decir que estoy haciendo algo, aunque yo sé que por aquí nunca encontraré la llave, que si la quiero encontrar tengo que buscar por allá, en lo oscuro.

¿Verdad que este cuento no tiene ninguna gracia, que es ridículo? 

Así de sin gracia y de ridículas son las excusas que los colaboracionistas nos ofrecen para acudir a una elección de Ortega y con Ortega. 

No tienen sentido. Son absurdas. Ellos saben –y nosotros también– que no se sacará a Ortega con elecciones. Saben –sabemos– que esas elecciones a las que van son espurias, que es Ortega, y no los votantes quien determina los resultados. 

“En algo tenemos que ocuparnos” nos dicen, como el borracho. Sabemos que los argumentos vacíos de los colaboracionistas son justificaciones para sus acciones, son excusas nada más. Nosotros sabemos bien sus verdaderas razones para acudir a esas «elecciones». Ellos saben que sabemos, pero eso no les importa. 

Creo que a los ciudadanos conscientes nos toca seguir buscando en la oscuridad, pues no se trata de hacer algo solo “para al menos hacer algo”, o para que nos vean, o para satisfacer deseos o ambiciones personales, se trata de buscar para encontrar, aunque nos cueste encontrar lo que buscamos.