La toma de rehenes de la dictadura: ¿busca Ortega negociación con la ONU?

Manuel Fabien Aliana
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…los ORMU saben que sus días están contados. Es por ello que la familia dictatorial ha decidido mantener encerrados a los precandidatos bajo una burda trama financiera. Los tiene de rehenes para poder negociar su impunidad y fortuna ante una Instancia internacional.

El jueves por la noche, en nuestro programa semanal PLÁTICA LIBRE, con mi colega y productor Jimmy Guevara sostuvimos una conversación sobre la ola represiva del aparato sandinista en contra de los precandidatos opositores. Desde mi análisis propuse la siguiente lectura de esta nueva crisis política que sacude a nuestra nación:

1-  Por falta de capacidad política y por falta de condiciones, los precandidatos presidenciales no lograron despertar interés en la población por elecciones que a leguas se ven amañadas, entonces la familia Ortega Murillo pensó que esos candidatos estorbaban y que le serían más útiles encerrados.

2-  Dada la incapacidad de la OEA en hacer que Ortega ceda (más parecía empeñado Almagro en querer convencer a los Estados Unidos de otorgarle la impunidad a los Ormu), y ante la evidente farsa electoral que prepara el régimen, Ortega ha quedado totalmente expuesto como un farsante. La comunidad internacional ha perdonado a muchos violadores de derechos humanos, pero rara vez perdona a los farsantes (Noriega era otro farsante, sea dicho de paso).

Por eso, los ORMU saben que sus días están contados. Es muy probable que una vez que haya terminado el circo electoral, la población nicaragüense esté tan enfurecida que ni las balas la podrán parar, como ahorita está pasando en Colombia. Por eso, la matriarca Murillo está desesperada por garantizar su impunidad y la de sus cachorros, sobre todo porque temen por sus vidas y por sus fortunas. Ustedes ya saben que la señora no es muy querida dentro de la militancia regional del FSLN. En los departamentos suelen correr de los cargos a los que no se arrodillan ante Rosario Murillo, también a todos los que se comportan en forma honesta y transparente (los califican de soplones, de no «confiables», los acusan de ser «corruptibles» por el imperialismo yanki…).

Es por ello que la familia dictatorial ha decidido mantener encerrados a los precandidatos bajo una burda trama financiera. Los tiene de rehenes para poder negociar su impunidad y fortuna ante una Instancia internacional. En caso de que fuera la ONU, eso quiere decir que le va a tocar a los representantes de esta instancia internacional negociar con una familia que mantiene a 7 millones de rehenes. Clase de toma de rehenes, ¿no les parece? ¿Quién tiene la capacidad de negociar a ese nivel? Por eso dijimos en el programa que, a menos que exista una iniciativa ciudadana lo bastante audaz y capaz para elaborar un proyecto de nación inclusivo y democrático,  fruto de un trabajo colectivo representativo de la ciudadanía opositora nicaragüense, a menos de que exista tal alternativa, entonces quiere decir que la ONU también va a estar negociando con una pistola en la cabeza.

Sin embargo, hoy 10 de junio 2021 y tras un día de reflexión, me doy cuenta de que faltaban varias piezas a ese rompecabezas político. Hay preguntas que nos venimos haciendo desde hace muchos tiempo sobre la actitud de la oposición, y reitero que a pesar de mis críticas hacia la oposición legalista (la oposición que acepta ir a elecciones en las condiciones impuestas por Ortega), pienso y sigo creyendo que hay gente de muy buena voluntad en sus filas, y varios precandidatos tal vez sean gente de bien. Por eso, los invito a acompañarme en esta reflexión, que empieza con un argumento que muchos calificarán de repetitivo, obvio y obsceno, pero que siempre es importante volver a recordar, sobre todo para que no lo olvidemos nosotros los más jóvenes. Porque justamente, de jóvenes se trata. Hay que entender lo que pasó en 1979, trás del telón ideológico, para entender por qué nuestro país hoy en día es rehén de los Ortega Murillo y de sus allegados.

En 1979, triunfa una revolución que despertó la admiración mundial. Los comandantes y los guerrilleros se veían tan bellos, tan muchachos y su causa era tan justa. Entre paréntesis, poco se dice sobre esto pero la revolución sólo triunfó gracias al apoyo de una población apolítica, cansada de la dictadura somocista, que se unió espontáneamente u organizadamente a la lucha de los guerrilleros porque apoyaban su causa justa. Muchos ciudadanos lo pagaron con su vida, pero sintieron necesario ese riesgo, porque su sacrificio contribuía a la construcción de ese Estado libre, próspero y democrático que anhelaban. No fue una revolución sandinista, fue una revolución ciudadana confiscada por el sandinismo.

A partir de 1979, a través de Daniel Ortega acceden al poder unos ocho muchachos amables, con personalidades singulares, buena conversación, grandes sonrisas y mucha imaginación: el famoso Directorio Nacional.

Lo cierto es que los muchachos veían el poder más por avaricia que por voluntad de emprender un proyecto político de desarrollo nacional. Querían comunidad nacional, pero para controlarla, y no disponían de un nivel intelectual avanzado para pensar un desarrollo verdaderamente nicaragüense, que beneficiara a toda la comunidad. No sabían nada de Estado, ni de gobierno, ni de políticas públicas, ni les interesaba. Eran muchachos adoctrinados por el marxismo y sin las habilidades políticas para gobernar en un sistema democrático, con reglas, libertades y derecho a la competencia.

