Falsifican la historia en busca (otra vez) del aterrizaje suave

<<Frente al rechazo de la inmensa mayoría de los nicaragüenses, los lideres corruptos al servicio de esas élites vienen tejiendo, desde el exilio, el macabro plan de refundar el Pacto de 1990, cuyos artífices fueron Partidos Políticos Tradicionales, los Hermanos Ortegas, Antonio Lacayo y las élites corruptas de la Contra.>>

Choca las conciencias de los ciudadanos honestos y patriotas el editorial de La Prensa del 30 de enero del presente año 2023, que expresa, en uno de sus párrafos que “el retorno de Nicaragua a la democracia será por la vía pacífica, cívica y electoral, como plantea mayoritariamente la oposición política y social; si tal es el camino que indica la comunidad democrática internacional, entonces es bueno y necesario mantener viva la conciencia nacional, la esperanza y la posibilidad de que cuando sean creadas las condiciones apropiadas, se podrá repetir el milagro de la UNO en 1990”. 

Ese es el sueño de las élites corruptas y claudicantes, a través del panfleto virtual que les sirve de vocero, y que antaño [Pedro Joaquín Chamorro Cardenal volvería a morirse si lo viera] se opusiera a transar con dictaduras. Este es el milagro que quieren las élites corruptas y claudicantes: el milagro del Pacto, de la Piñata, la Corrupción y la continuidad del Desmadre Institucional. 

Vergüenza ajena causan estos lacayos (políticos tradicionales) del Gran Capital, que ahora pretenden poner una cortina de humo a la dictadura de Daniel Ortega y su consorte Rosario Murillo y humillar la inteligencia del pueblo de Nicaragua que, en Abril de 2018, rompió el ciclo de la historia política tradicional de Nicaragua. Deberían entender de una vez: no hay vuelta atrás, pretendan lo que pretendan y hagan lo que hagan el pueblo de Nicaragua no cederá ni un ápice de sus anhelos de libertad, de fundar la república democrática y de hacer justicia. 

El pueblo ha demostrado su firmeza en esto, expresando su repudio a las fraudulentas elecciones generales del 07 noviembre de 2021 y elecciones municipales del 06 noviembre de 2022, en las cuales más del 85 % de la población se negó a participar. El espíritu de Abril sigue vivo en el corazón del pueblo, que ha venido sufriendo por muchas décadas los atropellos de un sistema de poder que muta de dictadura a dictadura a lo largo de nuestra historia política, y cuyo soporte fundamental han sido las élites oligárquicas herederas de la colonia que el pueblo llama Gran Capital. 

Frente al rechazo de la inmensa mayoría de los nicaragüenses, los lideres corruptos al servicio de esas élites vienen tejiendo, desde el exilio, el macabro plan de refundar el Pacto de 1990, cuyos artífices fueron Partidos Políticos Tradicionales, los Hermanos Ortegas, Antonio Lacayo y las élites corruptas de la Contra. 

En su desesperación (ya han fracasado cinco años), y carentes de cualquier escrúpulo, intentan ahora, para estabilizar su dominio, refundar el pacto creando un paralelismo múltiplemente falso entre el supuesto pero falso “éxito” de 1990 en el que usaron de pantalla a la Sra. Violeta Barrios de Chamorro, y su hija Cristiana Chamorro, actualmente en prisión domiciliar, y quien ha repetido que “hay que darle una salida digna” a Ortega, y que “Ortega tiene tanto derecho como cualquier nicaragüense a ser candidato” y se ha aliado con otros personajes como Arturo Cruz, quien ha afirmado que los nicaragüenses tendrían que “sacrificar el sueño de democracia para tener gobernabilidad”, y con Mario Arana, quien ha dicho que “la justicia será para otra administración”, y con Kitty Monterrey, quien aceptó participar en elecciones regionales al frente de un partido zancudo después del genocidio de 2018.  

Y con seguridad los conspiradores de la refundación del pacto pondrán al lado de Chamorro, sea como “candidato” o sea como parte del “binomio” que ha flotado Gioconda Belli, actuando como vocera de la falsa oposición, Gioconda Belli, a alguna (o algún) emblemático preso político. 

¿Qué persiguen? Lo de siempre, elecciones bajo el poder de Ortega o del Ejército, el soñado aterrizaje de la dictadura y el nefasto Gran Capital. 

No hay que dejarse engañar de estos políticos tradicionales corruptos y desvergonzados, quienes hacen aspavientos en su medio de comunicación LA PRENSA, diciendo que el retorno de Nicaragua a la democracia será por la vía entre comillas pacífica, cívica y electoral. Esta es una declaración cínica, porque es verdad que los nicaragüenses de bien queremos paz, pero sabemos, tristemente, porque no somos ilusos, que no hay salida falsamente cívica, es decir, “electoral” mientras exista la dictadura.  

Cinismo, porque buscan que lo que hacen mal (para sus intereses) la gente lo vea como un acto “bueno” entre comillas; buscan al final de cuentas que todo esté “normal” entre comillas. En esto no se diferencian de los mentirosos del régimen. Porque la definición misma de engañar es «dar a la mentira apariencia de verdad o inducir a alguien a tener por cierto lo que no es«, es decir, que el engaño incluye la voluntad y la intención de distorsionar la realidad. A estos políticos corruptos hacederos de pactos, les cuesta entender que la inmensa mayoría de la población está cansada de tanta traición, mentiras y menosprecio a sus derechos fundamentales.  

Por eso es importante que toda organización o líder decente, que luche contra la dictadura y anhele fundar la república democrática, trabaje arduamente contra el “Aterrizaje Suave”, propiciado por élites corruptas, organizaciones dependientes de ellas, partidos políticos tradicionales y socios del régimen. Muchas de estas organizaciones se hacen pasar como representante del pueblo, mientras se reúnen en Costa Rica y conspiran junto a los viejos clanes del poder salidos del sandinismo y del gran capital. Buscan a toda costa evitar que el sistema de poder a que están acostumbrados colapse. Quieren nada más ocupar su puesto en ese sistema, que Estados Unidos empuje a Ortega a que les dé más espacio dentro del sistema. Y si es preciso para ello que Ortega evada la justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos, incluida la corrupción, están dispuestos. Están dispuestos también a servir de mampara a una dictadura militar en la que el Ejército apartaría o protegería a Ortega y ellos serían los administradores civiles del Estado. Proclamarían el fin de Ortega, quizás, pero sería apenas la continuación de la dictadura. 

Por todo esto, no podemos permitirnos olvidar a nuestros compatriotas que participaron en los tranques y fueron apresados, torturados, desaparecidos y asesinados; decenas de miles de ellos, ahora exiliados. Todas estas personas sufrieron en carne propia la represión de la dictadura y cada una de ellas, desde sus ámbitos de actuación, siguen luchando incansablemente para derrocarla. La dictadura sabe vender el mal a través del engaño, pero nosotros, el pueblo, tenemos la inteligencia para contrarrestarla. 

La única forma de llegar a la democracia en Nicaragua es derrotar a todas estas élites corruptas, hacer una revolución democrática. Sin revolución democrática, sin derrocar a la dictadura actual o sus sucesores (vestidos de blanco o de verde olivo) nunca habrá libertad, democracia y justicia en Nicaragua.

Vamos a triunfar, porque Nicaragua vive, y vivirá. 

Jaime Alegría
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