Por su ineptitud en materia de administración estatal y de políticas públicas, los comandantes se dieron rápidamente cuenta que la única manera de llegar al poder y conservarlo era elaborando una sofisticada red de control social a través de espías, informantes, guardias de seguridad, narcotraficantes, estudiantes, prostitutas y todos los que quisieran servirles a cambio de dinero o favores. Esas redes espías, mafiosas y clientelares (algunos hablan también de redes sexuales) infiltraron todas las instituciones, confiscaron los espacios de lucha y las organizaciones e infiltraron el poder económico a través de chantajes, confiscaciones y matrimonios con hijas de la oligarquía. Para poder gobernar, promovieron y espiaron los comportamientos incorrectos para mantener a raya cualquier tipo de liderazgo, usando incansablemente el chantaje y la extorsión. Para todo la solución era plata, plomo, chantaje sexuales, narcotráfico, abuso de poder, impunidad, corrupción. Los comandantes no querían la guerra, la provocaron al comportarse de la misma forma que hacía Somoza. Es la misma cultura política autoritaria y mafiosa que nos gobierna hoy.

Nicaragua terminó en manos de un clan mafioso que se escondía tras la fachada de un gobierno revolucionario, supuestamente amigo de la humanidad cuando lo único que hacía era contaminar todos los espacios y a todas las generaciones con sus prácticas corruptas y escandalosas.

Y ahora, respecto a ese rompecabezas que llamamos Crisis Política, quisiera exponerles una teoría que podría ayudarnos a entender la complejidad del momento que nuestro país está atravesando: solo es una teoría, no es necesario caerme a pedradas como les encanta a ciertas personalidades en redes que por todo andan peleando y no saben dialogar. Comparto aquí para abrir el debate:

  • OTRA TEORÍA PARA ENTENDER LA ESCALADA REPRESIVA SANDINISTA EN CONTRA DE PERSONALIDADES OPOSITORAS Y PRECANDIDATOS PRESIDENCIALES

Esta teoría parte de la premisa de que una parte de los PRECANDIDATOS (al menos los que están encerrados) no aceptaron condicionar su participación en las elecciones al otorgamiento de impunidad para la familia Ortega Murillo y allegados. Sin embargo, a pesar de esa digna resistencia al chantaje de Ortega,  es muy probable que varios precandidatos esten dispuestos a negociar con otros actores institucionales y políticos del FSLN a cambio de apoyo. Le invito a aceptar esta premisa aunque sea en forma provisoria para entender la reflexión a continuación:

Primera parte:

Ya sabemos que en caso de transición democrática con uno de los actuales PRECANDIDATOS PRESIDENCIALES, esto representa la continuación de un modelo político y económico. El corporativismo actual tal cual lo conocemos está centralizado en los ORMU e infiltrado en todas las instituciones del Estado, en las empresas del Gran Capital y en las organizaciones sociales. Si se lograra una transición democrática conservando el mismo modelo Político-económico, el modelo corporativista se consolidaría en corporatocracia, es decir que Nicaragua pasaría de ser gobernada por una tiranía familiar a la cabeza de un Partido-Estado, a ser gobernada por un grupúsculo oligárquico, profundamente injusto, que mantendría las desigualdades económicas, y dónde todas las decisiones políticas y económicas serían tomadas por el Gran Capital. No nos cansamos de decirlo: las élites nicaragüenses no tienen proyecto de nación.

-Los PRECANDIDATOS carecen de la voluntad política para cambiar un sistema político y económico que, sin los Ortega en el poder, les beneficiaría. Estamos hablando de un sistema excesivamente desigual, en el que más de la mitad de la población es pobre y en dónde las mayores riquezas se concentran en el 5% de la población. Es un sistema que permite el constante saqueo por empresas multinacionales que no aportan nada al país, más destruyen nuestros patrimonios más preciados: nuestra comunidad nacional y nuestro medio ambiente.

Segunda parte:

Ya no es secreto para nadie que el Frente Sandinista está en proceso de implosión por el rechazo de muchos militantes y «cuadros» hacia la figura de Rosario Murillo. Por eso, es muy probable que algunos representantes de esos disidentes sandinistas hayan establecido algún tipo de comunicación, en los meses previos a los plazos electorales, con representantes de los precandidatos presidenciales que se negaron a otorgar la inmunidad a la familia ORMU y a otros sancionados. Ortega, al enterarse de eso, prefiere dejar incomunicados a los PRECANDIDATOS mientras descubren quienes son esos disidentes que los contactaron. No sabemos en este momento qué otro mecanismo de represión y chantaje están usando además del circo judicial, pero puede ser que hayan encerrado estos PRECANDIDATOS para sacarles información.

Quizás esa sea la operación «Dantito», una represión más suave en contra de la disidencia sandinista. A través de una de sus instituciones más fieles, me refiero a la policía nacional, Ortega busca por sobre todo poner orden en sus filas con esta demostración de poder. Va a haber castigos ejemplares dentro de las filas sandinistas, y mucha disidencia en los próximos meses.

Ahora me dirán, ¿qué tiene que ver esto con la prisa que tiene Ortega por negociar con la ONU?

Lo que pasa es que aunque nos cueste creerlo, Ortega sigue gozando de cierto reconocimiento y legitimidad a nivel internacional. Ese reconocimiento y legitimidad se van a desvanecer después del Circo electoral. Ya después de eso van a dejar de existir para la Comunidad Internacional.

Por mientras, nuestra crisis política sigue siendo como la historia de un trágico y escandaloso narcocomics donde los muchachos de las grandes sonrisas y agradable conversación resultaron ser mafiosos, asesinos, corruptos, ladrones, pedófilos y cuántas cosas más que sabremos cuando al fin caiga la siniestra pareja dictatorial.

Les dejo el enlace aquí por si quieren consultar el programa Plática Libre de ayer que estuvo muy pero muy bueno. Gracias a todos por su interés y por apoyarnos en este emprendimiento.

Manuel Fabien Aliana

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